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Elizabeth Taylor

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jueves, 30 de septiembre de 2010

Capítulo 22 // Somebody to Love //

Nos adentramos al bosque, era muy denso. Teníamos que ir esquivando los arboles para coger una ruta.
Llegamos a una zona limpia, sin árboles por el medio. Allí bajamos de los caballos y inspeccionamos un poco el terreno.
- Sabes donde estamos?- pregunté entre risas.
- Para nada...Y tú?
- Que va, vamos bien.- dije tocándole el hombro.
- Sí. Oye volvemos?
- Creo que será lo mejor.
Nos subimos a los caballos y intentamos ir por la ruta de antes. Tras un largo tiempo buscando una salida de aquel bosque volvímos al sitio de antes.
- Aquí es donde estábamos...- dijo asombrado.
- Es verdad...Estamos dando vueltas y ya es casi de noche.
- Madre mía.- dijo tirándose las manos a la cabeza. - Que hacemos?
- No sé...Seguimos buscando?
- Está bien...
Pasaban el tiempo y allí estabamos, perdidos en el bosque. No sabíamos a donde ir, donde encontrar la salida de aquel infierno. Oímos a unas vacas mugiendo y nos acercamos al sonido.
Era un vallado con vacas y toros. Al lado un porche cubierto.
David y yo nos miramos y pensamos lo mismo. Fuimos hacia allí.
Desmontamos y atamos los caballos a la barandilla. Nos sentamos en la escalera intentando sacar una forma para salir de allí.
- Mike nos va a matar...
- Sí...Habrás cogido una linterna no?- preguntó preocupado.
- No, y tu?
- No...
- Vamos a quedarnos...aquí?- dije asustada.
- Me temo que si.
En ese momento se me hizo todo negro... Iba a pasar la noche a la intemperie en un paraje desconocido? A oscuras? No sabía como aceptar eso...
Le quitamos las sillas a los caballos y les pusimos agua. Nos sentamos en la barandilla.
- Que fuerte.- dijo riendo.
- Si, lo que no nos pase...- dije entre risas.
- Bueno, será...cómo una acampada.
- Si, igualito.- dije riendo.
- Pensemos en positivo, no estamos perdidos de la mano de dios tampoco.
- Ya, mañana cuando salga el sol encontraremos un camino.- dije sonriendo.
- Claro.
Nos quedamos mirándonos fijamente, sonriendo. No había nada más importante en aquel momento, sólo él.
Se acercó y involuntariamente hice lo mismo, podía notar su respiración. Se acercó más, más...
Hasta que me besó. Me quede presa en el tiempo, sintiendo una sensación que nunca había sentido, era tan especial. Noté como separo sus labios de los mios, abrí los ojos aún en aquel estado de shock y le volví a ver, tenía los ojos brillantes y una pequeña sonrisa. No pude evitarlo...me volví a acercar y le besé. Él me abrazo y note como una lágrima cayó sobre mi hombro. 
- Que pasa? - pregunté preocupada.
- Te quiero. - dijo aferrándome fuertemente entre sus brazos.
Me quedé en blanco, dijo que me quería y la verdad yo a él también, pero no podía decírselo. Había algo que me impedía, ese algo era Michael...
Le sonreí y aparté la mirada, él lo noto. Me pasaba algo.
- Lo siento no debería haber...- le corté.
- No, no es eso David. - sonreí y le abrazé para que no se preocupara.
- Sabes...Llevaba tiempo queriendo decirte esto...- dijo tímidamente.- Eres especial.
- Vaya, gracias.- dije sonrojada.
- No me gustaría perderte.- dijo abrazándome.- Me has ayudado mucho.
- David, tú también eres muy especial. Has aguantado mil y una perrerías de una loca.- dije riendo.
- Y las que me quedaban, menos mal que me echó.
- Si.
Nos pusimos las sillas en forma de cojín y nos acostamos. Nos dormimos enseguida, estábamos cansados y mañana debíamos levantarnos pronto para ir a Neverland como sea.

A la mañana siguiente, desperté. Estaba en un sitio totalmente diferente...



miércoles, 29 de septiembre de 2010

Capítulo 21 // Rescue Mission //


Fui a mi casa. Empecé a dar vueltas por el salón hablando sola...
- Si Tarantino fue a casa Megan, sabe que allí vive. Entonces si de verdad que ha ido cómo Megan dice, esta noche volverá...Son animales muy listos, pero si porque se fue si sabe que está allí?...Seguramente tiene miedo...
Desperté de mis pensamientos al oír la puerta.
Fui a abrir, era Vannesa.
- Hola?- dije confundida.
- Déjate de cortesías, ya lo has conseguido. Me has apartado de Michael y ahora me toca a mí.- dijo haciendo un gesto malvado.
- No te entiendo, creo que me has cogido manía y ya está. - dije cerrando la puerta.
- Espera.- puso la mano impidiendo que la cerrara.- Te doy hasta el domingo para que te vayas de allí, de aquí cuatro días un pajarito me dirá si cumples el trato.
- Yo no he echo ningún trato contigo, bruja.- dije malhumorada.
- Está bien. Veo que no funcionas a buenas, no? Muy bien...- dijo cruzando los brazos mientras me asesinaba con la mirada.- Que sepas...que sigo cada paso que das. I nunca vas a estar con Michael.
-Tienes celos querida?- dije riendo.
- De ti? Veterinaria de pacotilla...- dijo muy orgullosamente.
- Pues sí, si surge oportunidad estaré con él. No por joderte, porque le quiero de verdad...no como otras.
- Quien te crees que eres para hablarme así?
- Más persona que tú.
Vi a David acercarse un poco confundido.
- Que ocurre aquí?- preguntó.
- Nada, sólo que he venido a hacerle una visita a mi querida amiga.- dijo Vannesa con una sonrisa muy falsa. Ya me iba, adiós. - dijo acariciándole la mejilla a David.
- Adiós...- dijo David sorprendido.
Tenía una rabia, malhumor, asco hacía Vannesa. Miré cada paso que daba alejándose de la puerta de mí casa hasta que se subió en un coche negro. David estaba mirándome bastante confundido. Lo cogí del brazo y lo entré a casa.
Lo llevé hasta el salón, se sentó mientras veía como le echaba pestes a Vannesa.
- La odio eh, es que...No la soporto!
- Tranquilidad...Que ha pasado?
- Harta, harta estoy de esa tiparraca...
- Venga, tranquila... Vamos a Neverland?
- Sí...
Subimos a la moto y fuimos a Neverland.
Llegamos y me fui directa a la habitación. Solo tenía ganas de llorar. Mientras subía las escaleras me encontré a Michael.
- Que ocurre?- preguntó poniéndome una mano en el hombro.
- Nada...
- Venga yo te cuento mis problemas. Es bueno desahogarse.- dijo con una sonrisa.
- Está bien...
Me cogió de la mano y me llevó a su habitación. Mientras buscaba en su bolsillo la llave de la habitación, me puse a observar las estatuas, los dos niños chocando la mano.
Oí como abrió la puerta y me pidió que pasara primero.
Era inmensa, una cama enorme repleta de peluches, muchas estatuas desde el tamaño más grande al más pequeño y al fondo en una estantería más de veinte premios seguro.
Me llevó hasta la cama y allí nos sentamos con los peluches.
- Dime, que pasa?
Me quedé un poco muda, no quería contarle aquella movida con Vannesa.
- Verás, Es que me gusta un chico... - dije para disimular.
- Ah...Lo conozco?
- Sí, No. Bueno a lo mejor...
- Es David verdad?- dijo con un tono un poco roto.
- Eh...
No sabía que decirle, por una parte había acertado pero por otra no. Era él el que también me gustaba.
- Díselo, es buen chabal y podréis estar juntos...- apartó la mirada.
- Pero y si no es él?
- No es él?- preguntó rápidamente.
- Bueno...
En ese momento un golpe se oyó en la puerta. Michael se levantó para ver que era.
Mientras me puse a pensar que podía hacer, no me dio mucho tiempo porque enseguida entró.
- Era alguien?
- No, abrá sido el viento...- dijo confundido.
- Bueno Michael grácias por escucharme, voy a estudiar. - dije mientras me levantaba.
- Vale...- dijo con una sonrisa de disimulo. Estaré aquí si necesitas algo.- dijo despidiéndose dándome un
beso en la mejilla.
Cerré la puerta y me fui a mi habitación. Me eché en la cama de espaldas y las lágrimas empezaron a caer por mi rostro. Estaba en blanco, solo le daba vueltas a Michael y David.
Eran tan especiales, tan majos que estaba enamorada de los dos.
Al rato decidí dejar el tema porque me pondría peor y empecé otra vez con lo de Megan.
Mientras pensaba observando el establo desde la ventana, creo que ya tenía un plan para encontrar a Tarantino.
- Michael?- dije llamando a su habitación.
- Voy!- abrió. - Dime.
- Necesito ver algunos ejemplares de serpientes nocturnas, están cerca de aquí. Esta noche podría ir?
- Claro, pero sola?
- No. A lo mejor con David...- dije dudosamente.
- Vale. Luego me lo dices, estaré aquí.
- Gracias.
Cerró la puerta y fui a buscar a David.
Estaba sentado en el porche.
- David, David.- dije dándole unos toques en el hombro.
- Dime, dime.
- Esta noche tienes algo que hacer?
- No, por?
- Necesito que me acompañes a un sitio.
- Dónde?- preguntó intrigado.
- Verás...- me senté a su lado.- Megan dice que ayer vió a Tarantino. La tratan de loca así que si fue verdad, no crees que no estará muy lejos de allí?
- Sí...Y quieres que vayamos?...No?- dijo entre risas.
- Así es.
- Pero la moto hace mucho ruido y lo asustará.
- Es verdad...
- Si oyera unos caballos...
- Destiny y Butterflyes.
- Claro, necesitamos que nos los deje.
- Sí, vamos a decírselo?- dije levantándome.
- Venga.
Fuimos a su habitación, le llamamos y nos abrió.
- Si?- preguntó sonriendo.
- Lo que te comentaba antes, que vamos. Pero la moto hace mucho ruido y posiblemente las espantará.
- Ya...Entonces no vais?- preguntó confundido.
- Sí, pero tu nos dejarías a los caballos?
- Sí. Pero tener mucho cuidado por favor.
- Claro, tu tranquilo.
- Está bien. Ya sabéis donde esta todo, no?
- Si, si.
- Bueno pasarlo bien.- dijo sonriendo.- Esperad. Tened unas llaves de la puerta.- dijo mientras las sacaba.- No os dejarían entrar.
- Vale, gracias.- David las cogió.
Cuando cerró la puerta, David y yo nos miramos y chocamos las manos. Todo nos había salido perfecto, estábamos ansiosos por poder ir y encontrar a Tarantino.
Nos dirigimos a los establos y equipamos a los caballos. Cogimos las alforjas con el material necesario.
- Lo tienes todo?- preguntó David mientras se subía a Butterflyes.
- Sí. Vamos.- cogí a Destiny de las riendas y fui hacia la puerta para abrir.
Me subí y nos fuimos hacía la casa de Megan.
Era un camino largo, pero los caballos estaban en muy buena forma y teníamos provisiones para estar bastante tiempo fuera.
Fuimos por un sendero bajando montaña abajo, mientras hablábamos.
Descansamos una o dos veces y seguimos con el camíno.
Después de un largo camino llegamos a la urbanización...






martes, 28 de septiembre de 2010

Capítulo 20 // Tarantino? //


Esperé para ver si aquel sonido paraba, vi que no. Así que abrí la puerta lentamente y asomé un poco para ver que era. No había nadie. Pero aquel sonido a pasos y papeles se oía aún. Salí y junté la puerta, me dirigí hacia donde provenía el sonido, parecía que era de la escalera. Giré el pasillo y em asomé, efectivamente de ahí venía. Estaba Michael sentado en la escalera leyendo aquel papel y llorando. Quería ir a consolarle pero le daría un susto tremendo seguro. Decidí acercarme despistando, fui hacia el final del pasillo y hice ruido de pasos.
Cuando giré y le volví a ver el estaba atento para ver quien era.
- Hola Michael...- sonreí levemente.
- Ah hola.- dijo mientras se secaba las lágrimas.- Dónde vas a estas horas?
- Iba...al baño.- dije despistando.
- Esta ahí.- señaló una puerta.
- Ocurre algo?- pregunté preocupada.
Se quedo mudo durante unos instantes suspirando y mirando al suelo.
- Sí...Te lo puedo contar?-
- Claro.
Fui hacia él, me hizo un hueco, me senté y lo abrazé.
- Mira.- dijo dándome aquel papel.
Era una carta. Me puse a leerla.
" Michael, hagas lo que hagas vas a salir perdiendo. Mi padre es un empresario y tú solo un cantante demente. Nadie te va a creer, te lo aseguro. Empezaré a formar un gran jaleo que perjudicara tu carrera completamente. Sólo necesito parte de tus beneficios, hasta que no tenga lo que crea necesario seguire con mi plan, creo vas entendiendome.
Si de alguna manera algún medio de comunicación o la policía se enterara de esta carta, pienso ser muy fría. Piensalo. Has desperdiciado una oportunidad de llegar a tener una família, pero ya veo que no buscabas el amor. No sé como has podido culparme de esas formas. Te odio.
Aquí ya esta todo dicho ahora te toca a tí."
                                                                                                                             Vannesa Straw 

Madre mía, que bruja. No sabía que decirle a Michael, aquello fue tan impactante.
- Madre mía, que quiere, dinero? - dije devolviendole la carta.
- Creo que verme sufrir...Lo está consiguiendo.
- No te vengas abajo por esa vívora. No te mereces pasarlo mal por ella.
- Pero la quiero, no sé como puedo seguir haciendolo...- dijo apartando la mirada.
- Eso no se elige. Ahora deberías pedir ayuda a alguien que pueda ayudarte de verdad contra los planes de esa.
- Lo sé. Pero ya no sé ni con quien confiar, entiendelo.
- Es normal....- me corté, no sabía que más decirle.
- Le daré lo que quiere.
- Piensas que así parará?
- Sí, es lo que quiere...
- No sé...No me fiaría mucho.
- Lo único que no quiero es sufrir y como aquí dice que quiere dinero, pues lo tendrá.
- No sé que decirte la verdad... Espero que salga todo bien.
- Ya... Gracias por escucharme.- dijo abrazándome.
- No las des.- le susurré al oído.
Estuvimos abrazados bastante tiempo, Michael lo que más necesitaba en ese momento era apoyo y me ofrecí a dárselo. Después de un tiempo hablando nos fuimos cada uno a su habitación a dormir.

A la mañana siguiente, miércoles, libraba. Ese día lo tenía cogido para examinar a los animales de Neverland.
David me despertó a cojinazos.
- Arriba! Arriba!
Me levanté con mirada asesina y me volví a acostar. Parecía que paró pero de repente Bobi se tiró encima mía.
- No, no. Dejarme.- supliqué entre risas.
- Venga arriba bella durmiente tenemos que revisar a más de veinte animales.- dijo echándo las sabanas abajo.
- Ya voy, ya voy...- dije bostezando.
- Muy bien.- dijo sonriendo.- Vamos abajo a desayunar.
- Ahora bajare yo, ve tu mientras.
- No te duermas eh.- dijo riendo.
- No, no.
Me vestí a mi ritmo y bajé a desayunar.
Estaba David, Carol y Adam. Nos hicieron un vaso de leche con galletas.
Al terminar fui con David a ver los animales.
Michael tenía unos pocos ejemplares de toros americanos, pájaros exóticos y los caballos.
Fuimos a ver los toros, eran mansos por lo que no había porque tener miedo. Eran muy cariñosos.
Curamos algunas heridas y nos fuimos a ver los pájaros. Estaban todos bien. Sacamos los caballos y nos sentamos en el vallado a verlos. Pensando me acordé de Christina y Megan, hacía mucho que no las veía y quería saber como iba Megan.
- David, me podrías llevar a casa?
- Claro, ahora?
- Sí, es que quiero pasar a por unas cosas.
- Vale, vamos.
Subimos a la moto y me llevó a casa.
Fui a llamarle a Christina.
- Hola.- dijo bastante seria.
- Qué tal va todo?- pregunté preocupada.
- Pasa...
Pasé y allí estaba Megan, con la silla de ruedas mirando por la ventana, la saludé pero ni se inmutó. Enseguida se dirigió a su habitación.
- Que le pasa?- pregunté preocupada.
- Siéntate.- me ofreció asiento.- Ayer según ella vio a Tarantino... Estaba ahí.- dijo señalando la pradera.- Dice que le llamó y vino, pero no podía bajar. Cuando me dí cuenta estaba por el pasillo en el suelo llorando. Pensé que se habría caido pero no sé como...
- Madre mía. Pero vio al caballo de verdad?
- Lo más seguro es que fue un sueño. Se lo he dicho pero ella dice que no, creo que esta obsesionada con que aún sigue vivo...
- Bueno puede estarlo, no?
- No creo, era un buen ejemplar y muy dócil. Alguien lo habrá cogido.
- Vaya...Quieres que vaya a hablar con ella?
- No sé si querrá escuchar a alguien, voy a preguntarselo.
Asentí con la cabeza, Christina se levantó y se fue. Mientras estube mirando aquellas fotografías y pensando. Puede que sí haya visto el caballo? Aunque antes no vivían en el mismo sitio...
Eso sí los caballos tienen mucha memória, són verdaderamente inteligentes.
Oí los pasos de Christina y me dijo con la mano que fuera.
La seguí y entré a la habitación de Megan.
- Hola.
- Os dejo aquí, voy a limpiar.- dijo Christina.
- Ya te lo ha contado verdad?- dijo mirándo por la ventana.
- Te creo.
- Enserio?
- Sí, puede haber sido Tarantino. Estás segura de que no lo soñaste?
- Segurísima. Era él, no me equivocaria.
- Sabes donde fue?
- No, solo le vi y intenté ir como pude hacia la puerta a abrazarle, no pude llegar y me puse a llorar...- dijo con la lágrima al caer.
- Por que no se lo comentas a la policía?
- Ya se lo dijeron mis padres, denunciaron su desaparición y dijeron que nos informarían de novedades. Eso nunca ha pasado...- dijo malhumorada.
- Como siempre hacen lo que les da la gana...- me quedé pensando.- No te preocupes...si de verdad fue él, saldrá.
- Sí, tengo esperanza.
- Claro.- dije sonriendo. - Me tengo que ir, tranquila vale? Aparecerá.
- Vale, gracias.- dijo sonriendo. - Ah, llama a Chris por favor.
- Claro, adiós.
Avisé a Christina y me despedí. Se me había ocurrido una gran idea...




 
lunes, 27 de septiembre de 2010

Capítulo 19 // Falling Down // Segunda parte

David y yo nos quedamos mirándonos seguramente pensando lo mismo. Fuimos con Michael.
- Michael...- dije mientras nos acercábamos.
Michael empezó a plegar aquella hoja y se secó las lágrimas con un pañuelo.
- Ya está la cena chicos, vamos.- dijo con una sonrisita leve.
David me miró de reojo y ahí me lo dijo todo, Michael estaba bastante tocado...Que pondría en aquel papel? Que curiosidad tenía.
Seguímos a Michael porqué no sabíamos donde estaba el comedor. Nos llevó allí y nos sentamos.
Estabamos en una mesa larga de madera oscura, habían dos personas más, un hombre y una mujer que nos saludaron. Michael se sentó y suspiró. David y yo estabamos contemplando aquel enorme comedor. Tenía en la pared un cuadro gigantesco del rancho, creo que estaba pintado al óleo. En la mesa teníamos los cubiertos
Dos hombres y una mujer sacaron unos platos con la comida y nos la sirvieron. Que bueno nos habían echo hamburguesas con patatas.
Estaba todo buenísimo, Michael presentó a la cocinera y al cocinero. Ella era bastante tímida, se llamaba Kate y el Adam. 
Al terminar ayudamos a recoger la mesa y nos fuimos fuera a dar un paseo, Michael no quiso venir dijo que estaba cansado.


Me fui con David a dar una vuelta por el rancho.
Nos sentamos en la barandilla de la entrada, de cara y allí estuvimos hablando.
- Quien lo diria eh.- dije riendo.
- Ya ves. Oh mira una estrella fugaz!- dijo señalando el cielo.
- No la he visto.- dije con tono de enfado de broma.
- Haha, tonta.- dijo abrazándome.
- Nos vamos a caer, tu veras.- dije riendo.
- Da igual, caeremos juntos.
- No me quieras tanto eh.- dije de broma.
David sonrió y me abrazó otra vez. Casi nos fuimos al suelo, estabamos en un trocito de pared sentados.
Vino Bobi corriendo hacia él.
- Colega!- le dijo mientras lo cogía.
- Que gracioso.- dije acariciandolo. 
- No sé como la gente tiene valor de hacer cada cosa...
- Lo recogiste de la calle, no?
- Sí, era un cachorrito y estaba quemado debajo de un coche. Me dio mucha pena y no iba a dejarlo.-mientras lo acariciaba.
- Madre mía...Si todos hicieran lo mismo.
- Ya, que pena que eso no ocurra. Que hora es?
- Las...- dijo mirándose el reloj.- Onze, por?
- Voy ya a la habitación.
- Vale, voy tambien.
Bajamos de la barandilla y nos fuimos a la habitación. 
Saqué la llave del bolsillo y abrí. David entró en la suya.
Yo me acosté en la cama mientras veía por la ventana la montaña, aquellas lucecitas de los pueblos me recordaba cuando yo iba al campo de mi abuelo. Mismo paisaje, diferente lugar. Como lo añoraba...
Me puse un poco melancólica recordando los viejos tiempos. De repente llamaron a la puerta.
Fui a abrir, era David.
- No puedes dormir?- dije riendo.
- No, es que...- me apartó y entró. - Oigo como Mike está llorando...pero me da cosa ir y que me diga algo...-me dijo en voz baja.
- Ya...mañana si le vemos peor le decimos de hablar?
- Sí, mejor... Intentando conciliar el sueño? - dijo para romper aquel pequeño silencio.
- Sí...- dije riendo.
- Quieres dormir conmigo?- dijo sonrojado.
- No me gustaría molestarte...- me cortó.
- Bueno como quieras, yo estaré ahí. dijo sonriendo mientras se dirigía a la puerta.
- Quedate.
- Quieres?
- Claro. Quedate aquí.
- Gracias, ahora vengo.
- Vale.
No estaba segura de haberle dicho lo de que se quedase, él era muy tratable eso sí. Bueno mejor, así no dormía sola.
Al rato vino con el pijama puesto.
- Ya estoy, cierro?
- Sí.
No sabía que decirle, estaba un poco incómoda y por lo que veía él tambien.
- David tienes hambre?- dije riendo.
- Eh...No. Por?- dijo un poco confundido.
Cogí un cojín rápidamente y se lo tiré.
- Haha que mala eres.- dijo tirándome otro.
- Anda que tu santito!
Así estuvimos un rato pegándonos con dos cojines, como niños. La verdad nos lo pasámos estupendamente. Cuando nos cansamos decidimos intentar conciliar el sueño.
Nos acostamos espalda con espalda, a mí me daba verguenza girarme...
De pensar que me iba a ver recien levantada... Pero bueno él tambien es humano.
Paso un buen rato y no pude cerrar ojo. Él estaba muy quieto, pero estaba despierto porque notaba como suspiraba.
Yo con mis buenas ideas, como no. Decidí molestarle un poco...
Giré el brazo, le di en la espalda y me hice la dormida.
Noté como se giró y se soltó una risita, entonces el hizo lo mismo.
Me giré y estaba haciendose el dormido.
- David...David...- le susurré entre risas.
- Dime...
- Estas durmiendo?- le dije de broma.
- Claro...y tu?- dijo siguiendome la broma.
- No.- no pude aguantar más y solté una risa.
- Que te pasa?- preguntó riendose.
- Veo muertos. - dije con tono de miedo.
- I que te dicen?- dijo entre risas.
- Que te van a...- dije con tono tenebroso.- Hacer cosquillas!- dije mientras empezé a hacerselas.
- Haha! No! Para!
- Haha tienes cosquillas.
Estube haciendole cosquillas, él iba llorando de la risa, tenía muchas. Al final me dio pena y paré.
Nos reímos un montón haciendonos trastadas. I así fue como pase la noche con David. Decidímos dormir porque era bastante tarde. Él parecía que se durmió, yo cerré los ojos y esperé a conciliar el sueño. Pero en el pasillo se oía...






Capítulo 19 // Falling Down //


Me puse a oír la televisión como nunca antes lo había echo. En pantalla Vannesa hablando de su relación con Michael...

" Yo le quería pero el a mí no, me quería porque el empresario de mi padre le ayudaba, solo quería el beneficio, no el amor como yo le tenía. Me ha echo mucho daño... "

Me quedé a cuadros, era todo una mentira más grande que ella. Menudo paripé estaba haciendo por cuatro billetes pero ahí no termino la cosa...

" Sí...Me ha llegado a maltratar..."

Solo dijo eso, enseguida empezó a llorar. Michael? Maltratar? Son dos cosas que nunca podrían ir juntas, él es adorable, muy buena gente. Esa vívora se las iba hacer pasar muy crudas al pobre...
Ya no dijeron nada más, estubo haciendo el teatro como que estaba muy afectada y la despidieron.
Ahora si que el odio que le tenía no se podía ni imaginar. Vi el reloj, ya eran casi las nueve y yo debía de ir a la academia. Así que le llame a David a ver si me podía llevar de paso.
- David, soy Miriam.
- No vas a la academia?
- Sí, tu ya estás allí?
- Sí, es que como no te había visto.
- Ah, vale, vale. Ahora iré.
- Espera. Quieres que vaya en un momento?
- No, no quiero que faltes.
- Tranquila si llegamos venga que ya voy, hasta ahora.
Que alivio, pensaba que ya no llegaría. Al poco tiempo oí la moto, salí de casa, subí y me cogí a su cintura.
Llegamos tarde, sí. Pero nos fuimos corriendo a clase y entramos. 
Ya habían empezado así que fuimos en silencio hasta unos lugares vacíos.
- Lo siento, has llegado tarde por mí culpa.
- Tranquila.- dijo sonriendo.
Ese día estubo bastante bien, nos enseñaron algunas enfermedades contagiadas por veneno de serpiente, bastante comunes por las montañas de aquí. Al terminar me acordé de lo que me dijo Michael.
- David, quieres que vayamos a comer y te cuento una cosa que me dijo Mike?
- Vale, vamos a esa pizzería?
- Vamos.
Nos dirigimos a la pizzería. La teníamos enfrente, entramos y nos sentamos, allí le expliqué lo que me dijo Michael.
- Veras, Mike nos dijo de trabajar allí, no? - dije mientras sacaba los papeles de la carpeta.
- Sí.
- Me ha dicho que nos podemos quedar a dormir para no ir todos los días. Debemos revisar a los animales y su alimentación.
- Que bien, nos deja quedarnos?
- Sí, allí dormimos en unas habitaciones me dijo que tiene para los empleados. Es buena idea así no estas en el bar.
- Claro. Tu te quedarás?
- No sé... Tengo mi casa pero para no ir todos los días...- dije afirmando.
- Cuando quieras te puedo llevar con la moto en un momento.
- Vale, me quedaré.- dije sonriendo.- Esta tarde iremos a decírselo. La verdad paga bastante bien...- dije riendo.
- Entonces mejor.- se rió.
Pedimos una pizza y estuvimos comiendo. Mientras hablábamos.
- Y... que te pasó con la dueña del piso? Si se puede saber, claro.
- Pues verás. Su padre es el dueño del local del bar y del piso. Pero se trasladó por negocios y se lo pasó a su hija, Dina. Y ella se enamoró de mi, le dije que no pero...
- Es que...os vi.
- Siempre que discuto con ella me besa... no sé por que.
- Pues vaya. - dije riendo.
Terminamos de comer y nos quedamos allí un tiempo más hablando, comentábamos sobre lo de hoy, el veneno de serpiente y varios tipos que conocíamos.
Luego decidimos ir a Neverland a avisar a Michael de que nos quedábamos.
Nos subimos a la moto y fuimos. Nos costó encontrar un poco el rancho, David se fue por otro camino pensando que era ese. Estuvimos dando vueltas hasta que por fin la encontramos.
Nos abrieron la puerta y allí vimos a Michael con una llama.
Nos saludó y vino.
- Hola chicos. Ya lo habéis pensado?
- Sí, hemos decidido que sí, nos quedamos.
- Vale, acompañarme os enseñaré las habitaciones.
Seguimos a Michael, entramos en su enorme casa y subimos hasta el piso de arriba con unas escaleras de madera. Por la escalera, en la pared tenía unas figuritas colgadas echas por niños seguramente.
Fuimos hasta el final del pasillo y nos giró a la derecha, había otro pasillo más corto, y al fondo una puerta más grande con dos figuras, una a cada lado eran dos niños con las manos juntas formando un arco.
En la pared había un cuadro con llaves, cogió dos y nos fuimos a las del final.
- Estas serán vuestras habitaciones, las vistas dan a las montañas ya vereís que bonito.- dijo sonriendo mientras nos daba una llave a cada uno.- Entrad y verlas. Ah esta es la mía.- dijo señalando la de la puerta grande.
- Vale.- dije mientras ponía la llave en la cerradura.
Abrí. Era una habitación bastante grandecita, con su cama de matrimonio por cierto y su cómoda al lado. Un pequeño armario empotrado y un escritorio.
Lo que más me gustó fue aquel ventanal. Me recordaba al de mi casa. Se veían las montañas y una parte de rancho.
Oí como llamaron a la puerta y me giré, era David.
Se acercó me rodeó con sus brazos mirando el paisaje.
- Que bonito eh?- dijo susurrandome.
- Sí...- dije entre suspiros.
El corazón se me iba a salir porque me abrazó de aquella forma tan especial, se estaba tan bien.
- Chicos...- dijo Michael llamando a la puerta.
Nos giramos para escuchar que quería decirnos.
- Habéis traído ya vuestras cosas o esta noche no os quedáis?

- Ni yo...- dijo David.
- Queréis ir a por ellas? Con la moto mejor que no, ahora le diré a mi chófer que os lleve y lo cogéis todo, vale?
- Vale, muchas gracias.
- Una cosa Michael.- dijo David yendo hacia él.
- Llámame Mike.- dijo sonriendo. Dime.
- Es que tengo un perrito, no es grande y obedece...- le cortó.
- Que bien tráetelo.
Michael sonrió y se fue a su habitación. David y yo nos quedamos mirando la habitación.
En la funda del cojín estaba" Neverland "bordado con hilo dorado, las sábanas eran un color blanco roto. David empezó a empujarme de broma. Yo le seguí el juego y así fuimos hasta abajo, empujándonos como niños.
- Que te caes.- dijo riéndose.
- Creo que te irás tu antes al suelo.- dije empujándole.
Sacó la lengua en forma de burla y me abrazó.
Nos esperamos allí en la puerta a que viniera el chófer de Michael. Estábamos sentados en las escaleras, seguíamos empujándonos y haciéndonos tonterías. Hasta que llegó un hombre con uniforme negro.
- Los veterinarios?- preguntó con una voz bastante grave.
Los dos nos quedamos mirándole y asentimos con la cabeza. Nos hizo el gesto para que lo siguiéramos y así fue.
Nos llevó hasta delante de una limusina y abrió las puertas. David y yo nos quedamos mirándonos, nos reímos un poco y fuimos como si tuvieramos miedo hasta dentro de la limusina.
- No muerde eh. - dijo el chófer de broma.
Cerró la puerta y nos sentamos al final. Según David era más grande que su casa. Durante el trayecto estuvimos haciéndonos los don importantes, nos lo pasamos muy bien.
- Mira así saluda la reina.- dijo riéndose mientras saludaba como ella.
- Haha estás tonto.- dije riéndome.
Que bien se iba en la limusina, era tan cómoda. Se notaba que era un lujo que pocos podían tener.
Llegamos a el bar y David bajó para coger sus cosas. Yo me esperé en la limusina, no tardó mucho. Vino con una bolsa y su perrito. Subió y fuimos a mi casa.
Llegamos y prometí que no tardaría mucho. Entre rápida y subí corriendo las escaleras. Saqué la maleta de debajo de la cama y empecé a meter ropa, todo lo que veía se iba dentro.Cuando ya tenía la ropa cogí el neceser con mis cosas y me quedé mirando bien la habitación. Vi el ordenador, también lo cogí, la carta de mis padres y el peluche. Cerré la maleta, total siempre que quisiera algo podría venir. Bajé vi que estaba todo en orden y volví a la limusina.

Llegamos a Neverland y fuimos a la habitación. Me puse a arreglarme mis cosas en los cajones. Cuando ya lo tenía todo arreglado me puse con el ordenador encima de la cama. Al rato llamaron a la puerta. Fui a abrir, era David y Michael.
- Te vienes al establo?- preguntó Michael.
- Vale.
Cerré el ordenador y me fui con ellos. En el establo estuvimos hablando y echándonos unas risas. Alguien entró al establo y le pidió salir a Michael. 
- Sacarlos si queréis al vallado.- dijo sonriente.
Asentimos con la cabeza y él se fue. David y yo les abrimos la puerta a los caballos y los sacamos al vallado. Salieron corriendo y nosotros dos nos sentamos en el vallado mirándonos.
Allí estuvimos viendo como jugaban Destiny y Butterflyes.
- Que bonito todo esto...- dijo David observandolo todo.
- Si, mira como juegan.- dije riendo.
- Los tiene relucientes eh.
- Ya ves, vaya brillo y muy bien cuidados.
- Donde hay dinero se nota.- dijo de risa.
- Y tanto.
Empezó a oscurecer y vino una mujer, avisándonos de que la cena estará dentro de poco.
Cogimos a los caballos y los entramos, Michael no había aparecido aún. Íbamos dentro pero vimos a Michael llorando con una especie de hoja en la mano...





 












 

 
domingo, 26 de septiembre de 2010

Capítulo 18 // Child's Heart //


Se quedó mirándome fijamente a los ojos, sonriendo levemente. Me quedé embobada contemplando su rostro detalle a detalle.
- Tú la llevas!- dijo dándome con la mano y yéndose.
- Eso no vale!- le grité riéndo.
Me fui detras de él para cogerle. Lo veía imposible era muy rápido, siempre que me paraba para coger aire me hacía alguna burla de broma. Estubimos más de media hora, ya lo creo, jugando.
Fue como volver a ser una niña, no me importaba hacer el rídiculo porque él era como un niño. Sabía que él no se reíria ni nada por el estilo que haría un adulto normal, pero él era especial...
- Me rindo!- dije riendo.
- Haha, espero que vayas en son de paz forastera...- dijo pensandose que lo decía de broma.
Nos fuimos otra vez debajo del árbol y allí estuvimos contemplando la puesta de sol que se veía entre las montañas. Destiny estaba comiendo hierba, Michael acostado hacía abajo tocando el césped y yo observándole. De repente vi que derramo una lágrima.
- Mike...- dije preocupada.
- Tranquila estoy bien.- dijo secándose la lágrima y sonriendo.
- Si quieres desahogarte...- dije esperando su respuesta. 
- Gracias...Es por Vannesa...
Fui hacia a el y le abrazé, estubimos así un buen tiempo. El estaba llorando y notaba como se secaba las lágrimas con las manos.
- Mike hay muchas más mujeres. No te preocupes. - dije acariciandole la espalda.
- Lo sé... Pero llegué a enamorarme de ella. Ella solo me quería para sacarme dinero...- dijo mientras me volvia a abrazar.
- Hay gente muy imbécil... No te merecia.
- Sabes que estaba con otro hombre?
- Que dices?
- Sí, tenía un amante... Me enteré pero confiaba en ella.
- Que fuerte, aún no entiendo como pueden hacer eso, no me entra en la cabeza.
- Ya somos dos, pero bueno la vida sigue no?
- Claro que sí, tu tranquilo que chicas hay demasiadas.
- Ya...- suspiró.- Gracias.- dijo abrazándome.
- No las des. Aquí me tienes para lo que haga falta eh.- dije sonriendo.
Michael sonrió y volvio a abrazarme. Así estubimos unos minutos, que a mí se me hicieron eternos.
Estaba abrazado a mí, pensando en sus cosas. Mientras yo le veía y cada vez que lo volvía a pensar me lo creía menos. Estaba con Michael, que suertuda.
- Y Destiny?- preguntó Michael sonriendo.
- Esta...Bueno estaba allí.
Michael silbó y se oyeron los pasos de Destiny.
- Que obediente.- dije riendo.
- Nadie le ha enseñado a eso.
- No?- dije confundida.
- Que va, surgió de nuestra confianza. Somos como dos en uno, sabemos cuando estamos tristes y nos apoyamos el uno al otro, sé que es un caballo pero estoy seguro que nunca me traicionará.
- Muy cierto...
Destiny se acercó y empujó a Michael con la cabeza para jugar. Era una imagen tan bonita, la conexión de un animal con una persona. No habían mentiras, ni falsedad ni nada parecido. Sólo confianza y amor.
- Vamos ya para allí?- dijo Michael mientras cogía la silla.
- Vale.- dije acariciando a Destiny.
Michael le puso la silla y la brida. Se subió y me tendió la mano para ayudarme a subir.
Ibamos al paso, contemplando el paisaje. Entonces Michael me abrazó, el corazón se me iba a salir, me sonrojé creo que como nunca lo había echo.
- Gracias. - me susurró.
- Por que?
- Noto que aún tienes a esa niña pequeña dentro de ti. Eres bastante especial.
Me quedé muda más que nada porque me dijo especial. Pero no sé porque dijo lo de la niña pequeña...
- Lo dices porque hemos jugado al pilla, pilla?- dije riéndo.
- Algo me ha dicho que jugarías y no obligada.
- Que sepas que es mi juego favorito, lo que pasa es que hace mucho que no entreno.- dije irónicamente de broma.
- Haha, pues cuando quieras entrenamos juntos.- dijo sonriendo.
- Echo.
Ahí terminamos la conversación, estaba tan bien rodeada por sus brazos, aunque fuera porque debía coger las riendas.
Sabía que Michael era algo infantil por lo que veía en televisión, internet...
Sí, podría llegar a ser peor que un niño. Pero Michael sabía muy bien lo que hacia.
Él sabia que si hacía algo que le gusta lo juzgarían enseguida.
- No sé porque la gente esconde a ese niño que lleva dentro...- dije con tristeza.
- Ya me has entendido... Lo hacen porque no quieren quedar mal delante de la gente, a un niño no le pasa eso porque es inocente. Pero un adulto no tiene nada de inocencia.
- Cuanta razón...

Llegamos al rancho y fuimos hacia los establos. Michael le quito la montura a Destiny y lo dejó en el establo. Destiny se echó en el suelo y Michael a su lado y empezó a acariciarle las orejitas.
Ya era tarde y tenía que ir a casa.
- Michael voy a irme ya a casa.
- Ah vale, quien te lleva?
- Vaya...ahora que lo dices. Voy a decirselo a Carol.
- Vale.- dijo mientras se levantaba. Adiós.- me besó en la mejilla.- Ah y dile eso a tu compañero vale? Necesito que me lo digais mañana.
- Vale, Adiós.
Salí de los establos y fui a buscar a Carolina. Miré por el parque de atracciones, por el patio trasero, pero ni rastro de Carol. Así que seguramente debía estar en la entrada. Y no me equivoqué.
- Hola!- dijo dándome dos besos.
- Hola Carol, qué tal?
- Bien, y tu?
- Aquí que ya he terminado. Quieres que te acerque a casa?
- Sí por favor.
- Ve al coche. Voy a dejar esto y vamos.
- Vale.
Fui hacía el coche y estube esperando a que Carol viniese.
Al rato vi como se despedía de algunos compañeros y venía.
Abrió el coche y subí.
Mientras en el camino hacia casa hablamos un poco.
- Te has quedado en Neverland alguna vez?- le pregunté intrigada.
- Sí, más de una. Michael tiene habitaciones para los empleados. Por?
- Ah, que bien. Nada por que me lo ha comentado.
- Es majo eh.
- Si...- dije mientras recordaba aquella tarde, que será inolvidable en mi vida.
Llegamos a casa y me despedí de ella. Entré y noté como vibraba el móvil, lo cogí.
- Diga?
- Cousin, que ya he llegado.
- Ah vale, como ha ido el viaje?
- Bien no me he enterado casi, me he dormido.- dijo riéndo. Bueno ya hablamos.
- Vale, adiós.
Entonces me acordé de los paquetes que me dio mi prima, me canvie, me los llevé a la cama y me puse a abrirlos.
Primero decidí abrir el más grandote, quité el papel y vi a el caballito de peluche que tenía encima de mi cama. Lo abrazé y me puse a llorar recordando todos aquellos momentos que había vivido con aquel trozo de felpa.
Me sequé un poco las lagrimas y abrí la carta que había dentro. Por la letra deducí que era de mis padres. La leía y me puse a lágrima viva, era tan emotivo...
Así pase la noche, abriendo y recordando como era todo alli. Decidí acostarme pronto porque mañana martes debía ir a la academia.

Me levanté, arreglé la habitación que estaban aún allí los envoltorios y me fui a desayunar.
Decidí hacerme unas tortitas americanas con chocolate por encima, que mejor manera de empezar la mañana?. Cuando las hice me puse a comermelas viendo que hacian en la televisión.
Lo de siempre, cotilleos y cuatro tonterías. Pero hubo una noticia que me dejo en shock... 





 

sábado, 25 de septiembre de 2010

Capítulo 17 // So Speechless // Segunda Parte


Me giré y al ver quien era empezé a llorar más...

- Cielo que pasa?- preguntó David preocupado.
- Nada...- dije secandome las lágrimas.

Dejó una caja llena de cosas en el suelo, se sentó a mi lado y me abrazó. Estubimos así un buen tiempo. Le tenía un poco de odio porque se besó con aquella chica, no podía quitarme aquel momento de la mente.

- Que te pasa?
- Eras tú el que estaba con aquella chica?- pregunté secándome las lágrimas.
- Sí...Si hablas del jaleo que había era yo...- dijo apartando la mirada.- Me ha echado de casa.
- Tu novia?
- No. Esa es Dina, la dueña del piso...
- Por qué te ha echado?
- No lo sé. No tiene motivos creo yo. Sólo estoy allí para dormir.- dijo con la lágrima al caer.- Me hace la vida imposible desde hace cinco años.
- Buscate otro piso así no puedes vivir.
- No tengo suficiente dinero como para alquilar un piso, si estoy ahí es porque ella no me pide nada. Pero no sé que es mejor, aguantarla o pagarle.- dijo apartando la mirada.
- No te preocupes...

Que pena me dio. Lo había echado de casa sin motivos, pero donde pasaría la noche?...

- Y ahora...- dije esperando su respuesta.
- Le preguntaré a Chels si puedo dormir en el bar.
- En el bar? Como vas a dormir allí?
- Como sea...
- Si quieres...quedate en mi casa.
- No enserio.
- Porque?
- No tranquila no te preocupes...
- No molestas eh.
- No, no. Me voy al bar.
- Vale...Te acompaño.
- Gracias.- dijo dándome un beso en la mejilla.
Cogió la caja del suelo y llamó al perrito. Era pequeño de color marrón claro con las orejitas negras, muy bonito.

- Bobi vamos.
- Que bonito, se llama Bobi?- dije sonriendo.
- Sí, es una monería eh.

Le sonreí y nos fuimos de camino al bar.

Al llegar allí entramos, estaba vacío. Sólo estaba Chels limpiando.
No dijo nada solo se fue hacía David y le abrazó. Me miró con mirada de pena, ella ya sabía que había pasado.

Le dije adios a chels con la mano y ella asintió con la cabeza.

Pobre David... Se había quedado sin casa y sin ropa. En la caja vi que sólo tenía un albúm y cuatro cosas más.
Me fui a casa y me acosté.

Me levanté. Era lunes y trabajaba, de mañana había quedado con Carol para ir a Neverland y Michael tenía que hablar conmigo. Asi que desayune, me puse la ropa de trabajar y le llamé a Carol para que viniese.
Estube arreglando mi bolsa. I esperé a que viniera Carolina. Cuando llegó subí al coche.
Allí estuvimos hablando.


- David no viene?
- No. Es que hoy tenía que ir a un sitio.- dije para disimular.
- Ah.

Cuando llegué allí estaba Vannesa cantándole las cuarenta a Michael.

- Que sepas que yo te quería! Imbécil! Volveré luego para llevarme mis cosas!- dijo mientras se iba malhumorada.

Me quedé quieta con Carol esperando a que Michael me dijera de ir...
Vannesa se dirigía hacía aquí.

- Estarás contenta...Aparta!- dijo empujándome.
- Oye!- dije malhumorada.- Yo no tengo la culpa de tus problemas!
Se fue hacía su coche deportivo se subió y se fue.
Carolina me tocó el brazo para que me relajara y Michael vino.
- Siento que hayas tenido que ver esto...- estaba casi llorando el pobre.
- Tranquilo no pasa nada.
- Acompañame.
Seguí a Michael. Me llevó a la puerta de la casa, se sacó una llave del bolsillo y la abrió.
Me quede en shock, que preciosidad. Nada más entrar era como un pequeño pasillo que giraba a la derecha. En frente un cuadro grande, era él con unos niños. Fuimos por el pasillo estaba decorado con muchos cuadros, todos dibujos muy llamativos. Al final del pasillo salimos a un comedor enorme muy iluminado, tenía grandes ventanales con cortinas apartadas. Se veía todo el rancho por una parte y por la otra las montañas.
Me ofreció una silla y me senté, él al lado.
- Bueno quería comentarte sobre lo de trabajar aquí.- decía mientras arreglaba unos papeles.- I tu compañero?
- No ha podido venir...
- Ah, luego se lo comentas.- sacó un papel y me lo dió. Esto es el contrato, podeís aposentaros aquí.
- Si?
- Si, aquí los empleados se quedan a dormir si quieren, hay habitaciones de sobra. Por eso os dije que no me contestárais el otro dia.
- Ah ya. Pues se lo preguntaré a David.
- Vale, gracias.- cogí los papeles y me los guardé en la bolsa.
- Vas a ver a Butterflyes?- dijo levantandose.
- Sí, miraré como va y le cambiaré la venda.
- Voy contigo.- dijo poniendose las gafas de sol.
Fuimos a los establos y allí estuve curando a Butterflyes y hablando con Michael.
- Miriam, siento haberte acusado por el incidente de la jeringuilla...-dijo arrepentido.
- Mike no te preocupes por eso.
- Fue Vannesa, lo siento.
- Ya esta.- dije sonriendo.
Michael suspiró y fue a ver al otro caballo, el pinto negro y blanco, Destiny.
Vi como lo sacaba le puso una brida y lo ató a un poste, allí empezó a cepillarlo.
Era tan dulce, se veía que le encantaban los animales.
Terminé de vendarle la pata y Michael se me acercó.
- Sabes montar?
- Sí.
- Quieres que vayamos a dar una vuelta?- me preguntó sonriendo.
- Vale.- le dije muy alegremente.
Michael sonrió y fue a coger una silla. Mientras estaba acariciando a Destiny, era muy suave y cariñoso. Le encantaba que le hicieras monerias.
Michael le puso la silla, lo cogío de las riendas y abrió la puerta del establo.
- Sube.
Me subí al caballo y Michael cerró la puerta. Llevava a Destiny de las riendas, no sabía a donde iba. Era un sendero que al final veía que tenía una puerta a un gran valle. Llegamos y Michael la abrió. Se subío a la parte trasera de Destiny mientras me rodeaba con los brazos para coger las riendas.
- Te dan miedo?- dijo sonriendo.
- La verdad, un poco. He tenido bastantes incidentes.- dije sonriendo.
- Tranquila que no te pasará nada.
Me sonrojé y note una sensación extraña. Era como estar soñando, el perfume de Mike era inconfundible, un suave aroma a vainilla que apenas se percibía si no te acercabas.
Estuvimos por aquella llanura cabalgando y viendo el paisaje, fue tan especial estar tan cerca de Michael...
- Quieres que descansemos allí?- dijo señalando un gran sauce.
- Claro, Destiny ya estara cansado.- dije riendo.
- Tiene mucha energía, le encanta venir aquí.- dijo mientras lo conducía.
- Es precioso...
Llegámos al lado del arbol, estaba muy cerca del río. Michael bajó del caballo y me tendió los brazos para cogerme y bajarme.
- Gracias.- dije sonrojada.
- Ya veras.
Le quito la silla a Destiny y la brida. Destiny empezó a hacer cabriolas por allí y a correr.
Michael usó la silla en modo de cojín y nos acostamos debajo del arbol.
- Que bonito verdad?
- Si...- dije mientras veía a Destiny.
Entonces Michael se acercó...
 
 



 


 

Capítulo 17 // So Speechless //


Di un sobresalto y me giré para ver quien era.
- Hola.- dijo David con una pequeña sonrisa.
- Ah, hola.- dije riendo.- Esta es mi prima Fanny.
- Encantado, yo David.-dijo dándole dos besos.
- Igualmente.

David se fue a la barra hacía Chels, me quede mirando cada paso que daba. Era tan especial.
- Te gusta...- dijo mi prima levantando las cejas.- I bastante.
- Eh?, ah es que...Es muy majo.- dije riendo.
- Se ve buen chabal. Cousin a las doce tendré que ir a por la maleta y eso, debo coger el avión de madrugada para llegar allí de día.
- Vale.
Me puse a observar a David. Estaba apoyado en la esquina de la barra con los codos y muy triste, Chels estaba hablándole y acariciándole el brazo. No sé que le habría pasado, me daba pena verle así. Al rato David se fue.
Nos trajeron la pizza y empezamos a cenar, mientras hablábamos de como le iba a mi prima en el baile.
- Aún sigues en la academia?- le pregunté.
- Sí, ahora les doy clases cuando el profesor no está.
- Sabrás más que el. dije riendo.
- Haha, que va. Él es buenísimo.
- El día que lo vi bailar...wow.-dije sonriendo.
- Ya ves eh.
Así estuvimos hasta que terminamos. Teníamos que ir a casa para que cogiera la maleta.
Pagamos y nos fuimos hacía casa. Se me hizo triste, ella se iba. Fanny para mí ha sido mi hermana, la he tenido ahí cuando más lo necesitaba, en todo momento. Era muy especial para mí. Quería que se quedase más tiempo pero tiene cosas que hacer...
Llegamos a casa.
- Kira! No!- dijo mi prima riendo.
- Haha, hay que ver que bruta es.
- I tanto...-esbozó una carcajada.- Bueno voy a coger la maleta.- dijo con tono triste.
- Vale...
Se fue arriba para coger la maleta. Yo me puse a llorar, me dio un bajón enorme. Quería que se quedase...
Me sequé las lágrimas y intenté contenerme para que no se preocupara.
- Lo llevas todo?- pregunté sonriendo.
- Sí, sólo me falta la loca esta.- dijo cogiendo la correa de Kira.
- Vamos.- dije riendo.
Tuvimos que coger un autobús y dos taxis para llegar a el aeropuerto, que ajetreo. Odiaba ir de transporte en transporte, pero como no tenía vehículo no tenía otra elección.
Llegamos a el aeropuerto, allí la acompañé a facturar la maleta. Al terminar nos sentamos en los asientos esperando a que su vuelo marchara.
- A ver si estas Navidades puedo ir allí.
- Por favor ven.- dijo con una leve sonrisa.
- Intentaré ir, os echo mucho de menos...
Estaba intentando contener las lágrimas, aquella despedida fue más dura de lo que creía.
Fanny me abrazó y empezó a llorar. No pude resistir más y yo también empecé a llorar.
- Llámame cuando llegues vale?
- Estarás durmiendo no?
- No te preocupes, tu llama.
- Vale...Bueno tengo que irme.-dijo cogiendo la maleta y a Kira.
Nos levantamos y la acompañé hacía la entrada al avión.
- Buen viaje.-dije abrazándola.
- Gracias. Ah no te olvides de los paquetes!- dijo por el pasillo.
- Claro!
Me puse delante del gran ventanal viendo el avión donde iba. Las lágrimas me caían por las mejillas, aquel día se me hizo muy corto y hacía mucho que no la veía...
Vi como el avión cogió pista y despegaba, me quedé allí hasta que lo perdí de vista.
Me fui al baño para lavarme un poco la cara. Salí del aeropuerto y me dirigí hacía casa. Sólo cogí un taxi que me dejó en el pueblo, bastante lejos de casa pero me orienté gracias a la academia que estaba allí.
Iba por las calles con una tranquilidad enorme, no tenía prisa. Estaba todo el camino pensando en la familia.
Cuando me acerqué a una calle oí un jaleo enorme, una chica gritando. Pensé que le pasaría algo y me asomé.
- No quiero que vuelvas!- gritaba aquella chica malhumorada.
Me quedé parada. Aquel chabal que estaba con ella llevaba la misma ropa que David, juraría que era él...
- Te odio!- gritó ella mientras le daba un perrito.
Él estaba cabizbajo aguantando sus gritos, cogió el perrito y lo dejo en el suelo al lado de una caja. Tiró a irse pero aquella chica lo cogió de la camisa y lo giró, empezó a besarse con él.
Me quería morir... David me encantaba.
Aceleré el paso para que no me viesen, ver aquello me dejo destrozada literalmente.
Vi un banco cercano y allí me puse a llorar. Estaba sola en la calle. Soló oía unos pasos que se acercaban, cada vez más, más...
- Miriam?...- preguntó alguien.





 

 
viernes, 24 de septiembre de 2010

Capítulo 16 // Un envío especial //


Fui a abrir la puerta.
Nada más abrí, un perro se me tiro encima y empezó a jugar conmigo.
Llevaba un lazo en el cuello. Cuando conseguí pararlo un poco me fije... ese perro me sonaba mucho.
Estaba en el suelo acariciándole cuando de repente apareció alguien delante de la puerta.
- Entrega safisfactoriamente, una de perro loco y de prima!- dijo aquella chica eufóricamente.
Claro! era mi prima Fanny!  Me levanté de un salto y fui a abrazarla.
- Haha estas loca!- dije de broma.
- Tenía muchas ganas de verte.- dijo abrazándome.
- Y yo...-dije con la lágrima al caer.- Que fuerte esto sería lo último que me esperaría.-dije riendo.
- Pues ya ves, aquí me tienes haha. Y a Kira! Que no la has reconocido!
- Normal ! me ha llenado la cara de babas...- dije con tono asqueado.
- Haha eso es amor.
- Eso espero.-dije riendo.
- Ah cousin me quedo hasta mañana.
- Tan poco?
- Tengo que seguir allí en las clases y todo ya sabes.
- Ah ya, que pena. Bueno pasa y así te enseño la casa.
Cogí a Kira para que no se fuera y le enseñé la casa.
- Vaya tela, que mole tu casa.- dijo riendo.
- Esta guay eh.
- I tanto que pena que me tenga que ir mañana o sino me tendrías aquí de ocupa.- dijo riendo.
- Por mi perfecto.
Nos sentamos en el sofá y empezamos a hablar.
- Entonces todo bien por allí?- le pregunté.
- Si. Ah me han dado bastantes cosas para ti.- acercó la maleta y empezó a sacar cosas.- Esto me lo han dado tus padres...Esto es de Sandra...Esto de tus amigas...-decía mientras sacaba paquetes y me los ponía encima de las manos.
- Madre mía cuanta cosa. Me lo dejo en la habitación y luego lo abriré todo.
Subí hacia mi habitación con los paquetotes para luego abrirlos.
Los deje encima de la cama, pero vi como mi móvil empezó a sonar, así que fui a cogerlo.
- Diga?
- Miriam, soy Carol.
- Ah esta tarde...- me cortó.
- Vale, vale cuando quieras. Oye sabes que ha habido una movida tremenda?
- Sí? Que ha pasado? - pregunté preocupada.
- Verás, Vannesa ayer estubo diciéndole a Michael que encontró unos guantes en los establos...-la corté.
- Ya va otra vez? No me deje nada y David tampoco.- dije malhumorada.
- Espera, espera, lo mejor viene ahora.
- Perdona, sigue.
- Michael le dijo que el estubo en los establos y que no había nada. Total que todo lo hizo Vanessa y Michael se enfadó y le dijo el incidente de la jeringuilla.
- Vaya... fue ella?
- Seguro. Así que Michael está muy malhumorado y ella está ahora insoportable...
- Eso ya lo estaba.- dije riendo.
- Haha pues ahora peor.
- Madre mía...pobre Mike.
- Lo fuerte es que él la quiere...
- Que dices? Va enserio?
- Sí...Ayer hablando con él porque lo vi preocupado me lo dijo...
- Vaya...
- Bueno esta tarde venías no?-dijo para cortar aquel silencio.
- Sí. Allá las seis o por ahí.
- Cuando queráis. Hasta luego!
Colgué y me fui con mi prima.
- Que te pasa?- me preguntó.
- Ah nada tranquila.- dije sonriendo.
- La clínica donde está?
- Esta en la ciudad.
- Vaya pues la tienes cerca eh.
- Sí eso es lo bueno, andando llego.
- Que bien.
Hice la comida y nos pasamos hablando todo el rato. Preguntando por como iba todo, como estaban. Contándonos todo lo que nos ocurría.
- Te has ligado a Michael?- dijo insinuando.
- Haha no. Tiene novia...-dije con una mirada que ahí se lo expliqué todo.
- La odias verdad? - dijo riendo.
- Odiarla sería poco, sólo hace que meterme en jaleos para que Michael me eche.
- Lástima me da si me la encuentro por la calle.- dijo riendo.- Pero aún te gusta?
Michael llevaba muchos años gustándome...Prácticamente desde que lo oí por primera vez, sus canciones fueron las únicas que me enamoraron. Pero él era muy famoso y estaba con Vannesa, nunca terminaria con una chica de pueblo, se iría con una cantante, modelo...
- Si que me gusta...-dije tristemente - Pero ya sabes tiene novia y yo solo soy una empleada.
- Ya.
En ese momento llamaron a la puerta.
- Hola David.- dije sonriendo.
- Hola, oye lo siento mucho no podré acompañarte a Neverland...- dijo con tono triste.
- Ah...- iba a preguntarle que le pasa pero no era buen momento.- Tranquilo no pasa nada.
- Lo siento de verdad. Bueno me tengo que ir.- se puso el casco y se fue.
Que extraño, aún no lo había visto triste. Yo tampoco podía ir a Neverland...Mi prima había venido sólo para hoy y quería pasar todo el tiempo posible con ella. Así que le llamé a Carolina para decírselo.
- Vaya quien era ese chabal?- dijo mi prima curiosamente.
- Es mi ayudante David. Un momento voy a hacer una llamada.
- Vale.-dijo riendose.
- Carol no podré ir, ha venido a visitarme mi prima...
- Ah tranquila la venda le durará hasta mañana.
- Vale, lo siento.
- No pasa nada.-iba a despedirme pero tenía que decirme una cosa bastante urgente.- Miriam, Miriam! No cuelges espera!
- Que pasa?
- Menos mal que me he acordado.- dijo riendose.- Michael me ha dicho que mañana vengas para hablar con él.
- Vale, dile que mañana estaré allí. Adiós.
Se despidió y colgué.
- Ya estoy.
- Con que David eh?- dijo insinuando de broma.
- Sólo es mi compañero.- dije sonrojada.
- Sí, sí... Por eso te has puesto colorada.- dijo riendo.
- Vale sí, me gusta.- dije riendo.
- Esta buenisimo.
- Te ha dado tiempo a verlo?-dije riendo.
- Sí, vaya moto le canta.
- Ya ves, oye esta noche podríamos ir a cenar al bar donde trabaja.
- Vale.
Eran las cinco de la tarde y me pidió que la acompañase a la clínica, así se la enseñaba.
Estubimos allí y se la enseñe hasta el último rincon.
Nos dirigimos a casa para arreglarnos y irnos a cenar a "SilverMoon".
- También es veterinario?- preguntó mientras se maquillaba los ojos.
- No, es auxiliar. Oye que me pongo?- dije enseñandole unas prendas.
- En mi maleta tengo una camisa negra cógela.
- Vale.- la cogí y me la probé. - Que bonita.
- Pontela te la traje para tí.
- Vaya gracias.
Me púse a maquillarme. Al terminar vi que lo había dejado todo en orden, cogí las llaves y me fui con Fanny a cenar.
Estaba bastante lejos, pero se nos hizo muy entretenido. Iba enseñándole todos los sitios.
Hasta que llegamos.
Entré y vi a Chels en la barra sirviendo a unos clientes y me saludó.
Vi en el altillo a ver si estaba David, pero no estaba. Así que me acerqué Chels.
- Hola Chels.- dije sonriendo.
- Hola! Que tal estas?
- Muy bien, aquí com mi prima que ha venido de visita.
- Hola, yo Chels, encantada.
- Igualmente, yo Fanny.
- Vaya os pareceís eh.- dijo riendo.
- Sí?- dijimos a la misma vez riendo.
- Bastante.
- Bueno vamos a cenar.- dije sonriendo.
- Vale, sentaros donde queraís ahora iré.
Fuimos a una mesa que había libre para dos. Nos sentamos y Fanny empezó a contarme que le parecía aquel sitio.
- Que chulo está esto. - dijo mirándo el bar.
- Sí. Allí se pone David y canta con un grupo.
- Aivá si? Que pasada.
- Si.-dije riendo.
- David hoy no está.- dijo Chels.
- Ah, dónde está?
- Con la dueña del piso Dina...- dijo con cara de : pobrecito...
- Ah...
- Es su novia?- dijo Fanny.
- Bueno...No lo sé. Esa chica le quiere pero él no. Los días que no va con ella le quita las llaves, le corta el agua...-dijo con un tono preocupante.
- Vaya tela, hay que ver que gente.- dijo Fanny malhumorada.
- Ya ves...- me quedé muda pensando lo que dijo Chels.- Bueno quieres una pizza?- pregunté para cortar aquel silencio.
- Claro.
- Vale, ahora os la traigo.- dijo Chels mientras lo apúntaba.
Me puse a pensar en David. Esa chica le hacía la vida imposible sólo para que estubiera con ella? No lo entiendo...
Pero bueno me puse a charlar con mi prima porque había venido a visitarme y ya quedaba menos para que volviera a casa.
Entonces alguién me tocó el hombro...










 
jueves, 23 de septiembre de 2010

Capítulo 15 // Love Is In The Air...//


Sería David. Tenía que hacerme la perdida para cuando viniera así que lo dejé sonar.
Estubo sonando un buen rato. Fui a cogerlo por si no podía venir o por si había pasado algo.
- David?
- Miriam?- dijo una voz femenina.
- Quién eres?- dije un poco asustada.
- Soy Fanny!
Me quedé un poco muda, no caía en quien era Fanny... Claro! Era mi prima!
- Fanny amor! Haha, que no sabía quien eras!- dije eufóricamente.
- Haha te has vuelto americana!- dijo de broma.
- Haha madre mía cuanto tiempo sin saber nada de ti...
- Y tanto, te fuiste a estudiar y todo...Ah ya tienes la clínica y todo no?
- Sí.- ahí me acorde de mi visita a Neverland y no pude resistirme.- A que no sabes donde he estado!?
- Donde?- dijo riéndose.
- En Neverland!
- No me digas!
- Sí! Y he visto a Michael!- gritaba eufóricamente.
- Haha que suertuda!
- Aún sigues con tus estudios?
- Sí...- dijo con tono no muy convincente.
- Fanny sigue con ellos se te da fenomenal el baile.
- No es eso, es que aquí no tengo mucha salida ya sabes.
- Ah ya...
Entoncés oí que me llamaban a la puerta.
- Fanny mañana te llamo, vale? Es que he quedado. Manda recuerdos!
- Claro! Ah se me olvidaba! Mañana seguramente recibirás una cosa. Adiós.
- Vale.
Colgué y fui a ver quién era.
- Hola David.- dije sonriente.
- Hola cielo.- se acercó y me dio un beso en la mejilla.- Te he llamado y estaba comunicando...
- Ah sí, es que me ha llamado mi prima y me he entretenido hablando con ella.
- Ah vale...Vamos?- dijo sonriendo.
- Claro.
Cerré la puerta. Subí a la moto y me cogí a su cintura.
Llegamos, era en la montaña. Estaba un poco lejos pero se me paso rápido.
Fuimos hacia la entrada. Una puerta de cristal con letras grabadas que ponían " Blue Mirror, Santa Ynez Valley ".
Me abrió la puerta y entramos. Era un restaurante que parecía bastante caro por la pinta que tenía, lo seguí y salímos a una terraza con una mesa.
- Aquí es.- dijo mirandome.
Me quedé asombrada era todo tan bonito, desde allí se veían las montañas de Santa Barbára y en el horizonte el mar...
- Vaya...- dije sombrada.- No tengo palabras David.- dije riendo.
- Es bonito verdad?
- Y tanto...- dije contemplando el paraje.
- Estaba en deuda contigo.- dijo mientras me ofrecía la silla.
- En deuda?- dije riéndo.
- Sí, el otro día me invitaste y me dejas trabajar en tu clínica.
- Pero...- me cortó.
- Esto es lo mínimo que puedo hacer por tí.- dijo sonriendo.
Me sonrojé y vino un camarero con la carta. Estuvimos mirando la carta en silencio.
- Patatas, me encantan.- dijo David riendo.
- Bienvenido al club.- dije riendo.
- Quieres?- dijo mirandome con tímidez.
- Claro.
Vino el camarero y le pedimos las patatas.
- Que diferente es todo esto...- dije mirando el entorno.
- Diferente de que?
- De donde vengo.
- España no?
- Sí, aquello...es una miniatura al lado de esto.- dije riendo.
- Allí mejor seguro.
- Bueno, he vivido allí siempre y sí la echo de menos...
No quería ponerme melodramática, así que tenia cierta curiosidad por saber más de él.
- Tu eres de...-dije esperando su respuesta.
- De Nueva York, pero vivo aquí desde que tenía tres años.
- Te mudaste?
- No...- apartó la mirada.
- Lo siento no quería...
- Tranquila es que no se nada de mis padre biológicos. Me he criado con Chels.
- Ah...- sabía que no deberia haver preguntado tanto...
Vino el camarero con la cena y nos la sirvió.
- Que aprobeche.- me dijo.
- Igualmente.- dije sonriendo.
Me sentía un poco mal por lo que le pregunté, la curiosidad me mataba y no llegué a pensarlo.
Mientras cenábamos estubimos charlando. Nos conocimos mejor y estuvimos riendonos un buen rato.
- Que buenas estaban, madre mía.- dije riendome.
- Aquí son estupendas...Tengo una cosa para tí.- dijo mientras buscaba en los bolsillos del pantalón.
Me quedé mirándo para ver que sacaba. Era una cajita pequeña envuelta en un papel de color turquesa.
- Ábrelo.- dijo mientras me lo daba.
- No te deberías de haber molestado...
- Ábrelo.- dijo riendo.
- Vale...-dije mientras lo abría.
Quité el papel. La cajita era de color azul marino, la abrí y había una pulserita de plata con unos animalitos colgando. Era muy bonita.
- Oh, que bonita.- dije eufóricamente. Muchas gracias pero no deberías haverlo echo...
- Es un regalo. Te la pongo?
- Sí mejor.
Cogío la pulserita y me la pasó.
- Menos mal que he cogido tu talla.- dijo riendo.
- Que bonita...Muchas gracias- dije mirándola.
- Gracias a tí.
Le sonreí y nos quedamos mirandonos intensamente. En aquel momento noté como el tiempo se detubo...
Esos ojos azules marino brillantes...Decían tanto en aquella mirada.
- Habeís terminado?- dijo una camarera.
- Sí, sí.- dije volviendo de aquel parón.
- Vale, ahora traigo la carta de postre.
- Te ha gustado?- me preguntó David.
- Todo...-dije mirandole profundamente.
Sonrió y volvimos al mismo estado de antes. Nuestras miradas hablaban por nosotros, de vez en cuando se escapaba alguna sonrisita.
- Has estudiado Equinoterapia?- me preguntó.
- Equinoterapia?...-dije dudosamente.
- Sí. Rehabilitación con caballos. Hize un curso.
- Rehabilitación? Que tipo?- me interesó bastante por el tema de Megan.
- Hay varios...- dijo con cara de : estaría toda la noche explicándotelo...
- Ah... es que mi vecina tiene casi perdida de movilidad en las piernas y sabe montar a caballo...- me cortó.
- Entonces? No va a rehabilitación?
- No, los médicos dijeron que mejoraría. Pero eso no ha ocurrido está peor.
- Vaya...Intentaré haberiguar algo.- dijo sonriendo.
Vino un camarero con unos helados de chocolate.
- Gracias.- dijimos los dos.
Estubimos hablando mientras nos comíamos el postre. Al terminar vino el camarero y se llevo los platos.
- Quieres que vayamos a dar una vuelta?- me preguntó.
- Como quieras.- dije mientras llamaba al camarero.- La cuenta por favor.- David me tocó la mano.
- Ya está todo pagado.- dijo sonriendo.
- David no deberías...- paré de hablar porque me puso ojitos de corderito.
- Vamos.- dijo mientras me daba la mano para que se la cojiera.
Salímos del restaurante y dimos una vuelta por allí cerca. Estuvimos en un parque sentados en un banco hablando sobre la clínica y el tema de los caballos que también le interesaban bastante.
Al rato me miré el reloj.
- Vaya que tarde es...
- Te llevo ya a casa?
- Sí mejor.
Fuimos hacía la moto y me llevó a casa.
- David muchas gracias, me lo he pasado genial.
- No las des mujer.- dijo sonrojado.- Ya sabes cuando quieras volver a quedar.
- Lo mismo digo. Hasta el lunes.
- Adiós.
Me besó en la mejilla se puso el casco y se fue.
Saqué las llaves y abrí. Me quité los tacones y me eché al sofá pensando en él... 
Me puse un poco triste porque por una parte no quería que me gustase y por otra sí.
Intenté no darle vueltas al tema porqué terminaría mal. Así que como ya era bastante tarde me fui hacía mi habitación me canvie de ropa y me acosté. Mañana domingo libraba, pero tenía que visitar a Butterflyes para canviarle la venda.

Me desperté a las onze...que vaga. Pero estaba en mi derecho, ayer fui a trabajar y salí de noche y ese día lo tenía de descanso.
Me fui a la ducha nada más levantarme y luego desayuné. Estube viendo la tele, que aburrida siempre con los cotilleos...con lo que los odio. Pero no había nada más.
De repente alguién llamó a la puerta...











 
 




 
miércoles, 22 de septiembre de 2010

Capítulo 14 // The Lost Child //


Nos abrazamos y empezamos a saltar eufóricamente.
- He visto a Michael!- dijo David eufórico.
- Haha nos quiere enseñar Neverland!
- Mira, mira como tiemblo.- dijo David enseñándome las manos.
Le sonreí y le abracé. Nos sonrojamos y nos pusimos a arreglar aquello.
- Las vendas te las he guardado ahí.-dijo señalando la bolsa.
- Gracias.-dije sonriendo.- Y ahora...a por Michael.
- Sí!-dijo entusiasmado.
Nos despedimos de Butterflyes y nos dirigimos hacia la casa. Una enorme construcción de atabones rojos. Estaba un poco elevada por el terreno, tenía el reloj de flores al medio y unas escaleras a los lados. Habían dos direcciones, depende de que escaleras cogieras. Elegimos la de la parte derecha que era la entrada principal. Al llegar arriba había un porche, tenía unas sillas con una mesa de cerámica con un mosaico de una luna, varias estatuas pequeñas colocadas en la barandilla, eran como unas hadas.
Estuvimos allí delante de la puerta discutiendo quién llamaba...
- A mí me da vergüenza...y si esta puerta no es?- le dije riéndome.
- Venga llama tu.-dijo poniéndome ojitos.
- Es que...
Entonces alguien abrió la puerta.
- Como va?-dijo Michael riéndose.- Venga vamos.
David y yo nos sonrojamos y seguimos a Michael.

Nos llevo por un sendero rodeado de arboles muy vistosos de una gama de color verde preciosa.
Llegamos a una especie de feria. Había un tiovivo, una noria y muchas más atracciones.
Sin duda era el paraje que todo niño había soñado alguna vez.
Nos enseño el tiovivo. Nos quedamos asombrados, cada figura, cada mínimo detalle tenía una historia. David y yo no parábamos en ningún momento de prestarle atención. Parecíamos dos nietos oyendo las batallitas de un abuelo. Luego nos enseñó un poco las demás atracciones por encima.
- Queréis montaros en alguna?- dijo Michael.
- No tranquilo, ya no tenemos edad para esto.- dijo David riendo.
- Pero es muy divertido.-insistía Michael.
Era tan dulce, como un niño pequeño, muy inocente. Al final eso pasa factura...
- Otro día mejor, tendremos que ir ya a casa.-dije mirando el reloj.
- Ah, lo siento por teneros aquí.
Nos dirigimos hacía la puerta para irnos.
- Una cosa...- dijo Michael.
En ese momento los dos nos paramos para escucharle.
- Bueno un pajaríto me ha dicho que estáis estudiando juntos no?- dijo riendo.
- Así es.
-Bueno quería preguntaros si...si os gustaría trabajar aquí. Porque ya sabéis tengo animales exóticos y necesito a alguien especializado.
Íbamos los dos a contestar un sí rotundo. Pero Michael puso la mano diciendo que no contestáramos...
- Pensarlo por favor. No quiero que me contestéis ahora. - dijo sonriendo.
- De acuerdo...Entonces cuando te lo decimos?- le pregunté.
- No tengáis prisa. Cuando lo tengáis claro.
Entonces oímos la puerta abrirse y apareció miss simpatía...
- Vaya...y este quién es?- dijo Vannesa con una mirada reprochante.
- Soy David, el ayudante...- dijo pero le cortó.
- Ya.- le miró con despecho y se fue hacia Michael.- Cariño dejales que luego si ocurre algo tienen la excusa de que les molestas.
- Vannesa...-dijo Michael para que no empezara.
- Bueno nosotros nos tenemos que ir.- dijo David cojiendo la moto.
- Sí. Ya te avisaremos Mike.
- Mike?...que confianzas son esas?- dijo Vannesa con una mirada asesina.
No quise hacerle caso más a esa estúpida. Así que me subí a la moto y nos fuimos a casa.
Llegamos a mí casa.
- Gracias David.- dije mientras me quitaba el casco.
- No las des mujer...Te apetece ir a cenar?
- Claro.
- Bueno de aquí una hora, allá las diez te viene bien? Es que quiero arreglarme y sacar el perro...
- Vale, hazme una perdida cuando vengas.
- Eso está echo. Hasta ahora.
Me dio un beso en la mejilla y se fue.
Entré a casa y lo primero que hice fue saltar como una loca por todo. Trabajaba con David, vi a Michael, nos enseño Neverland y lo más de lo más David me llevaba a cenar.
Bueno me puse enseguida a arreglarme no quería perder ni un minuto. Me duché, me puse un vestido de verano porque aún hacía calor y me maquillé.
Le envié un mensaje a Sandra diciéndole que no podría llamarla.
Entonces mi móvil sonó...







 



 
 
martes, 21 de septiembre de 2010

Capítulo 13 // L.O.V.E //


David se sentó a mi lado.
- Pensaba que ya no venías.-dijo riendo.
- Te echaba ya de menos.- dije riendo.
- Haha y yo.- dijo mirándome con sus ojos azules.
Me quedé un poco muda, David me estaba empezando a gustar. Sé que lo conozco de hoy pero tenía algo.
- Oye cantas muy bien eh.
- Vaya, muchas gracias.- dijo sonrojado.
- Entonces eres auxiliar?- le pregunté para cortar aquel pequeño silencio.
- Sí. A ver si algún día puedo trabajar en ello.-dijo riendo.
Me quedé pensando un poco. Yo tenía una clínica, estaba sola, él era auxiliar y tenía vehículo.
- Te gustaría trabajar en la clínica?- le pregunté.
- Eh...-dijo un poco asombrado.- Enserio?
- Claro. Estoy yo sola y si tu me puedes llevar a alguna urgencia...-dije esperando su respuesta.
- Por supuesto.-dijo entusiasmado.
- Bueno, me gustaría verte para saber como trabajas y eso, vale?
- Claro, claro. Cuando tú quieras.-dijo sonriendo.
Le sonreí, se acerco y me abrazó.
- Miriam, muchas gracias de verdad.
- De nada.- dije sonrojada.- Mañana viernes tienes algo que hacer?
- No, por la noche estoy aquí que Chels es mi prima, la ayudo y eso.
- Ah, bueno sería trabajar por la tarde y alguna mañana. Necesito saber cuando te viene bien...- le dije.
- Pues mañana por la mañana? Voy a tu casa o a la clínica.
- Vale ven a mi casa si quieres.
- Allí estaré.- se miró el reloj.- Lo siento, tengo que volver.
- Ah tranquilo te he tenido aquí molestandote. Yo ya me voy, quedamos así para mañana?- dije mientras me levantaba.
- Claro, hazme una perdida y allí estaré.
- Vale.- hubo un silencio mientras nos mirábamos.- Bueno...me voy.- dije riendo.
- Buenas noches.- me dio un beso en la mejilla.
Me sonrojé y me fui hacia casa. Que mono David...me pasé todo el camino pensando en él. Era tan majo, simpático, agradable...
Lo estaba notando, me gustaba...
No quería que eso ocurriese pero no lo podía elegir tampoco.
Llegué a casa, me puse el pijama y me fui a dormir. Había estado hasta bastante tarde y mañana tenía que ir a la clínica.


Me levanté y desayuné. Estuve ordenando un poco aquello y le hice la perdida a David. Me puse la ropa de trabajo y cogí la bolsa de mano por si surgía alguna urgencia. Al rato oí una moto y llamaron a la puerta.
- Buenos días.- dijo nada más abrí la puerta.
- Buenos días, oye podremos llevar esto?.- dije enseñándole la bolsa.
- Claro, hay un pequeño maletero.- abrió el maletero.
- Ah vaya.
Puse la bolsa, cerré el maletero que era la parte de arriba del asiento y me cogí a su cintura.
Llegamos y le enseñé la clínica. A él lo puse en recepción para que atendiera y cogiera cita a los clientes. Aveces me ayudaba con algún paciente porque quería ver como se valía.
Estaba tratando a un paciente y él entró en mi consulta.
- Miriam, puedes atender un momento al teléfono?- dijo David mientras me lo daba.
- Claro. Diga?
- Soy Carol.
- Ah dime.
- Verás Butterflyes tiene la benda sucia, el cuidador se la ha cambiado pero se ve que no se la ha apretado y a mí me da miedo...
- Pues si te viene bien luego me paso.
- A que hora quieres que vaya?
- Tranquila me lleva mi compañero.
- Ah vale, hasta luego.
Colgué, le devolví el teléfono a David y seguí tratando a el paciente.
Cuando ya terminé de tratar a todos los pacientes con cita me fui a hablar con David.
- David tenemos que ir a Neverland.
- Eh...-dijo un poco confuso.- A Neverland...la mansión de Michael?
- Sí ahí es.- dije riéndo.
- Que guay no?-dijo entusiasmado.
- La verdad es que sí, es muy bonita.-dije con tono triste.
- Bueno vamos?
- Sí...
Llegamos a Neverland. David estaba impresionado, era normal, aquello era inmeso y precioso.
Nos abireron y allí estaba Michael.
- Hola!- dijo Michael sonriendo.
- Hola Michael. Este es David my ayudante, vamos a los establos.
- Encantado David.- dijo Michael mientras le estrechaba la mano.
- I...igual...mente...si...
David estaba en shock total, no se lo podia creer. Se vino conmigo a los establos y estubo todo el corto camino diciendo que estaba soñando.
Llegamos al establo y me puse a limpiarle la pata a Butterflyes, David mientras estaba preparando la venda.
- Que bonito es esto.- dijo David.
- Sí, está todo tan bien cuidado y todo...
- Núnca pensé que vendría aquí.- dijo aún sorprendido.
- Haha ni yo.
Entonces entró Michael.
- Chicos.- dijo Michael mientras se acercaba.
- Hola Michael.
- No me llameís Michael, llamarme Mike.
- Tienes un caballo muy bonito, appalossa?- preguntó David.
- Así es. Me lo regalaron.- Dijo Michael mientras lo acariciaba.- Luego teneís algo que hacer?
- Mmm...no. Por?- dije.
- Me gustaría enseñaros Neverland.
- Mike no queremos molestarte.- dijo David.
- No molestaís para nada. Cúando termineís ir a la puerta de la casa.- dijo mientras se iba.
Nada más salió y cerró la puerta, David y yo nos quedamos mirando y pensamos lo mismo...
 



 



 
lunes, 20 de septiembre de 2010

Capítulo 12 // SilverMoon //


Fui a la puerta para ver por la mirilla quién era. Era Christina, así que le abrí. Estaba muy seria y tenía los ojos rojos.
- Hola Christina.
Agachó la cabeza y se puso a llorar.
- Que ocurre?- pregunté preocupada.
- Megan...está bastante mal y le duelen las piernas...-dijo mientras lloraba.
- Habéis ido al médico?
- Sí, y me han dicho que no pueden hacer nada. Que se va a quedar así.
- Pero no te dijeron que mejoraría?
- Claro, y mira lo que me dicen ahora...- dijo mientras se secaba las lágrimas.
- Y no hay solución o alguna cosa...- dije mientras esperaba su respuesta.
- No, solo me han dicho que sera muy raro que vuelva a andar...
- Pues vaya...
Me parece muy fuerte que la gente que esta para curar haga eso. Yo soy veterinaria, es como un médico pero para animales, nunca engañaria a alguien de esas formas...
- Christina sabes que aquí me tienes para lo que haga falta, si quieres esta noche me quedo con ella y tu descansas.
- Muchas gracias.- me abrazó mientras decía.- pero no quiero molestarte, estas trabajando y estudiando...-la corté.
- Tu no te preocupes por eso, cuando quieras llámame vale?
- Vale, muchas gracias enserio. Si necesito algo te llamaré, voy con ella.- dijo mientras se iba.
- Claro, adiós.
Cerré la puerta y fui hacia mi habitación. Estaba dándole vueltas a lo de Megan, que fuerte me pareció...cómo las engañaron, hay gente que tiene valor para todo...
Me fui a la cama para dormir, mañana jueves tenía mi primer día de clases.

A las siete y media de la mañana me levanté. Me duché y desayuné.
Cogí una carpeta con folios, un pequeño estuche con lo necesario y me dirigí a la academia, tenía un buen camino pero se hizo entretenido mirándolo todo.
Llegué. Ya sabía dónde estaba mi clase así que me dirigí intentando esta vez no tropezarme con nadie.
Entré y habían unos cuatro. Estaban sentados, así que fui a coger asiento. El profesor estaba en su mesa cogiendo unos papeles y ordenándolos, tenía el pelo canoso y llevaba unas gafas bastante anticuadas.
Me senté y esperé a que comenzara la clase.
- Bueno yo soy James. Daré las clases por las mañanas...-alguien entro y le interrumpió al profesor.
Me giré y vi quién era, el chico con el que me había tropezado el otro día. No dijo nada entró y el profesor siguió hablando.
- Perdona me puedo sentar?- me preguntó.
- Claro que si.- dije sonriendo.
- Gracias.
Se sentó y empezó a atender.
- Oye como te llamas?.- le pregunté.
- David y tu?
- Miriam, un placer.
- Igualmente.- dijo sonriendo.
Se veía majo, llevava una camisa de manga corta y tenía bastantes tatuajes, eran bonitos.
Terminó la clase. Era la una del mediodía, salí y me dirigía hacia casa pero David me paró.
- Miriam quieres que te lleve?- me preguntó mientras cogia su moto.
- No tranquilo no te molesto.
- No me cuesta nada.- dijo sonriendo.
- De acuerdo.- dije mientras iba.
Me dejó su casco y me cogí a su cintura. Era una moto de carretera bastante grande, de color negro y rayas cómo llamas de fuego de color plateado. Las motos siempre me han echo un poco de miedo pero el iba despacio y respetaba todas las señales.
Llegamos a casa.
- Bonita casa.- dijo mientras la miraba.
- Gracias, quieres quedarte a comer?- le pregunté.
- No te molestes.- dijo riendo.
- Es que tu me has traído...- me interrumpió.
- Te he traido porque he querido.- dijo mientras sonreía.
- Bueno me gustaría agradecertelo.
- Venga va...-dijo tímidamente.- Bueno si te apetece ir a comer por ahí...así no ensucias.-dijo esperando mi respuesta.
- Vale.- dije sonrojada.- Un momento voy a por unas cosas.
- Claro.
Que bien me caía ese chico, era muy agradable. Entré para dejar el material y me maquille un poco, no quería ir desastre. Cogí las llaves, cerré y subí a la moto.
Me llevó a un restaurante no muy lejos que se llamaba " SilverMoon".
Entramos, no era muy grande.
Tenía una barra de bar a la derecha y todo lo otro eran mesas, al fondo había un altillo dónde había un piano y unos atriles para instrumentos.
- Chels!- dijo David a la chica de la barra.
- Hey David!.- dijo sonriente.
- Vamos a comer.
- Vale sentaros donde queráis.
- Ven.- me dijo David.
Nos sentamos en una mesa que había al fondo y allí empezamos a hablar.
- También eres veterinario?- le pregunté.
- No, pero me he sacado el auxiliar. Tu si lo eres no?
- Sí, tengo la clínica de la entrada.
- Ah vaya, te he visto varias veces.- dijo con una sonrisita.- Que quieres para comer?
- No sé...-dije mientras miraba la carta.
- Te apetece pasta?
- Sí, es mi comida favorita!.- dije riéndome.
- Bienvenida al club.- dijo riéndose.
Nos trajeron la pasta y estuvimos comiendo. Estaba realmente buena.
- Bueno aquí trabajo de noche, si algún día quisieras algo aquí estaré.- me dijo.
- Trabajas aquí?
- Sí, en ese altillo canto con el grupo por las noches, para espectáculo y eso.-dijo señalando el altillo.
- Que bien, me encantaria oírte alguna vez.-dije sonriendo.
- Esta noche...te apetece quedar?.- dijo sonrojado.
- Claro.-dije sin pensarlo pero tenía trabajo.- Bueno...es que tengo que ir a la clínica y a un sitio alomejor...
- Ah, tranquila. Yo estaré aquí.-dijo sonriente.
Que simpático, me gustaba estar con él.
- Una pregunta...-dije un poco tímida.
- Dime.
- Quién es la chica que..bueno la que me encontré al darme contigo?
- Ah..Dina
- Tranquilo si no pasa nada, sólo que me sonaba...-dije para disimular.
Terminamos de comer. Estábamos solos en el restaurante porque a esas horas ya no iba nadie a comer y allí estuvimos un rato charlando.
- Quieres que te presente a Chels?- me preguntó.
- Claro.
- Chels!
- Queréis algo?.-dijo con una sonrisa.
- No, para que estés ahí sola hablas con nosotros.
- Claro.- le dije ofreciéndole asiento.
- Gracias.- dijo mientras se sentaba.- Ah yo soy Chelsea, pero llámame Chels.- dijo mientras nos dábamos el típico beso en las mejillas.
- Yo Miriam.
- Vais a clase juntos?.- preguntó Chels.
- Sí, oye Miriam si quieres que pase a por ti para ir a la academia te llevo eh.- dijo David.
- No te molestes.
- Mejor bien acompañado que solo.-dijo riéndose.
- Haha, tienes razón.
- A que hora irás a casa?- le preguntó Chels.
- No sé, iré a arreglar aquello un poco y vendré.- dijo David mirándose el reloj.
- Vale, no tardes necesito que me ayudes esta noche.
- Vale.
Vi que estaban bastante ocupados y yo tenía que ir a la clínica a atender a unos pacientes con cita.
- Chels saca la cuenta por favor.- le dije.
- Claro.- dijo pero David la cogió del brazo.
- No, invito yo.
- Toma Chels.- le dije dándole mi tarjeta.
- No enserio.- me decía David.
- Ya me invitaras otro día.
- Lo tendré en cuenta eh.- dijo riendo.- Voy a llevarte a casa.
- Vale.-dije mientras cogía la tarjeta.
Nos despedimos de Chels, salimos y subimos a la moto.
Llegamos a casa.
- Gracias David.- le dije mientras le daba el casco.
- No las des mujer, ya sabes dónde estaré. Si necesitas algo ven.- dijo mientras arrancaba la moto.
- Igualmente. Adiós!
Saqué las llaves y entre. Me puse a arreglar un poco todo aquello y vi si Carolina me había llamado.
No había llamado, eso era buena señal de que Butterflyes iba a mejor. Hacía tiempo que no hablaba con Sandra y ya la echaba de menos así que le llamé.
- Miri! te echaba de menos!
- Y yo a ti! tia que tal va todo por allí?
- Muy bien, como siempre la jefa dando que hacer...para variar.- dijo riéndose.
- Vaya.- dije riendo.- Ah, sabes que?
- Que que?
- He visto a Michael!- grité eufóricamente.
- Aaaah! es real!?
- Sí! Haha, mas simpático...dulce...- dije, pero Sandra me interrumpió.
- Uh...- dijo con tono insinuando.
- Que?- dije riendo.
- Te gusta Michael.-dijo insinuadamente.
- No.-dije riendo. Bueno...un poco...
- Es que es perfecto...
- Sí...pero tiene novia y no veas...me esta liando de malas maneras.
- Mira que como vaya eh.- dijo de broma.
- Es muy malvada. Me hizo una trastada para quedar mal delante de Michael...-dije malhumorada.
Estube contándole todo lo que me paso con Vannesa y las últimas cosas que me habían pasado.
Luego me puse mi ropa de trabajar y fui a atender los pacientes con cita a la clínica.
Al terminar decidí ir a ver a Megan, la pobre estaba bastante mal.
Llamé a la puerta.
- Hola Miriam.- dijo Christina con una sonrisa no muy convincente.
- Que tal está?
- Bien, ya mejor. Pasa.
Pasé y seguí a Christina para ir a ver a Megan. Estaba en su habitación.
- Hola Megan.- dije sonriendo.
- Vecina.- dijo con una sonrisita.
Su habitación era de un color Malva con los muebles blancos, estaba totalmente decorada con cosas de caballos, premios, fotografías, escarapelas...pero hubo una cosa que me llamó bastante la atención. Una brida de un caballo tenía colgada en la pared, me imaginó que sería de Tarantino.
Ella estaba acostada en la cama.
- Que tal estás?
- Muy bien, comparado con ayer.
- Ah que bien, me alegro muchisimo.
- Sí, oye quieres que te enseñe más fotos?- dijo sonriendo.
- Claro como quieras, pero no quería molestarte.
- Tranquila si no molestas.- dijo mientras abría el cajón de la mesita.- Siéntate.
- Me voy yo a hacer la cena.- dijo Christina.
- Vale.- dijo Megan mientras abría el álbum.
- Vaya que pequeña, esa eres tú?- pregunté mirando la foto.
- Sí, ahí fue al poco tiempo de tener a Tarantino.
Estuve un buen rato con Megan hasta que Christina la llamó porque ya había echo la cena y yo me fui a casa.
Se veía mejor, pero que se iba a quedar ya así para siempre...
Fui a la cama y me repasé los apuntes que tomé en la academia. Entonces me acordé de David. El chico me había dicho de quedar pero no había ido...me sentía un poco mal, así que como no tenía mucho sueño me arregle un poco y fui a verle.
Llegué al restaurante y entré. Había bastante gente, él estaba cantando en el altillo con un grupo.
Me quedé mirándole y el a mi y me guiño el ojo. Le sonreí y fui a sentarme.
Al poco tiempo él vino...

 







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