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Elizabeth Taylor

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miércoles, 24 de noviembre de 2010

Capítulo 37 // Tabloid Junkie //


Mientras removía el chocolate y le daba pequeños sorbos, veía a Michael hablar. No tenía ni la menor idea de con quien hablaba, aveces se reía, a veces se ponía muy serio. Al poco tiempo guardó su móvil en el bolsillo y vino.
- Tienes suerte de no tener hermanos.- sonrió y se sentó.
- Y eso?- pregunté entre risas.
- Nada, cosas de hermanos.
- Ah...- sonreí.
- Sabes? Vannesa quiere ir a juicio...
- Por qué? El que debería haber planteado lo del juicio deberías haber sido tú.- dije malhumorada.
- No sé como ha podido hacerme todo esto...- empezó a mover lentamente el chocolate.
- Tranquilo, el tiempo lo arregla todo.- alzó la cabeza con una sonrisa.
- Eso espero.
Nos terminamos el chocolate tranquilamente. Luego nos pusimos de camino al aeropuerto, teníamos que sacar los billetes para volver a América.
Entramos al aeropuerto.
- Ven es en la planta de arriba.
- Un momento voy al baño.
- Vale, estaré arriba.- me dio un pequeño beso y se fue.
Me dirigí hacia el ascensor y le pulse el botón.
Subí, me esperé a darle al segundo piso porque venía una chica, parecía del una azafata por la vestimenta.
- Hola.- saludó plácidamente.- A qué piso vas?
- Al segundo.
Acto seguido de decírselo pulsó el botón para el segundo piso.
Llegamos.
- Gracias! Adiós.- me despedí.
Salí del ascensor y observe mi alrededor por si Michael ya había subido o estaba por allí. No lo veía, me aparté de la puerta para que la gente pudiera entrar y salir y me senté en un banco.
A mi lado había una chica adolescente, unos dieciséis años tendría, estaba con sus auriculares oyendo música. Se giró hacia mí y le hice una pequeña sonrisa, no se inmutó mucho solo se giro y siguió a lo suyo.
Me quedé mirando hacia las escaleras y vi como aquel sombrero iba apareciendo a medida que subía.
- Vamos?- preguntó sonriendo.
- Sí, es aquí al lado. Tenemos que presentar los pasaportes, elegir el día. Creo que mañana ya será buen día, que te parece? Mi...Mike?
Me giré para ver que decía pero ya no estaba a mi lado, mire atrás y allí estaba. Hablando con dos niños.
- Mike...- dije riendo.
- Oh! Siento no haberte avisado.- rió tímidamente.- Chicos ir con cuidado. Adiós!
Los niños se despidieron y fuimos a pedir los billetes.
- Me has dejado hablando sola.- le di un pequeño empujón.
- Haha, hubiera pagado por haberte visto.
- Haha, gracias eh.
Me rodeó con los brazos y me dio un pequeño beso, pero un destello nos hizo separarnos y observar que era. Antes de reconocer que era ya teníamos encima a tres periodistas lanzando preguntas como si se les fuera a terminar el tiempo.
No entendía que decían, eran tantas cosas a la vez. Solo veía a Michael muy incomodo diciendo que no iba a contestar a nada.
Entonces dos hombres empujaron a los periodistas, Michael y yo nos quedamos parados, sin saber que hacer. De repente me vi un brazo pasar por mi lado que me empujaba. Los guardaespaldas de Michael nos seguían a todos los lados, aunque no los viéramos siempre estaban allí. Entre golpes por aquellos grandes hombres que parecían armarios nos llevaron a una pequeña sala.
Había una mesa con cuatro sillas, en una de ellas, un hombre.
- Siento mucho lo ocurrido señor.- se disculpó aquel hombre con su voz ronca.
- No pasa nada chicos, ya sabéis como son...- dijo Michael sonriente.
- Carl y Frederick os traerán en seguida los pasaportes y marchareis.
- Pero...- me cortó.
-Tenéis que ir a América, no os podeís quedar.
- Pero...- Michael me tocó el brazo.
- Debemos hacerles caso.
- Vale...
Estuvimos allí media hora encogidos de hombros esperando los billetes. Ya no sabía que hacer, que mirar...
- Voy a llamar a mis padres, que no saben que ya nos vamos.
- Claro. Ah y a Sandra, que le hemos dicho que iríamos.- puso cara triste.
- Oh, es verdad. Voy a llamarles.
Les llamé y les dije lo ocurrido. Después de dos horas más enteras, llegaron con los billetes.
- Ya los tenemos.-nos los dieron.
- No estaba tan lejos el sitio de recogerlos eh...- dijo Michael irónicamente.
- Ya...- se rieron.- Venid tenéis el vuelo en marcha están esperándoos. Es el 743.
Salimos y íbamos cómo burro en carro. Con los ojos cerrados podíamos haber llegado igual. Aquellos guardaespaldas no dejaban ver nada. Había uno delante, dos a los lados y otros dos detrás. Al llegar a la entrada pasó uno delante y nos tuvimos que esperar hasta que tuviera que volver a venir. Que curioso me parecía, sin ellos la mayoría de famosos morirían seguramente.
Llegamos y pasamos todo el avión siguiendo a aquel guardaespaldas. Apartó una cortina que había a mitad de avión y allí habían unos diez asientos, no habrían más. Nos sentamos y nos pasaron algunas revistas para entretenernos.
- No me gustan los cotilleos...- dijo Michael ojeando la revista.
Se quedó mirándome con una sonrisita y me ofreció la revista.
- A mi tampoco me gustan...- dije entre risas.
- Bueno aquí pasaremos doce horas.
- Menos mal que ya es tarde y se hará de noche.- suspiré aliviadamente.
- Se nos hará de día yendo ya verás.- sonrió.
- Oh, es verdad.
- Es bonito verlo.- dio un bostezo.- Creo que voy a acostarme un poco.
- Claro duerme.- le sonreí.
Apoyó su cabeza sobre mí hombro y se durmió mientras le acariciaba el pelo.
Era como ver a un ángel así de claro. Me daba mucha pena cuando a veces le veía llorar, seguramente es por algo que le han dicho. Lo que se de él es que lo han aclivillado mucho sobre todo lo que ha echo, sé que no sé la mayor parte de todo, pero pienso averiguarlo algún día. A veces me he sentido hasta culpable, sin razones, bueno, cuando me acordaba de David...

Sumergida en mis pensamientos y acariciando el pelo de aquel ángel veía por la ventana como nos movíamos y su reflejo, era una monería de hombre, aunque no lo consideraba un hombre porque no me transmitía aquellas emociones, era como estar con un niño. Muchos dicen que es un infantil y no sabe comportarse como un adulto que es, estoy totalmente en contra de eso. Michael es muy adulto, sabe muy bien que hace. Recuerdo una vez que le saqué el tema, que me gustaba su forma de ser, como un niño, a lo que me contestó " Sí. A mi también me gusta y creo que a todo el mundo, pero el rídiculo es su mayor miedo. " Nunca se me olvidará. De momento veía tierra pero sé que eso se termina y pasa a unas vistas totalmente aburridas, todo agua. Era muy agobiante, como si parasen el tiempo y allí, a más de cinco kilómetros de altura estar parado.

Un sonido escalofriante me despertó...
 





 



lunes, 15 de noviembre de 2010

Capítulo 36 // The music of life //


- Nada, nada...- se separó de sus brazos y agachó la cabeza.
- Ah....- Michael se quedó confundido.
Que pasó? Que extraño, nunca había visto ese comportamiento en ella, y menos allí con Michael, pudiéndolo tocar. Hubo un silencio estremecedor.
- Bueno, Michael. Sandra nosotros vamos a un sitio y luego pasámos, vale?- dije frotándole el brazo.
- Claro.- sonrió disimuladamente.
- Hasta luego!- nos despedimos.
Salimos y cerramos lentamente la puerta. Vimos a su madre asomada desde el salón y nos hizo un gesto con la mano para que fuéramos.
- Cómo la veis?...- preguntó rodándose nerviosamente los anillos de la mano. Sin dejarnos contestar prosiguió.- No sabemos que le pasa. Seguramente lo habréis notado.- dijo con la lágrima al caer.
Asentimos con la cabeza. Suspiró y siguió.
- Sabes lo que pasó con un accidente también...Los médicos dicen que posiblemente sea una pequeña depresión por lo ocurrido anteriormente.- Apartó la mirada y una lágrima cayó por su mejilla.
- Inés tranquila.- dije frotándole la espalda.- Tenemos que irnos, luego pasaremos.
- Cuando queráis. Michael, muchas gracias por venir, tú también Miriam.- Nos abrazó y nos fuimos.
Salimos.
- Qué le ha pasado?- preguntó Michael.
- Dice su madre que puede ser una pequeña depresión.
- Ah. No me he enterado de mucho.- dijo entre risas.- Es que al abrazarla ya sabes...
- Haha, no pasa nada hombre. Te conté que le pasó?
- No, no recuerdo.
- Vale. Que sepas que tienes algo que ver.-me quedé mirando la calle en busca de un sitio para sentarnos.- Mira, en aquella calle hay una cafetería, vamos y te lo cuento.
- Claro.
Fuimos hacía la cafetería, no estaba muy lejos pero Michael me hizo el camino eterno. No paraba de preguntarme si faltaba mucho, era muy gracioso.
Entramos y nos sentamos.
- Venga empieza.- dijo Michael impacientemente.
- Verás. Sandra estaba a punto de nacer, o ya nació no me acuerdo ahora. Su padre estaba con la hermana.- vi como puso cara de confundido y me paré.
- Espera, espera. Hermana de Sandra?
- Sí.
- Y ya no vive con ellos?
- Mike, Mike. Vas delante de las tormentas chico. Espera que lo cuente.- dije riendo.
- Haha, perdón. Sigue.- sonrió.
- Su padre y Zaida, que era como se llamaba la hermana, volvían de comprar algo de navidad, me parece que era el cinco de Diciembre. Ella tendría unos 6 años. De repente...- la camarera me interrumpió.
- Buenas tardes que queréis?- preguntó con aquella sonrisa tan ensayada.
- Te apetece chocolate caliente?- pregunté sonriendo.
- Sí.- contestó rápidamente.
- Vale ahora os los traigo.- se fue hacía la barra.
- Bueno sigo.- asintió con la cabeza.- La cosa es que Inés, su madre, recibe una llamada de la policía. Ahí ya le dicen que había ocurrido y todo. Su padre falleció en el accidente, pero Zaida no.
- Aquí tenéis. - la camarera nos sirvió las tazas.
- Entonces, tiene un accidente y fallece el padre no? Qué paso con Zaida?- preguntó mientras movía lentamente el chocolate.
- Zaida estaba muy grave, el coche cayó y no llevaban los cinturones. Muchos dicen que fue un despiste, pero nadie sabe eso. Inés llegó al lugar del accidente y imaginate...
- Madre mía...Y yo que tengo que ver?- preguntó entre risas.
- Ahora te lo digo, su hermana según Inés era una verdadera fan tuya. Gracias a eso Sandra te conoce y oye tu música. Seguramente se ha puesto así por eso...
- Oh! Pobrecita...
- Creo que se habrá puesto triste por eso.
Me puse a remover el chocolate lentamente, pensando. Noté una patada y alcé la cabeza mirando a Michael, estaba haciéndose el despistado.
- Mal Mike, mal.- avisé de broma.
- Qué has dicho algo?
- Que estás tonto.- contesté riendo.
Se rió levemente y me guiñó un ojo mientras bebía. Era tan, tan...único? No sabría como decirlo exactamente.
De repente sonó su móvil. Vió quien llamaba y se quedó parado mirando la pantalla.
- Cogelo.- insistí
Me sonrió y se fue afuera para hablar...






jueves, 11 de noviembre de 2010

Capítulo 35 // Todo Bueno Tiene Un Final //


- I esta es su habitación...- sonó la voz de mi madre.
Me puse muy nerviosa, cogí las cartas como pude y me las puse detrás de la espalda.
- Vaya, y aquí la dueña de la habitación.- dijo mi madre señalándome sonriendo.
- He venido...a verla.- solté una sonrisita de disimulo.
- Igual que nosotros.- dijo mi madre entre risas.
- Es muy bonita, oh un póster de Thriller.- señaló Michael.
- Es muy fan tuya eh, no oía nada más que tus canciones...- haciendo un ademán exagerado.
- Mamá...- dije sonrojada.
- Bueno que te la enseñe ella vale voy a buscar la cámara.- cerró la puerta.
Me habían puesto entre la espada y la pared, no podía esconder las cartas. Tenía que decirselo...o tener un golpe de suerte.
- Que bonita tu habitación.- me miró.
- Eh...Gracias, sí. 
- Ocurre algo?
- No, que va. Nada.- suspiré.- Bueno...Lo siento.
- Por qué?- preguntó riendo.
- He cogido tus cartas.- las mostré. - Tenía curiosidad...
- Ah, tranquila no pasa nada. No es nada del otro mundo, cartas de una fan. Aunque un tanto misteriosas...
- Sí, eso me ha sorprendido, será la chica esa rubia no?
- No tengo ni idea...- las miró.- Fíjate en estas iniciales.
- I.R, no te suenan?
- Para nada. No me suenan de nada.- hubo un pequeño silencio.- Aunque, si no es esa chica, por que me la da ella?
- Alomejor es ella, hace mucho que envia cartas?
- Sí, mucho...mucho.- hizo ademán de mucho tiempo.
- Siéntate.
Nos sentamos encima de la cama, yo me puse pegada a la pared sentada como un indio y Michael frente a mí igual.
- La primera carta llego hará 16 años...sí 16. Entonces tenía solamente 14 añitos. Estaba en casa, en mi habitación. Llegó mi madre con cartas y me las dió. Ya sabes fans y fans...Pero la de ella fue especial.
- Y eso? - pregunté curiosamente.
- Pues, no era como otras fans. Siempre escribian lo típico. La de ella fue muy breve.
- Bueno...no sé que es lo típico.- dije entre risas.
- Ah bueno.- sonrió.- Te quiero mucho, me encanta tu música...esas cosas.
- Si, sí.
- Bueno ella no puso eso, sólo esto " Eres lo que más aprecio en esta vida, por favor cuidado." Esa fue la carta.
- Y el remitente...- dije esperando su respuesta.
- Nada. Solo mi nombre escrito, y al final de la carta las iniciales.
- Vaya...Podríamos investigar, no? - pregunte riendo.
- Sí, que bien.- sonrió.- Por favor no digas nada de esto...solo lo sabemos tu y yo, confío en tí vale?- me cogío las manos.
- Mike tranquilo, como una tumba eh.
- Perfecto.- sonrió y me dio un pequeño beso.
Decidimos ir a ver a Sandra, cuando pudimos esquivar a mis padres de tanta pregunta y fotografía junta, salimos de casa.
La casa de Sandra no estaba muy lejos, unas dos manzanas mas solo.
- Oh! Miriam, que de tiempo!- me dió un fuerte abrazo.
Era como una caricatura de Sandra. Se parecían muchisimo, el pelo castaño, casi siempre llevaba un moño. Nunca la he visto de color, siempre con ropa muy oscura a consequéncia de la muerte de su marido y su hija. Hace muchos años que eso ocurrió pero no ha levantado cabeza...
- Pasad, pasad.
Pasamos. Que de recuerdos tenía en aquella casa.
- Qué tal ?- pregunté.
- Como siempre.- respondío con una pequeña sonrisita.- Es tu compañero?
- Sí, sí. Ha venido conmigo.
- Ah, me imagino que quereís ver a Sandra, no? 
Asentimos con la cabeza y nos guió hacía su habitación. Estaba en el piso de arriba, a la derecha.
- Aquí es, estaré en el salón.- se fue.
- Vale. Mike quiero que entres tu , vale?
- A ver si le da algo...- dijo entre risas.
- Haha, seguramente.
- Los dos venga.- dijo tímidamente.
- Vale, vamos.
Abrí la puerta lentamente, vi como estaba en la cama, con la mirada fija en el techo. Giró la cabeza lentamente hacía mí y dió un gran sobresalto.
- Miri!- me abrazó frenéticamente.
- Ai mi loca preferida!
- Haha, qué haces aquí loca?
- Ver a otra loca.- dije entre risas.
- Haha, tía como te he echado de menos.- dijo con ojos brillantes.
- Y yo tía...Ah...- púse cara de malvada.
- Que tramas señorita?- preguntó.
- Ha venido una visitita...- le hice una señal a Michael para que pasara.
- Aaaaah!
Esa fue su reacción, se cogió la cabeza y gritaba como una loca.
- Estoy muerta y he tocado el cielo...no puede ser...Aaah!- gritaba con una sonrisa enorme.
- Haha, hola.- Michael le dió dos besos.
- La leche...que guapo es...Pellizcame, pellizcame.
- Haha, primero cierra la boca.- se la cerré de un golpecito.
- Díos...Es real?- me susurró.
- Claro!
- Te puedo dar una abrazo?...- preguntó aún shoqueada.
Michael se acercó y la abrazó. Sandra empezó a llorar, pero no emocionadamente, sinó muy triste.
- Qué te pasa?- preguntó Michael preocupado.
lunes, 1 de noviembre de 2010

Capítulo 34 // Letters To Michael //


Mis padres soltaron una pequeña sonrisita y siguieron comiendo. No lo entendía, les había dicho que era Michael Jackson y tan normales. Me giré a Michael y entonces el se quito el sombrero y las gafas. Oí como un cubierto cayó y mi padre empezó a toser, mi madre estaba shoqueada viendole y dándole pequeños golpecitos a la espalda, como si hubieran realentizado el tiempo. Hasta Estrella, el perro, dejo de ladrar...
- Veis.- dije riendo.
Mi padre cogió su vaso de agua y bebió lentamente, mientras que mi madre se fue rapidámente a su lado.
- Madre mía! Y será el de verdad!- exclamó.
- Sabes me encanta como andas "patrás".- dijo mi padre entusiasmado.
Parecian dos entrevistadores, venga a lanzarle preguntas. Michael tenía una sonrisa de oreja a oreja y solo asentía con la cabeza.
- Venga dejarle comer al pobre.- dije entre risas.
- Me encantó aquel disco, como se llamaba? Mmm...ah si!
- Y aquella canción que no dejaba de oír ella.- dijo mi padre insinuadamente.- Sabes Michael?- codeándole.
- Papá, sientate venga.- lo llevé cogido de los hombros hasta su silla.- Ahí quieto, eh. Comamos en paz.- dije riéndo.
- Vale, vale. Pero todos los días no viene Michael Jackson.- se sentó.
- Que simpáticos.- dijo Michael sonriendo.
Seguimos comiendo mientras le contaba como le conocí, mis padres estaban shoqueados, es 
normal.
Terminamos de comer, cuando mi madre se empeñó en enseñarle la casa a la cual Michael aceptó sin pensarselo.
Mientras yo jugaba con la cucharita dentro del vaso de leche mi padre buscaba por los cajones como un loco.
- Mmm...papá, que haces?
- Buscando la cámara, dónde la dejaría la mujer esta?- dijo mientras rebuscaba en el cajón.
Lo deje a la suya y me bebí el vaso de leche.
- Papá, habéis tocado mi habitación?
- Oh gracias!- contestó entusiasmado.
- No te he dicho que está allí...- dije entre risas.- Solo te he preguntado que si esta todo como antes.
- Ah...Haha, perdón. Está todo como siempre.- se giró y se puso otra vez a buscar en los cajones.
Me estiré y de soslayo vi la chaqueta de Michael colgada de la silla donde se sentaba. En el bolsillo vi como aquella carta se asomaba un poco...no me pude resistir.
Metí la mano en el bolsillo y noté las dos cartas, las cogí sin que nadie me viera y me la eché en mi bolsillo. Me dirigí hacía mi habitación para volver a verla y leer tranquila aquellas cartas.
Fui pasillo al fondo, mi habitación era la última. Miré que no viniera nadie y entré de espaldas para cerrar lentamente.
- Vaya...no ha cambiado nada.- dije contemplándola.
Mi habitación de color crema, me gustába tanto. Mi cama debajo de la pequeña ventana donde por la noche veía las estrellas y gotas de lluvia. Aquel armario de madera decorado en las puertas con unas flores grabadas y aquel gran poster de Thriller. Aún recuerdo cuando mis tios me lo dieron.
Me senté en el escritorio y tendí la primera carta que cogí. Era una carta normal, la abrí y me puse a leerla.
" Querido Michael,
No sabrás quien soy, seguramente para ti solo una alocada fan entre un millon. Sigo cada uno de tus pasos, allá donde vas, allí estoy, siempre a tú lado aunque no notes nada. No es una forma de acoso, es amor.
 I.R "

Madre mía, quien sería? Aquella chica? Que significa " I.R" ? Y " allá donde vas, allí estoy"? 
Parece muy extraño, misterioso...con pinta de nunca poderse resolver. Saqué la segunda carta y me puse a leerla.
" Querido Michael,
Siento lo ocurrido con Vannesa, te creo. No dejaré que nada te hunda, se que no sabes quien soy, o tal vez sí. Quién sabe.
Te preguntarás, por qué hace esto? Michael, corazón. Hago esto porque no puedes ni imaginarte la inmensidad de sensaciones que siento por ti. Desde aquella tarde, la tarde que te vi por primera vez. Aquella pequeña y hermosa casa donde te veía y mi corazón se aceleraba, era una niña no entendía que me pasaba. Hasta que llego el día de tu partida. Ya no te veía, no sabía absolutamente nada de tí, hasta que quise emprender mi camino. Y aquí estoy, tan lejos, tan cerca...
I.R"
- Dios mío...- suspiré.
Era lo único que podía decir, estaban a punto de saltarme las lágrimas. Sin saber porqué, me sentía un lado culpable...
De repente la puerta empezó a abrirse lentamente...

 



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