domingo, 26 de diciembre de 2010
Capítulo 41 // Crazy in Love//
8:06 | Publicado por
M'Jackson |
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- Claro.
- Vamos a cenar y luego nos vemos en el establo?- preguntó con tono entristecido.
- Cómo quieras...- entré detrás de él.
Sinceramente aquel pequeño paso hacía el salón se me hizo eterno. Lo miraba de arriba a abajo, cada paso que daba...Me temía que iba a perderle, tenía tantos motivos en la cabeza que no podía pensar nada positivo, pero bueno la vida sigue...
Llegamos al comedor y me senté como siempre, entre Carol y Michael.
No tenía mucha hambre estaba muy apagada. No me quitaba de la cabeza sus palabras " Podemos Hablar? " y la forma de cómo se frotaba las manos nerviosamente.
Terminamos de comer, Michael me hizo un ademán con la cabeza para que le siguiera.
Me levanté y le seguí hasta el establo, entramos y cerró lentamente.
- Bueno...dime.- dije entristecida.
- Verás se que esto no es fácil.- suspiró.
- Mike de verdad que si quieres que...bueno...- puso su mano en mi hombro.
- Estoy enamorado de ti.
No apartaba la mirada de mis ojos, sus ojos negros brillantes siempre atentos a los míos. Se me paró el tiempo, sólo veía su rostro : sus ojos, el rizo de la frente y una sonrisita tímida. Debía decirle todo lo que sentía...
- Mike siento mucho lo de antes pero...- me cortó.
- Lo sé, no pasa nada. David es muy especial y muy bien chico. Hazle caso a tu corazón elijas lo que elijas aquí me tendrás.- me abrazó.
- Siéntate...- señalé unas balas de heno colocadas una al lado del box de Butterflyes y otra al de Destiny.
Se sentó y esperó a que hablase.
- Es verdad que los dos sois muy especiales y os quiero muchísimo...- Michael asintió.- Pero desgraciadamente no puedo estar con los dos...- dije con la lágrima al caer.
- Tranquila. Se entiende. Con los dos...sería un gran problema, haha.
- Sí.- sonreí.
- Mira si quieres ir con el ve. No voy a guardarte rencor ni a ti ni a él, para nada. Es tu elección.
Butterflyes asomó la cabeza y empujó ligeramente a Michael en la espalda.
- Hey! Haha, venga a descansar.- dijo acariciándole la frente tiernamente.
Michael se giró hacia mí sonriendo, sonreí y aparté un poco la mirada. Butterflyes resopló y volvió a empujar a Michael.
- Butterflyes me vas a echar.- me giró hacia Butterflyes y ella relinchó malhumorada con las orejas ligeramente inclinadas hacia atrás.
- Vaya, no está muy contenta- dije riendo.
- Que va.- le acarició la frente y prosiguió.- Así que si quieres tomarte un tiempo libre ya que vienen navidades...- Butterflyes empujó fuertemente a Michael y hizo que cayera.
Michael se quedó sentado en el suelo y se puso las manos lentamente en la cintura mirando a Butterflyes que estaba relinchando como si riera.
- Muy bien querida lo has conseguido, yo también te quiero.- dijo riendo.
- Haha!- le estreché la mano para que se levantara.
- Gracias.- soltó una carcajada.
Su risa era muy pegadiza, siempre que reía a gusto se tapaba la boca con la mano. Era muy dulce.
Butterflyes no pareció contenta con lo que dijo Michael de las vacaciones, sinceramente yo tampoco, no quería separarme de él para nada.
- Será mejor que vayamos dentro que cómo siga así.- dije acariciando a Butterflyes.
- Haha, venga vamos. Duermete eh.- le dio unas pequeñas palmadas al cuello.
Salímos del establo y Michael cerró la puerta con llave. Se giró hacía mi sonriendo.
- Bueno vamos dentro.
Sonreí y miré tímidamente hacia el suelo. Estaba pensando una locura, tenía muchas ganas de hacerla así que allá iba...
sábado, 25 de diciembre de 2010
Capítulo 40 // Hurt //
12:59 | Publicado por
M'Jackson |
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Alguien me empujó en el hombro, no muy fuerte, pero hizo que me tuviera que apoyar en la puerta, a causa de eso se abrió.
Vi a Michael sentado en el taburete, con las manos aun en el teclado, estaba de espaldas con su cabeza girada hacía a mí, con una sonrisa y cara de sorprendido.
Le sonreí tímidamente y cerré la puerta lentamente, me apoye de espaldas sobre ella, cerré los ojos y suspiré...Al abrirlos me vi a Adam riéndose de mí.
- Eres cruel.- dije entre risas.
- Haha! Ha sido para grabarlo.
- Qué gracioso eres tss.- dije riendo.
- Qué hacías señorita?- preguntó con tono burleta.
- Y tu graciosillo?
- Haha.- dio media vuelta y se fue riéndose.
Qué gracioso...Tenía una vergüenza encima mía que era más grande que yo. Puse rumbo hacía mi habitación y pensar que no había ocurrido nada, pero alguien me tapó los ojos suavemente con unas delicadas manos, sabía perfectamente de quién eran.
- Quién eres?- pregunté riendo.
- Adivinalo.- contestó con una voz misteriosa.
- Mmm...Peter Pan?
- Haha, ojalá.- quitó las manos de mis ojos y me giré hacia él y me dio un beso.
- Te ocurre algo? - pregunté mientras jugueteaba con el rizo que le caía por la frente.
- No. Bueno...- suspiró.- Ya sabes, el juicio, Vannesa...esas cosas me corroen la mente.
- Lo sé, pero tranquilo todo saldrá bien.- lo abracé.- Ah, Mike voy a pasarme los apuntes que me ha dejado David.
- Claro, estaré en el salón.
Subí las escaleras hasta mi habitación a pasarme los apuntes antes de que se hiciera más tarde.
Estaban encima de la cama, me puse a mirarlos.
- Dios mío...- dije ojeando.
Había mucha materia que estudiar, menos mal que eran fotocópias, que o sino debía copiármelo todo a mano. Di una ojeada rápida y fui a ver que hora era.
Vaya las siete, quería pasar a ver a Christina y Megan, pero para eso necesitaba que me llevase David. Mejor les llamo y ya mañana ir a verlas.
- Diga?- preguntó Christina.
- Hola! Soy Miriam.
- Oh! Miri, que alegría. Cómo estás?- preguntó con su natural simpatía.
- Muy bien, y vosotras?
- Bien, aquí delante de la chimenea estamos combatendo el frío.- dijo riendo.
- Haha bien que haceís hace un frío enorme.
- Verdad.- de fondo se oía a Megan hablar muy rápidamente.- Ahora se pone la pesada de Megan.
- Hola!- saludó eufórica.- Cómo quedó el viaje?
- Hey Megan! Muy bien.
- Y tu amiga qué tal?
- Muy bien, está en casa y todo.
- Ah, que bien. Me alegro! Bueno te paso a Christina. Adiós!
- Vas a hacer algo pasado mañana?- preguntó Christina.
- Eh...Pasado mañana? Pues supongo que de mañana iré a la clínica...- me cortó.
- Haha, trabajas en Nochebuena?
- Oh! Es verdad! No me acordaba, haha.
- Bueno si no haces nada puedes venirte con nosotras.
- Muchas gracias, os avisaré.
- Vale. Adiós!
Vaya, había perdido la noción del tiempo, ya estaba ahí la Navidad. Miraré algo mañana para mandarselo a mi família.
Qué frío hacía, fuí al armario para ponerme aquel chaqueton que tanto me gustaba, de color negro que llegaba un palmo por debajo de la cintura, adornado por el torso con cuatro botones grandes.
Me lo puse y me fui hacía abajo. Oí en el porche sonar una guitarra así que quise asomarme.
Estaban David y Michael.
- Hola chicos.- saludé.
- Hey! Siéntate.- dijo Michael dándose unos pequeños golpes en las piernas.
Michael me puso en un compromiso, sinceramente. Así que me sente a su lado, se quedó bastante incomodo por lo que pude ver y hubo un gran silencio.
- Bueno voy dentro...a ver si ya está la cena y os aviso...- Michael se levantó y se fue dentro.
- Vale.- contestó David.
Me sentí fatal, no podía contenerme las lágrimas. David vino y me abrazó.
- Tranquila.- dijo frotándome suavemente la espalda.
No quería que eso hubiese ocurrido, pero era imprevisible.
Al cabo de poco tiempo vino Michael.
- Chicos ya está la cena.
David me frotó la mejilla, se levantó y entró. Michael se quedo apoyado en el marco de la puerta frotándose las manos.
- Podemos hablar?...- preguntó nervioso.
sábado, 18 de diciembre de 2010
Capítulo 39 // Will You Be There? //
9:56 | Publicado por
M'Jackson |
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- Si ella ve las fotos que nos toman la prensa, las puede utilizar en mi contra en el juicio.
- A ver...No te entiendo.- dije un poco malhumorada.
No quería estar conmigo? Fue lo primero que se me pasó por la mente...
- Quieres decirme...que, no quieres que vayamos juntos?- pregunté.
- No,no. Eso no, quiero que estemos juntos claro que sí. Yo te quiero.- dijo cogiéndome las manos.
En ese momento juro que me hubiera echado al suelo a llorar y gritar de felicidad, pero debía contenerme esa emoción si no quería que Michael pensase que estaba un poco en el otro lado.
- Entonces tenemos que evitar a la prensa no?- pregunté con una sonrisa de oreja a oreja.
- Sí, iremos despacio hasta que pase el juicio, vale?- me dio un beso.
Oímos la puerta abrirse y vimos una silueta que iba entrando a la sala. Era Adam.
- Hey Mike!- saludo amistosamente.
- Hola! Cómo va todo?
- Muy bien, he venido a por la veterinaria.
- Ocurre algo?- pregunté.
- No tranquila, es para una pequeña revisión, solo eso.- contestó con una sonrisa apacible.- Vamos?
- Claro.- Michael me tocó el brazo.
- Estaré en el patio.- dijo dulcemente.
Le sonreí y me fui con Adam.
- Qué? Cómo lo habéis pasado?- preguntó.
- Muy bien, gracias por preguntar.
Adam asentía levemente la cabeza mientras hacía una risa extraña.
- El amor...el amor...
- Qué estás enamorado?- pregunté entre risas.
- Haha, no. Lo digo por ti.
- Por...mí?- pregunté confundida.
- Sí. Es lógica.- contestó muy seguro.
- No te entiendo.
- Michael es famoso, tú solo una veterinaria. No cuadra.
- Ya...Pero si me quiere es otra cosa.- dije riendo.
- Es lo que crees.
Vaya con Adam, no me parecía tan...tan Vannesa por así decirlo. Me recordó mucho a ella. Pero tampoco podía juzgarlo así porque sí, lo acababa de conocer porque en todo el tiempo que llevo en Neverland no he hablado con él.
Me estaba advirtiendo? O sólo quería que no estuviera con Michael? No sé...intentaré hablar más con él para saber por dónde quiere ir.
No quise seguirle la conversación, sonreí y le seguí.
Llegamos al establo.
- Ah! Mi loca preferida!- gritó David eufóricamente.
- Haha!- me eché encima de él.
- Qué ganas de verte! Mira que no llamarme...- dijo con carita de pena.
- Haha, he estado...liada,sí.- sonreí.
- Bueno me imagino que tienes que contarme muchas cosas eh.
- Claro, pero tengo que revisar los animales...- me cortó.
- Si? Lo he echo yo esta mañana.
- Ah...es que Adam...
- Se habrá confundido.- dijo sonriendo.
- Seguramente.
Me cogió la mano y fuimos a sentarnos dónde siempre, al poste del vallado.
- Cómo está tu amiga?
- Bien. Se hizo daño en la espalda pero fue leve.
- Ah que bien.- sonrió.- Que bien que Michael que haya acompañado.
- Sí...- sonreí disimuladamente.
Vaya, David no sabía que estaba con Michael. Debería decírselo? O esperar? La verdad David me gustaba y mucho...pero solo podía decidir o Michael o él... No quería hacerle daño a ninguno de los dos porque eran muy especiales, el único inconveniente lo tenía Michael, era famoso...
Aparté un poco la mirada de David y me giré hacía el porche de la casa, allí estaba Michael, con su sombrero cubriendole. Apoyado en la barandilla. Se giró hacia nosotros unos segundos y entró dentro de la casa.
- Ocurre algo?- preguntó David.
- No, estoy bien...
- Bueno...Te he dejado los apuntes de la academia encima de la cama...Voy a...- dijo señalando el establo.
- Ah, gracias...Si,sí. Luego nos vemos...
Lo había notado, me sentía cómo insegura con él. Noté que a Michael le pasaba algo, estaba segura. Se le notaba mucho aunque no queriese, así que no podía hacer nada más que ir a verle, necesitaba saber que le ocurría.
Lo busqué primero por su habitación, no estaba. Bajé al comedor, busqué por las habitaciones pero ni rastro de él. Así que decidí ir a la sala de piano, era el único sitio que no miré.
Me paré delante de la puerta, oía el piano sonar. Me sentí incapaz de entrar, que le decía? No sé si había sido buena idea pero de repente...
viernes, 10 de diciembre de 2010
Capítulo 38 // Little Space //
8:23 | Publicado por
M'Jackson |
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Di un gran sobresalto. Michael abrió una pizca el ojo.
- Que ocurre?
- Lo has oído?- pregunté asustada.
- El que?- preguntó confundido.
- He oído...bueno lo habré soñado...- sonreí disimuladamente.
Sonrió y se levantó. Vaya, me había dormido. Me froté un poco la cara y me estiré. Michael se sentó y tendió encima mía una mantita.
- Tapate tu también.
- No, tranquila estoy bien.
- Ven aquí.- lo acerqué y lo tapé.
Suspiró y volvió a apoyarse sobre mi hombro. Nos dormimos.
- Despierta...Despierta...Cariño...- oí mientras notaba unos golpecitos.
- Qué?...- pregunté desorientada.
- Estamos a punto de llegar.
- Ah, vale...-me sonrojé.
Me dio un pequeño beso y me fui al baño a arreglarme un poco.
Me hice el pelo y me estiré todo lo que pude, me quede mirándome al espejo intentando recordar aquel ruido que oí y que me despertó, una especie de portazo pero muy fuerte.
No sé, posiblemente fuera un sueño...
Salí y me fui a sentarme. Michael estaba asomado a la ventana.
- Oh! Mira.- señalo eufórico.
Me acerqué para ver. Se veían las montañas, las ciudades y aquellos pequeños pueblecitos.
- Que preciosidad.
Contemplamos el paisaje hasta que aterrizamos.
Los guardaespaldas nos guiaron hasta una limusina que había en la puerta, subimos y nos llevó hasta Neverland.
- Ven, quiero enseñarte un sitio. - me cogió de la mano y me llevó hacia dentro de la casa.
Entramos y pasamos el largo pasillo, bajamos unas cuatro o cinco escaleras, a su derecha una gran puerta adornada con pequeñas notas musicales seguramente por su brillantez, de oro.
Michael empezó a buscar en su bolsillo y sacó una manojo de llaves. Habían muchas, no sé cómo se aclararia. Al final cogió una llave no muy grande, a mi esa forma me recordaba a la de los castillos. En el extremo tenía una pequeña nota grabada.
- Vaya. Así sabes seguro que es de ahí.- dije sorprendida.
- Haha sí, pregunté si podían hacerme la nota y me la hicieron.- me la enseñó.
- Oh. Que bonita.
- Abre.- dijo con una gran sonrisa.
Cogí la llave y la metí en la cerradura, oí como al rodar la llave se abría la puerta.
Michael empujó un poco la puerta y se abrió.
Una sala verdaderamente grande. El suelo era de mármol, tan brillante que podía ver como se reflejaban mis zapatos. Las paredes blancas, su parte derecha estaba llena de ventanales enormes por donde entraba la luz y se veía el estanque de la parte norte.
La habitación estaba muy vacía, solo en medio de la sala un piano de cola parecía por su forma.
- Tan grande...y tantas pocas cosas.- dije entre risas mientras lo observaba todo.
- Sí. Ya verás.- rodeo su mano en mi cintura y me llevo hasta el piano.
Se sentó y me pidio que me sentase encima. Empezó a tocar el piano, sonaba por toda la habitación aquella dulce y tranquila melodía que tocaban sus delicadas manos.
- Si hubieran más cosas no sonaría igual de bonito.- dijo con una voz muy bajita.
- Si?- pregunté sorprendida.
- De verdad.- sonrió.
- Vaya, no sabía eso.- dije entre risas.- Te puedo preguntar una cosa?...
- Claro.- paro de tocar el piano.
- Por qué nos han echo volver?
- Verás...
- Que ocurre?
- Lo has oído?- pregunté asustada.
- El que?- preguntó confundido.
- He oído...bueno lo habré soñado...- sonreí disimuladamente.
Sonrió y se levantó. Vaya, me había dormido. Me froté un poco la cara y me estiré. Michael se sentó y tendió encima mía una mantita.
- Tapate tu también.
- No, tranquila estoy bien.
- Ven aquí.- lo acerqué y lo tapé.
Suspiró y volvió a apoyarse sobre mi hombro. Nos dormimos.
- Despierta...Despierta...Cariño...- oí mientras notaba unos golpecitos.
- Qué?...- pregunté desorientada.
- Estamos a punto de llegar.
- Ah, vale...-me sonrojé.
Me dio un pequeño beso y me fui al baño a arreglarme un poco.
Me hice el pelo y me estiré todo lo que pude, me quede mirándome al espejo intentando recordar aquel ruido que oí y que me despertó, una especie de portazo pero muy fuerte.
No sé, posiblemente fuera un sueño...
Salí y me fui a sentarme. Michael estaba asomado a la ventana.
- Oh! Mira.- señalo eufórico.
Me acerqué para ver. Se veían las montañas, las ciudades y aquellos pequeños pueblecitos.
- Que preciosidad.
Contemplamos el paisaje hasta que aterrizamos.
Los guardaespaldas nos guiaron hasta una limusina que había en la puerta, subimos y nos llevó hasta Neverland.
- Ven, quiero enseñarte un sitio. - me cogió de la mano y me llevó hacia dentro de la casa.
Entramos y pasamos el largo pasillo, bajamos unas cuatro o cinco escaleras, a su derecha una gran puerta adornada con pequeñas notas musicales seguramente por su brillantez, de oro.
Michael empezó a buscar en su bolsillo y sacó una manojo de llaves. Habían muchas, no sé cómo se aclararia. Al final cogió una llave no muy grande, a mi esa forma me recordaba a la de los castillos. En el extremo tenía una pequeña nota grabada.
- Vaya. Así sabes seguro que es de ahí.- dije sorprendida.
- Haha sí, pregunté si podían hacerme la nota y me la hicieron.- me la enseñó.
- Oh. Que bonita.
- Abre.- dijo con una gran sonrisa.
Cogí la llave y la metí en la cerradura, oí como al rodar la llave se abría la puerta.
Michael empujó un poco la puerta y se abrió.
Una sala verdaderamente grande. El suelo era de mármol, tan brillante que podía ver como se reflejaban mis zapatos. Las paredes blancas, su parte derecha estaba llena de ventanales enormes por donde entraba la luz y se veía el estanque de la parte norte.
La habitación estaba muy vacía, solo en medio de la sala un piano de cola parecía por su forma.
- Tan grande...y tantas pocas cosas.- dije entre risas mientras lo observaba todo.
- Sí. Ya verás.- rodeo su mano en mi cintura y me llevo hasta el piano.
Se sentó y me pidio que me sentase encima. Empezó a tocar el piano, sonaba por toda la habitación aquella dulce y tranquila melodía que tocaban sus delicadas manos.
- Si hubieran más cosas no sonaría igual de bonito.- dijo con una voz muy bajita.
- Si?- pregunté sorprendida.
- De verdad.- sonrió.
- Vaya, no sabía eso.- dije entre risas.- Te puedo preguntar una cosa?...
- Claro.- paro de tocar el piano.
- Por qué nos han echo volver?
- Verás...
miércoles, 24 de noviembre de 2010
Capítulo 37 // Tabloid Junkie //
13:14 | Publicado por
M'Jackson |
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Mientras removía el chocolate y le daba pequeños sorbos, veía a Michael hablar. No tenía ni la menor idea de con quien hablaba, aveces se reía, a veces se ponía muy serio. Al poco tiempo guardó su móvil en el bolsillo y vino.
- Tienes suerte de no tener hermanos.- sonrió y se sentó.
- Y eso?- pregunté entre risas.
- Nada, cosas de hermanos.
- Ah...- sonreí.
- Sabes? Vannesa quiere ir a juicio...
- Por qué? El que debería haber planteado lo del juicio deberías haber sido tú.- dije malhumorada.
- No sé como ha podido hacerme todo esto...- empezó a mover lentamente el chocolate.
- Tranquilo, el tiempo lo arregla todo.- alzó la cabeza con una sonrisa.
- Eso espero.
Nos terminamos el chocolate tranquilamente. Luego nos pusimos de camino al aeropuerto, teníamos que sacar los billetes para volver a América.
Entramos al aeropuerto.
- Ven es en la planta de arriba.
- Un momento voy al baño.
- Vale, estaré arriba.- me dio un pequeño beso y se fue.
Me dirigí hacia el ascensor y le pulse el botón.
Subí, me esperé a darle al segundo piso porque venía una chica, parecía del una azafata por la vestimenta.
- Hola.- saludó plácidamente.- A qué piso vas?
- Al segundo.
Acto seguido de decírselo pulsó el botón para el segundo piso.
Llegamos.
- Gracias! Adiós.- me despedí.
Salí del ascensor y observe mi alrededor por si Michael ya había subido o estaba por allí. No lo veía, me aparté de la puerta para que la gente pudiera entrar y salir y me senté en un banco.
A mi lado había una chica adolescente, unos dieciséis años tendría, estaba con sus auriculares oyendo música. Se giró hacia mí y le hice una pequeña sonrisa, no se inmutó mucho solo se giro y siguió a lo suyo.
Me quedé mirando hacia las escaleras y vi como aquel sombrero iba apareciendo a medida que subía.
- Vamos?- preguntó sonriendo.
- Sí, es aquí al lado. Tenemos que presentar los pasaportes, elegir el día. Creo que mañana ya será buen día, que te parece? Mi...Mike?
Me giré para ver que decía pero ya no estaba a mi lado, mire atrás y allí estaba. Hablando con dos niños.
- Mike...- dije riendo.
- Oh! Siento no haberte avisado.- rió tímidamente.- Chicos ir con cuidado. Adiós!
Los niños se despidieron y fuimos a pedir los billetes.
- Me has dejado hablando sola.- le di un pequeño empujón.
- Haha, hubiera pagado por haberte visto.
- Haha, gracias eh.
Me rodeó con los brazos y me dio un pequeño beso, pero un destello nos hizo separarnos y observar que era. Antes de reconocer que era ya teníamos encima a tres periodistas lanzando preguntas como si se les fuera a terminar el tiempo.
No entendía que decían, eran tantas cosas a la vez. Solo veía a Michael muy incomodo diciendo que no iba a contestar a nada.
Entonces dos hombres empujaron a los periodistas, Michael y yo nos quedamos parados, sin saber que hacer. De repente me vi un brazo pasar por mi lado que me empujaba. Los guardaespaldas de Michael nos seguían a todos los lados, aunque no los viéramos siempre estaban allí. Entre golpes por aquellos grandes hombres que parecían armarios nos llevaron a una pequeña sala.
Había una mesa con cuatro sillas, en una de ellas, un hombre.
- Siento mucho lo ocurrido señor.- se disculpó aquel hombre con su voz ronca.
- No pasa nada chicos, ya sabéis como son...- dijo Michael sonriente.
- Carl y Frederick os traerán en seguida los pasaportes y marchareis.
- Pero...- me cortó.
-Tenéis que ir a América, no os podeís quedar.
- Pero...- Michael me tocó el brazo.
- Debemos hacerles caso.
- Vale...
Estuvimos allí media hora encogidos de hombros esperando los billetes. Ya no sabía que hacer, que mirar...
- Voy a llamar a mis padres, que no saben que ya nos vamos.
- Claro. Ah y a Sandra, que le hemos dicho que iríamos.- puso cara triste.
- Oh, es verdad. Voy a llamarles.
Les llamé y les dije lo ocurrido. Después de dos horas más enteras, llegaron con los billetes.
- Ya los tenemos.-nos los dieron.
- No estaba tan lejos el sitio de recogerlos eh...- dijo Michael irónicamente.
- Ya...- se rieron.- Venid tenéis el vuelo en marcha están esperándoos. Es el 743.
Salimos y íbamos cómo burro en carro. Con los ojos cerrados podíamos haber llegado igual. Aquellos guardaespaldas no dejaban ver nada. Había uno delante, dos a los lados y otros dos detrás. Al llegar a la entrada pasó uno delante y nos tuvimos que esperar hasta que tuviera que volver a venir. Que curioso me parecía, sin ellos la mayoría de famosos morirían seguramente.
Llegamos y pasamos todo el avión siguiendo a aquel guardaespaldas. Apartó una cortina que había a mitad de avión y allí habían unos diez asientos, no habrían más. Nos sentamos y nos pasaron algunas revistas para entretenernos.
- No me gustan los cotilleos...- dijo Michael ojeando la revista.
Se quedó mirándome con una sonrisita y me ofreció la revista.
- A mi tampoco me gustan...- dije entre risas.
- Bueno aquí pasaremos doce horas.
- Menos mal que ya es tarde y se hará de noche.- suspiré aliviadamente.
- Se nos hará de día yendo ya verás.- sonrió.
- Oh, es verdad.
- Es bonito verlo.- dio un bostezo.- Creo que voy a acostarme un poco.
- Claro duerme.- le sonreí.
Apoyó su cabeza sobre mí hombro y se durmió mientras le acariciaba el pelo.
Era como ver a un ángel así de claro. Me daba mucha pena cuando a veces le veía llorar, seguramente es por algo que le han dicho. Lo que se de él es que lo han aclivillado mucho sobre todo lo que ha echo, sé que no sé la mayor parte de todo, pero pienso averiguarlo algún día. A veces me he sentido hasta culpable, sin razones, bueno, cuando me acordaba de David...
Sumergida en mis pensamientos y acariciando el pelo de aquel ángel veía por la ventana como nos movíamos y su reflejo, era una monería de hombre, aunque no lo consideraba un hombre porque no me transmitía aquellas emociones, era como estar con un niño. Muchos dicen que es un infantil y no sabe comportarse como un adulto que es, estoy totalmente en contra de eso. Michael es muy adulto, sabe muy bien que hace. Recuerdo una vez que le saqué el tema, que me gustaba su forma de ser, como un niño, a lo que me contestó " Sí. A mi también me gusta y creo que a todo el mundo, pero el rídiculo es su mayor miedo. " Nunca se me olvidará. De momento veía tierra pero sé que eso se termina y pasa a unas vistas totalmente aburridas, todo agua. Era muy agobiante, como si parasen el tiempo y allí, a más de cinco kilómetros de altura estar parado.
Un sonido escalofriante me despertó...
lunes, 15 de noviembre de 2010
Capítulo 36 // The music of life //
11:42 | Publicado por
M'Jackson |
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- Nada, nada...- se separó de sus brazos y agachó la cabeza.
- Ah....- Michael se quedó confundido.
Que pasó? Que extraño, nunca había visto ese comportamiento en ella, y menos allí con Michael, pudiéndolo tocar. Hubo un silencio estremecedor.
- Bueno, Michael. Sandra nosotros vamos a un sitio y luego pasámos, vale?- dije frotándole el brazo.
- Claro.- sonrió disimuladamente.
- Hasta luego!- nos despedimos.
Salimos y cerramos lentamente la puerta. Vimos a su madre asomada desde el salón y nos hizo un gesto con la mano para que fuéramos.
- Cómo la veis?...- preguntó rodándose nerviosamente los anillos de la mano. Sin dejarnos contestar prosiguió.- No sabemos que le pasa. Seguramente lo habréis notado.- dijo con la lágrima al caer.
Asentimos con la cabeza. Suspiró y siguió.
- Sabes lo que pasó con un accidente también...Los médicos dicen que posiblemente sea una pequeña depresión por lo ocurrido anteriormente.- Apartó la mirada y una lágrima cayó por su mejilla.
- Inés tranquila.- dije frotándole la espalda.- Tenemos que irnos, luego pasaremos.
- Cuando queráis. Michael, muchas gracias por venir, tú también Miriam.- Nos abrazó y nos fuimos.
Salimos.
- Qué le ha pasado?- preguntó Michael.
- Dice su madre que puede ser una pequeña depresión.
- Ah. No me he enterado de mucho.- dijo entre risas.- Es que al abrazarla ya sabes...
- Haha, no pasa nada hombre. Te conté que le pasó?
- No, no recuerdo.
- Vale. Que sepas que tienes algo que ver.-me quedé mirando la calle en busca de un sitio para sentarnos.- Mira, en aquella calle hay una cafetería, vamos y te lo cuento.
- Claro.
Fuimos hacía la cafetería, no estaba muy lejos pero Michael me hizo el camino eterno. No paraba de preguntarme si faltaba mucho, era muy gracioso.
Entramos y nos sentamos.
- Venga empieza.- dijo Michael impacientemente.
- Verás. Sandra estaba a punto de nacer, o ya nació no me acuerdo ahora. Su padre estaba con la hermana.- vi como puso cara de confundido y me paré.
- Espera, espera. Hermana de Sandra?
- Sí.
- Y ya no vive con ellos?
- Mike, Mike. Vas delante de las tormentas chico. Espera que lo cuente.- dije riendo.
- Haha, perdón. Sigue.- sonrió.
- Su padre y Zaida, que era como se llamaba la hermana, volvían de comprar algo de navidad, me parece que era el cinco de Diciembre. Ella tendría unos 6 años. De repente...- la camarera me interrumpió.
- Buenas tardes que queréis?- preguntó con aquella sonrisa tan ensayada.
- Te apetece chocolate caliente?- pregunté sonriendo.
- Sí.- contestó rápidamente.
- Vale ahora os los traigo.- se fue hacía la barra.
- Bueno sigo.- asintió con la cabeza.- La cosa es que Inés, su madre, recibe una llamada de la policía. Ahí ya le dicen que había ocurrido y todo. Su padre falleció en el accidente, pero Zaida no.
- Aquí tenéis. - la camarera nos sirvió las tazas.
- Entonces, tiene un accidente y fallece el padre no? Qué paso con Zaida?- preguntó mientras movía lentamente el chocolate.
- Zaida estaba muy grave, el coche cayó y no llevaban los cinturones. Muchos dicen que fue un despiste, pero nadie sabe eso. Inés llegó al lugar del accidente y imaginate...
- Madre mía...Y yo que tengo que ver?- preguntó entre risas.
- Ahora te lo digo, su hermana según Inés era una verdadera fan tuya. Gracias a eso Sandra te conoce y oye tu música. Seguramente se ha puesto así por eso...
- Oh! Pobrecita...
- Creo que se habrá puesto triste por eso.
Me puse a remover el chocolate lentamente, pensando. Noté una patada y alcé la cabeza mirando a Michael, estaba haciéndose el despistado.
- Mal Mike, mal.- avisé de broma.
- Qué has dicho algo?
- Que estás tonto.- contesté riendo.
Se rió levemente y me guiñó un ojo mientras bebía. Era tan, tan...único? No sabría como decirlo exactamente.
De repente sonó su móvil. Vió quien llamaba y se quedó parado mirando la pantalla.
- Cogelo.- insistí
Me sonrió y se fue afuera para hablar...
jueves, 11 de noviembre de 2010
Capítulo 35 // Todo Bueno Tiene Un Final //
14:26 | Publicado por
M'Jackson |
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- I esta es su habitación...- sonó la voz de mi madre.
Me puse muy nerviosa, cogí las cartas como pude y me las puse detrás de la espalda.
- Vaya, y aquí la dueña de la habitación.- dijo mi madre señalándome sonriendo.
- He venido...a verla.- solté una sonrisita de disimulo.
- Igual que nosotros.- dijo mi madre entre risas.
- Es muy bonita, oh un póster de Thriller.- señaló Michael.
- Es muy fan tuya eh, no oía nada más que tus canciones...- haciendo un ademán exagerado.
- Mamá...- dije sonrojada.
- Bueno que te la enseñe ella vale voy a buscar la cámara.- cerró la puerta.
Me habían puesto entre la espada y la pared, no podía esconder las cartas. Tenía que decirselo...o tener un golpe de suerte.
- Que bonita tu habitación.- me miró.
- Eh...Gracias, sí.
- Ocurre algo?
- No, que va. Nada.- suspiré.- Bueno...Lo siento.
- Por qué?- preguntó riendo.
- He cogido tus cartas.- las mostré. - Tenía curiosidad...
- Ah, tranquila no pasa nada. No es nada del otro mundo, cartas de una fan. Aunque un tanto misteriosas...
- Sí, eso me ha sorprendido, será la chica esa rubia no?
- No tengo ni idea...- las miró.- Fíjate en estas iniciales.
- I.R, no te suenan?
- Para nada. No me suenan de nada.- hubo un pequeño silencio.- Aunque, si no es esa chica, por que me la da ella?
- Alomejor es ella, hace mucho que envia cartas?
- Sí, mucho...mucho.- hizo ademán de mucho tiempo.
- Siéntate.
Nos sentamos encima de la cama, yo me puse pegada a la pared sentada como un indio y Michael frente a mí igual.
- La primera carta llego hará 16 años...sí 16. Entonces tenía solamente 14 añitos. Estaba en casa, en mi habitación. Llegó mi madre con cartas y me las dió. Ya sabes fans y fans...Pero la de ella fue especial.
- Y eso? - pregunté curiosamente.
- Pues, no era como otras fans. Siempre escribian lo típico. La de ella fue muy breve.
- Bueno...no sé que es lo típico.- dije entre risas.
- Ah bueno.- sonrió.- Te quiero mucho, me encanta tu música...esas cosas.
- Si, sí.
- Bueno ella no puso eso, sólo esto " Eres lo que más aprecio en esta vida, por favor cuidado." Esa fue la carta.
- Y el remitente...- dije esperando su respuesta.
- Nada. Solo mi nombre escrito, y al final de la carta las iniciales.
- Vaya...Podríamos investigar, no? - pregunte riendo.
- Sí, que bien.- sonrió.- Por favor no digas nada de esto...solo lo sabemos tu y yo, confío en tí vale?- me cogío las manos.
- Mike tranquilo, como una tumba eh.
- Perfecto.- sonrió y me dio un pequeño beso.
Decidimos ir a ver a Sandra, cuando pudimos esquivar a mis padres de tanta pregunta y fotografía junta, salimos de casa.
La casa de Sandra no estaba muy lejos, unas dos manzanas mas solo.
- Oh! Miriam, que de tiempo!- me dió un fuerte abrazo.
Era como una caricatura de Sandra. Se parecían muchisimo, el pelo castaño, casi siempre llevaba un moño. Nunca la he visto de color, siempre con ropa muy oscura a consequéncia de la muerte de su marido y su hija. Hace muchos años que eso ocurrió pero no ha levantado cabeza...
- Pasad, pasad.
Pasamos. Que de recuerdos tenía en aquella casa.
- Qué tal ?- pregunté.
- Como siempre.- respondío con una pequeña sonrisita.- Es tu compañero?
- Sí, sí. Ha venido conmigo.
- Ah, me imagino que quereís ver a Sandra, no?
Asentimos con la cabeza y nos guió hacía su habitación. Estaba en el piso de arriba, a la derecha.
- Aquí es, estaré en el salón.- se fue.
- Vale. Mike quiero que entres tu , vale?
- A ver si le da algo...- dijo entre risas.
- Haha, seguramente.
- Los dos venga.- dijo tímidamente.
- Vale, vamos.
Abrí la puerta lentamente, vi como estaba en la cama, con la mirada fija en el techo. Giró la cabeza lentamente hacía mí y dió un gran sobresalto.
- Miri!- me abrazó frenéticamente.
- Ai mi loca preferida!
- Haha, qué haces aquí loca?
- Ver a otra loca.- dije entre risas.
- Haha, tía como te he echado de menos.- dijo con ojos brillantes.
- Y yo tía...Ah...- púse cara de malvada.
- Que tramas señorita?- preguntó.
- Ha venido una visitita...- le hice una señal a Michael para que pasara.
- Aaaaah!
Esa fue su reacción, se cogió la cabeza y gritaba como una loca.
- Estoy muerta y he tocado el cielo...no puede ser...Aaah!- gritaba con una sonrisa enorme.
- Haha, hola.- Michael le dió dos besos.
- La leche...que guapo es...Pellizcame, pellizcame.
- Haha, primero cierra la boca.- se la cerré de un golpecito.
- Díos...Es real?- me susurró.
- Claro!
- Te puedo dar una abrazo?...- preguntó aún shoqueada.
Michael se acercó y la abrazó. Sandra empezó a llorar, pero no emocionadamente, sinó muy triste.
- Qué te pasa?- preguntó Michael preocupado.
lunes, 1 de noviembre de 2010
Capítulo 34 // Letters To Michael //
14:14 | Publicado por
M'Jackson |
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Mis padres soltaron una pequeña sonrisita y siguieron comiendo. No lo entendía, les había dicho que era Michael Jackson y tan normales. Me giré a Michael y entonces el se quito el sombrero y las gafas. Oí como un cubierto cayó y mi padre empezó a toser, mi madre estaba shoqueada viendole y dándole pequeños golpecitos a la espalda, como si hubieran realentizado el tiempo. Hasta Estrella, el perro, dejo de ladrar...
- Veis.- dije riendo.
Mi padre cogió su vaso de agua y bebió lentamente, mientras que mi madre se fue rapidámente a su lado.
- Madre mía! Y será el de verdad!- exclamó.
- Sabes me encanta como andas "patrás".- dijo mi padre entusiasmado.
Parecian dos entrevistadores, venga a lanzarle preguntas. Michael tenía una sonrisa de oreja a oreja y solo asentía con la cabeza.
- Venga dejarle comer al pobre.- dije entre risas.
- Me encantó aquel disco, como se llamaba? Mmm...ah si!
- Y aquella canción que no dejaba de oír ella.- dijo mi padre insinuadamente.- Sabes Michael?- codeándole.
- Papá, sientate venga.- lo llevé cogido de los hombros hasta su silla.- Ahí quieto, eh. Comamos en paz.- dije riéndo.
- Vale, vale. Pero todos los días no viene Michael Jackson.- se sentó.
- Que simpáticos.- dijo Michael sonriendo.
Seguimos comiendo mientras le contaba como le conocí, mis padres estaban shoqueados, es
normal.
Terminamos de comer, cuando mi madre se empeñó en enseñarle la casa a la cual Michael aceptó sin pensarselo.
Mientras yo jugaba con la cucharita dentro del vaso de leche mi padre buscaba por los cajones como un loco.
- Mmm...papá, que haces?
- Buscando la cámara, dónde la dejaría la mujer esta?- dijo mientras rebuscaba en el cajón.
Lo deje a la suya y me bebí el vaso de leche.
- Papá, habéis tocado mi habitación?
- Oh gracias!- contestó entusiasmado.
- No te he dicho que está allí...- dije entre risas.- Solo te he preguntado que si esta todo como antes.
- Ah...Haha, perdón. Está todo como siempre.- se giró y se puso otra vez a buscar en los cajones.
Me estiré y de soslayo vi la chaqueta de Michael colgada de la silla donde se sentaba. En el bolsillo vi como aquella carta se asomaba un poco...no me pude resistir.
Metí la mano en el bolsillo y noté las dos cartas, las cogí sin que nadie me viera y me la eché en mi bolsillo. Me dirigí hacía mi habitación para volver a verla y leer tranquila aquellas cartas.
Fui pasillo al fondo, mi habitación era la última. Miré que no viniera nadie y entré de espaldas para cerrar lentamente.
- Vaya...no ha cambiado nada.- dije contemplándola.
Mi habitación de color crema, me gustába tanto. Mi cama debajo de la pequeña ventana donde por la noche veía las estrellas y gotas de lluvia. Aquel armario de madera decorado en las puertas con unas flores grabadas y aquel gran poster de Thriller. Aún recuerdo cuando mis tios me lo dieron.
Me senté en el escritorio y tendí la primera carta que cogí. Era una carta normal, la abrí y me puse a leerla.
" Querido Michael,
No sabrás quien soy, seguramente para ti solo una alocada fan entre un millon. Sigo cada uno de tus pasos, allá donde vas, allí estoy, siempre a tú lado aunque no notes nada. No es una forma de acoso, es amor.
I.R "
Madre mía, quien sería? Aquella chica? Que significa " I.R" ? Y " allá donde vas, allí estoy"?
Parece muy extraño, misterioso...con pinta de nunca poderse resolver. Saqué la segunda carta y me puse a leerla.
" Querido Michael,
Siento lo ocurrido con Vannesa, te creo. No dejaré que nada te hunda, se que no sabes quien soy, o tal vez sí. Quién sabe.
Te preguntarás, por qué hace esto? Michael, corazón. Hago esto porque no puedes ni imaginarte la inmensidad de sensaciones que siento por ti. Desde aquella tarde, la tarde que te vi por primera vez. Aquella pequeña y hermosa casa donde te veía y mi corazón se aceleraba, era una niña no entendía que me pasaba. Hasta que llego el día de tu partida. Ya no te veía, no sabía absolutamente nada de tí, hasta que quise emprender mi camino. Y aquí estoy, tan lejos, tan cerca...
I.R"
- Dios mío...- suspiré.
Era lo único que podía decir, estaban a punto de saltarme las lágrimas. Sin saber porqué, me sentía un lado culpable...
De repente la puerta empezó a abrirse lentamente...
sábado, 30 de octubre de 2010
Capítulo 33 // Back to Home //
6:33 | Publicado por
M'Jackson |
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No entendía nada del comportamiento de aquella chica. Vi como sacaba una especie de sobre de una bolsa de mano, nunca apartaba la mirada de su rostro, se lo dio , agachó la cabeza y se fue.
Me quede mirando a Michael sorprendida, el levantó los hombros y puso cara de confundido.
- Que es?- pregunté intrigada.
- Una especie de...carta, supongo.- contestó mientras la miraba.
- Bueno voy a llamar a mis padres.- dije para cortar aquel pequeño silencio.
- Vale, voy ahí a sentarme.- dijo señalando un pequeño banco de madera.
Sonreí y me alejé un poco, saqué el móvil de mi bolsa y marqué. Mientras veía como Michael estaba leyendo aquella carta, hacía gestos confusos y de sorpresa de vez en cuando, que pondría? Hace mucho que lo veía leyendo cartas, de quién serían?...
- Diga?- dijo la voz de mi madre.
- Mamá!
- Hola! Como va todo?
- Muy bien, en poco me tendrás ahí.- dije entre risas.
- Con lo tranquilos que estábamos.- dijo de broma.
- No me queráis tanto haha, he venido por lo de Sandra y para veros claro.
- Dónde estas?
- Estoy en el aeropuerto, dentro de media hora me tendreís allí. Adiós!
Nos despedimos y colgué. Me giré hacia Michael, aún estaba leyendo aquella carta.
Me quedé mirándole, se dio cuenta y alzó la mirada, sonrió, plegó aquella carta y vino hacía mí.
- Dónde tenemos que ir? - preguntó sonriendo.
Tenía una curiosidad de miedo por preguntarle, de quién? que ponía? en aquella carta. Pero creo que eso no me implicaba saberlo.
- Pues ahora...a casa mis padres, seguramente comamos allí y por la tarde a casa de Sandra.
- Vale...- dijo tímidamente.
- Qué pasa? - pregunté riendo.
- Me da...corte.- contestó sonrojado.
- Tranquilo si no pasa nada.- dije sonriendo.
No pasa nada? Es Michael Jackson...Aveces no me daba cuenta de quién era, lo veía como alguien corriente...
Me cogió de la mano y nos fuimos a coger un taxi que teníamos esperandonos en la entrada.
- Buenos días.- dijo el taxista.
- Buenos días.- contestamos mientras entrábamos.
- Vosotros diréis.- dijo arreglando el pequeño retrovisor.
- A Valencia por favor.
El conductor sonrió y puso en marcha la ruta.
Michael iba asombrado observando por la ventanilla todo lo que veía.
- Que bonito, cuantos árboles. Que pena que en América hayan pocos paisajes así.
- Ya, es que América es muy grande.- dije entre risas.
- Sí.- sonrió.
Tras una media hora sentados en aquel taxi, llegamos a Valencia.
- Ya estamos chicos. Gracias!- se despidió el conductor.
- Adiós!- nos despedimos.
Vi como Michael estaba mirando boquiabierto todo el entorno.
- Mola eh.- dije entre risas.
- Que gracioso, es tan pequeñito.- dijo riendo.
Me quedé mirándole con cara de loca, pero tenía toda la razón. Lo que yo veía aquí en Valencia como una inmensidad para él era nada, lo típico se podría decir.
- Si...Bueno vamos andando, no está muy lejos.
- Vale.- dijo muy felizmente.
Tras un paseo hasta mi casa, llegamos.
- Esta es.
- Oh, que graciosa.- dijo sonrientemente.
Llamé a la puerta y enseguida se oyó al tormento de Estrella, el perrito.
- Hola!
Allí estaban mis padres los dos en la puerta con una sonrisa de oreja a oreja.
- Hola...- dijo Michael con lo poco que sabía de español.
Mis padres se quedaron mirándome riendo y nos invitaron a pasar.
- Espero que tengáis hambre porque ya he echo la comida.- dijo mi madre dirigiéndonos hacía el comedor.
- Dime que son macarrones...
- Haha, sí. Sentaros.
Nos sentamos y mis padres nos sirvieron la comida. Veía a Michael como estaba con una sonrisita muy tímida.
- Bueno y este chico?- preguntaron a la misma vez.
Como les iba a decir quien era?...Pero deberían saberlo, así que.
- Es Michael...Michael Jackson.
Entonces...
sábado, 23 de octubre de 2010
Capítulo 32 // Whatever Happens //
8:58 | Publicado por
M'Jackson |
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Aquella mujer me tenía un poco en alerta. Se giraba y miraba, cuando la veia ella disimulaba.
- Mike, conoces a aquella mujer?
- Cual?- preguntó observando.
- Aquella rubia de enfrente.- dije en voz baja.
- No...por?- pregunto confuso.
- Es que no para de mirar muy descaradamente...- me cortó.
- Alomejor se ha dado cuenta.- dijo refiriendose a él.
- No creo.- dije riendo.
- Mira aquel avión va a aterrizar.- dijo señalando por la ventana.
Me puse a mirar el avión pero no podía evitar ver aquella mujer, ahí estaba mirando otra vez.
Le di unos toques a Michael para que mirara y él en vez de mirar me sacó la lengua y siguió mirando por la ventana.
En pocas palabras me dijo pesada. Era normal creo que me obsesione con aquella chica. Así que me puse a mirar con él los aviones.
Vi en el reflejo del cristal un destello, como una foto. Me giré y ahí estaba, aquella mujer viendo a escondidas su cámara.
- Perfecto...- dije enfadada.
- Qué ocurre?- miró a aquella mujer y su cara canvió completamente.- Paparazzis...- dijo en voz baja.
- Qué?- pregunté confundida.
- Saben quien soy, alguien les ha soplado que estoy aqui.- apartó la mirada.
- Bueno no pasa nada, no estas haciendo nada malo.
- Ya...pero estoy contigo.
- Como que " pero estoy contigo"?- dije enfadada.
- No es por ti, lo acabo de dejar con Vannesa y ahora me ven con otra...
- Ya...Lo siento.
- Tranquila.
- Es culpa mía no deberías haber venido.
- He venido porque he querido.- dijo sonriendo.- Así que ahora llegaremos y veremos a tu amiga y familia eh.
- Vale.- le sonreí y me besó.
Mire de soslayo a aquella mujer, estaba mirando con ojos como platos y boquiabierta.
Le parecía raro que Michael rehiciera su vida? Es lo más normal, creo yo. No puede quedarse solo toda su vida porque Vannesa no le quiera.
- Poneros los cinturones en breve vamos a despegar.- dijo la azafata con una sonrisa de oreja a oreja.
La azafata me recordó cuando me subí al avión para ir a América, hacía poco tiempo, pero han pasado tantas cosas...
Nos pusimos los cinturones y el avión despegó.
Mientras Michael y yo hablábamos.
- Sandra es tú mejor amiga, no?
- Sí, como una hermana, que ganas tengo de verla.- dije eufórica.
- Se ve muy maja.- sonrió.
- Es muy buena chica.
- La conoces desde pequeña?
- Que va. La conocí cuando fui a trabajar a la tienda de ropa, así ganaba dinero para los estudios.
- Sigue.- dijo prestando toda su atención.
- Ella me enseñó como funcionaba todo aquello, nos ibamos juntas a casa, a cenar...Y ahí surgió nuestra amistad. Como ella vivía más cerca, su madre, la mayoría de veces nos hacía la comida.- sonreí.
- Que bien. Tiene hermanos?
- No. Ella y yo nos tratamos como hermanas, nunca nos hemos enfadado ni nada y todo nos lo hemos contado y ayudado. Somos muy parecidas.
- Entonces será guapísima.- dijo entre risas.
- Que tonto estás.- le di de broma.
Sonreí y me giré disimuladamente a aquella mujer, solo le veía las manos, tenía aquella cámara y de vez en cuando alzaba la cabeza para vernos. No entendía aquel comportamiento, pero si era verdad lo que Michael decía que era un paparazzi estaba claro que hacía.
Al cabo de media hora llegamos a Valencia. El mismo aeropuerto del que me despedí hace dos meses de mi hogar, tenía una gran mezcla de sensaciones.
- Donde vamos primero?- preguntó Michael mientras cogía la maleta.
- A casa de mis padres.- dije con una enorme sonrisa.
Bajamos las escaleras del avión. Ibamos hacía la puerta para salir a la calle pero aquella chica rubia paró a Michael...
miércoles, 20 de octubre de 2010
Capítulo 31 // I See You //
9:50 | Publicado por
M'Jackson |
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Me dormí. Al levantarme de buena mañana vi que Michael no estaba en la cama, estaría ya levantado seguramente. Me senté en el borde y me estiré todo lo que pude, me froté los ojos y me fui hacía el baño.
Me puse a ducharme. Estaba tan feliz de pensar que vería después de tanto tiempo a mi família y a Sandra, y con Michael, quién lo diría.
De repente oí como el mango de la puerta del baño giró suavemente...
Paré para prestar atención, no se podía abrir, había puesto el pestillo. Sería Michael seguramente.
Al poco tiempo salí de la ducha, me vestí y me arreglé. Abrí la puerta...
- Ah!- grité asustada.
Alguien estaba de espaldas cogiendo cosas. Llevaba una uniforme como los de los tripulantes del barco, pantalones negros, camisa azul con las mangas remangadas y la cabeza cubierta por un gorro negro. Al oír mi grito se giró sin inmutarse mucho.
- Siento haberte asustado.- dijo riendo.
- Michael?- pregunté confundida.
- Sí, es que he venido para avisarte que de aquí poco bajaremos.
- Ah, vale. Voy a recoger cosas.
- Vale...- sacó algo de su bolsillo.
Me puse a mirarle de soslayo mientras guardaba algunos detalles que había cogido en mi bolsa, era una especie de carta. Le temblaba bastante el pulso y tenía aspecto triste.
- Ya lo tengo todo.- dije cerrando la bolsa.
Plegó ligeramente aquella especie de carta y se la echó al bolsillo.
- Vamos.- dijo poniéndose unas gafas de sol.
- Claro...- solté una pequeña carcajada.- Que diferente estas.
- Me van a reconocer seguro.- dijo riendo.
- De espaldas no creo eh, bueno si quieres quedate aquí tranquilo.
- No, no. Vamos.- cogió mi bolsa y se dirigió hacía la puerta.
Salímos a la cubierta, allí estaba el capítan.
- Buenos días chicos. Estamos llegando, en media hora estaremos en tierra.- sonrió y se fue.
Michael y yo nos pusimos a coger todo lo que debíamos y a prepararlo todo. Le llamé a Sandra.
- Sandra!
- Miri!- dijo eufórica.
- ¿ Qué tal ?
- Muy bien la verdad, ¿y tú?
- Muy bien también, ¿ estás ya en casa?
- Sí, en casa de mi madre. Ya era hora, los hospitales me dan mucho recelo.
- Ya. Bueno chica ya hablamos!
- De acuerdo. Adiós!
Sandra no tenía ni idea de que iba a verla, y con Michael.
Debíamos coger un avión hasta Valencia, donde estaba su casa.
Llegamos a España, cogimos las cosas y el capitán nos acompañó hasta un coche negro.
Entramos.
- Buenos días.- saludamos al conductor.
- Buenos días, al aeropuerto, no?- dijo girándose hacia nosotros.
No parecía muy viejo, aspecto jovial, cabellos castaños y ojos marrones. Iba bastante elegante.
- Sí.- dijo Michael riendo.
El conductor se quedó mirando bastante descaradamente a Michael, intentando reconocerle diría yo. Le dió al contacto con las llaves y nos dirigimos hacía el aeropuerto.
Llegamos, nos despedimos del conductor y entramos al aeropuerto. No sé que habría planeado Michael con su pasaporte, porque allí debía poner su nombre y sabrían quien era.
- Mike vas a usar tu pasaporte?
- Ya está todo arreglado tranquila.- dijo sonriendo. - Busquemos el vuelo 27.
- Vale.- sonreí.
Buscamos el vuelo 27, toda la gente que pasaba miraba a Michael confundida, no iba muy escondido pero, quien iba a pensar que sería el de verdad?
- Aquí está.- dijo parándome.
- No lo había visto.- dije riendo.- Vamos.
Subimos al avión, estaba bastante lleno de gente y buscamos nuestros asientos.
- Te da miedo?- preguntó mientras miraba por la ventana.
- No, la verdad me gusta.- contesté entre risas.- Y a ti?
- Lo que es gustarme...Lo tengo demasiado visto.- dijo riendo.
Le sonreí, el siguió mirándo por la ventana, mientras yo me puse a observar la gente que entraba. Me quede mirándo a una mujer, el cabello por la cintura, rubio, no era muy alta seguramente porque llevaba mucho tacón, tenía una mirada muy fría que intimidaba bastante, no dejaba de observarnos. Vi que se sentó al otro lado, dos asientos más adelante para ser exactos. Se giraba muchas veces y no nos dejaba de observar...
jueves, 14 de octubre de 2010
Capítulo 30 // Illusions //
11:35 | Publicado por
M'Jackson |
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Michael sonrió y volvió a ponerse a comer. No sería capaz de hacerle daño, nunca, ni yo misma me lo perdonaría. Aunque después de lo de Vannesa es normal que esté inseguro de una nueva relación formal, por así decirlo.
Oí su móvil sonar, rebuscó en sus bolsillos y se quedó mirando unos segundos el número.
- Me disculpas un momento...- dijo levantándose.
- Claro.- sonreí.
Se fue bastante lejos, no quería que me enterase? Quién sería?
Ya empezaba a actuar mi mala curiosidad, no podía evitarlo. Fui paciente y le esperé. Al poco tiempo volvió con su característica sonrisa.
- Ya esta.
- Quien era?- dije riendo.
- Ah...- echó una risita.- Mi abogado.
- Tu...abogado?- pregunté confusa.
- Sí, ya sabes el tema Vannesa...
- No, no sé. Es por lo de la pistola?- pregunté intrigada.
- Que va, sobre lo que comentó en los programas del corazón, las acusaciones a maltratos y eso...
- Nadie la va a creer. Nunca harías eso.
- Más de los que crees la van a creer...- dijo entristecido.
- No te preocupes, te ayudaré.- le sonreí.
Me besó levemente y seguimos comiendo.
Cuando terminamos nos fuimos a la habitación. Quería descansar para mañana estar plena de energía para ver a Sandra y mi familia que tanto añoraba. Me puse a ponerme el pijama.
- Vas a acostarte ya?- preguntó confundido.
- Sí. Que mañana ya estaremos allí.- dije eufóricamente.
- Oye, no creo que te pueda acompañar a casa de tu amiga.- dijo haciendo mueca de pena.
- Por que?
Con la ilusión que le haría a Sandra verle, era una verdadera fan de él. Siempre ha soñado con verle y ahora que había oportunidad...
- Soy Michael Jackson.- dijo riendo.
- Lo sé, pero le haría mucha ilusión.- le puse ojitos.
- Si me escondiera quizás...- dijo pensativo.- Duerme, mañana será un nuevo día.- me guiñó un ojo.
- Vale.
Entré en la cama y cerré los ojos. Notaba como Michael iba por toda la habitación, se oían ruidos de cajas, perchas en el armario...
miércoles, 13 de octubre de 2010
Capítulo 29 // Segunda Parte //
13:49 | Publicado por
M'Jackson |
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Sus ojos empezaban a brillar, estaba muy nerviosa. Veía como no paraba de tocarse el anillo de la mano, pero siempre aquella mirada fija en mi esperando a que le diera la respuesta.
- Esta bien...- aparté la mirada.
- Quiero que seas sincera, aceptaré un no igual que un sí.- dijo cogiéndome de las manos.
Suspiré y me quedé mirándole. Tenía una leve sonrisa, las manos heladas pero sudaba bastante.
Le sonreí y le besé levemente, esa fue mi respuesta, entonces nos abrazamos.
- Gracias...- me susurró.
- Por que?
- Por quererme.- dijo sonriendo.
- Entonces dale gracias a millones de gente, que te aprecian y te quieren muchisímo.
- A ti especialmente.
Me besó y se levantó, me tendió la mano para ayudarme a levantarme y nos fuimos abrazados hacia fuera. Allí vimos al capitán.
- Buenos días.- dijo saludándonos.
- Buenos días.- contestamos.- Queda mucho trayecto?- preguntó Michael.
- Estamos en media agua del Atlántico, mañana pisaremos tierra cantábrica seguramente.
Michael le sonrió, me apoyé la cabeza en su pecho y el empezó a acariciarme el pelo.
Tomé la decisión de estar con él porque es una oportunidad que no a todos se nos presenta en la vida. Le quería y sí, estaba enamorada de él antes de conocerle. Oír sus discos sonar era mágico, aquella melodía, aquella voz era única, incomparable, en definitiva no había voz como la de él, ni nunca la habrá.
Llegar a pensar que algún día estaría entre sus brazos oyendo con aquella voz un " Te Quiero " era un sueño inalcanzable. Así que aquella oportunidad iba a aprovecharla como la vida misma.
- Quieres que vayamos a comer algo?
- Como quieras.- contestó sonriendo.
Entramos y fuimos al comedor, nos sirvieron y nos pusimos a comer.
- Se que me dirás pesado, o marujón...- dijo entre risas.
- Para nada.- dije riendo.- Dime.
- David, que te parece?- no me dejó contestar enseguida siguió.- No físicamente y eso, sino como persona.
- Verás, es adorable. No sabría como decirte. Muy buen chabal, pensaba que sería el típico chulín de turno, pero es majísimo y muy tratable...- suspiré.
- Miriam...- dijo entristecido.- Se que David de verdad te gusta...
- Pero Mike ya te lo he dicho.
- Lo sé, pero no me gustaría hacerte daño, ni que tú me hagas...- apartó la mirada.
- No te haré daño. Te lo prometo...
- Esta bien...- aparté la mirada.
- Quiero que seas sincera, aceptaré un no igual que un sí.- dijo cogiéndome de las manos.
Suspiré y me quedé mirándole. Tenía una leve sonrisa, las manos heladas pero sudaba bastante.
Le sonreí y le besé levemente, esa fue mi respuesta, entonces nos abrazamos.
- Gracias...- me susurró.
- Por que?
- Por quererme.- dijo sonriendo.
- Entonces dale gracias a millones de gente, que te aprecian y te quieren muchisímo.
- A ti especialmente.
Me besó y se levantó, me tendió la mano para ayudarme a levantarme y nos fuimos abrazados hacia fuera. Allí vimos al capitán.
- Buenos días.- dijo saludándonos.
- Buenos días.- contestamos.- Queda mucho trayecto?- preguntó Michael.
- Estamos en media agua del Atlántico, mañana pisaremos tierra cantábrica seguramente.
Michael le sonrió, me apoyé la cabeza en su pecho y el empezó a acariciarme el pelo.
Tomé la decisión de estar con él porque es una oportunidad que no a todos se nos presenta en la vida. Le quería y sí, estaba enamorada de él antes de conocerle. Oír sus discos sonar era mágico, aquella melodía, aquella voz era única, incomparable, en definitiva no había voz como la de él, ni nunca la habrá.
Llegar a pensar que algún día estaría entre sus brazos oyendo con aquella voz un " Te Quiero " era un sueño inalcanzable. Así que aquella oportunidad iba a aprovecharla como la vida misma.
- Quieres que vayamos a comer algo?
- Como quieras.- contestó sonriendo.
Entramos y fuimos al comedor, nos sirvieron y nos pusimos a comer.
- Se que me dirás pesado, o marujón...- dijo entre risas.
- Para nada.- dije riendo.- Dime.
- David, que te parece?- no me dejó contestar enseguida siguió.- No físicamente y eso, sino como persona.
- Verás, es adorable. No sabría como decirte. Muy buen chabal, pensaba que sería el típico chulín de turno, pero es majísimo y muy tratable...- suspiré.
- Miriam...- dijo entristecido.- Se que David de verdad te gusta...
- Pero Mike ya te lo he dicho.
- Lo sé, pero no me gustaría hacerte daño, ni que tú me hagas...- apartó la mirada.
- No te haré daño. Te lo prometo...
martes, 12 de octubre de 2010
Capítulo 29 // She Will Be Loved //
11:51 | Publicado por
M'Jackson |
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La puerta se abrió lentamente. Era una asistenta.
- Buenas tardes.- dijo apaciblemente.
Me levanté de la cama y le sonreí.
- Se encuentra bien?- preguntó preocupada.
- Sí, tranquila.- sonreí disimuladamente.
Cogí una chaqueta del armario y me fui a la cubierta a coger un poco de aire.
Abrí las puertas y una corriente de aire bastante fría hizo que me encogiera de brazos.
Me dirigí hasta el extremo de la cubierta y allí me apoyé contemplando como el paso del barco rompía el mar.
Allí estuve, sin dejar de pensar en Michael y viendo como mis lágrimas pasaban a formar parte de aquel gran mar.
Entonces oí unos pasos acercarse, estaba segura que era él, pero no quería girarme.
- Cogeras frío.- dijo echándome una manta y rodeandome con sus brazos.
- Gracias...
- Podemos hablar?
- Claro.
Me llevó hasta la pequeña sala donde habían unos asientos y algunos libros para entretenerte.
Nos sentamos en el sofá.
- Miriam...- suspiró.- Te quiero. Me he enamorado de ti. Se que es pronto pero no elijo enamorarme. Ahora quiero que me contestes de corazón, tienes todo el tiempo del mundo para contestarme, pero por favor se sincera.- dijo cogiendome las manos.
- Claro.
- Tu me quieres?
Me quede mirandole sus ojos brilantes a punto de llorar. Tenía muy clara mi respuesta.
- Quererte sería poco.- vi que su rostro canvió completamente.- Pero...
- Si?- preguntó preocupado.
- Eres famoso...- suspiré.
- Pero no pasa nada...- le corté.
- Sí pasa. Yo no soy nadie, podrías estar con alguna cantante...
- No eres nadie? Pues yo te veo.- dijo riendo.
- No de esa forma.
- Ya lo sé.- sonrió. -Quieres...que seamos una pareja?...
Me quedé muda, no tenía muy claro que contestar. Se me hicieron eternos aquellos segundos contemplando como su rostro entristecia al paso del tiempo. Decidí una respuesta...
lunes, 11 de octubre de 2010
Capítulo 28 // Broken hearted //
6:50 | Publicado por
M'Jackson |
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Eché mis codos en la mesa y me cogí la cabeza. Las lágrimas me caían por todo el rostro.
Quería ir a verle, pero algo me decía que no era buena idea.
Allí estuve, sumergida en mis pensamientos, hasta que oí vibrar mi móvil en el bolsillo.
Me sequé un poco las lágrimas suspiré y lo cogí.
- Diga?
- Miriam...- dijo David con voz rota.
- Dime cielo.
- Si estás enfadada conmigo...lo entenderé. Te aprecio muchisímo y no me gustaría distanciarme de ti...
- No David, no estoy enfadada. Lo que pasa es que ya sabes, lo de mi amiga...
- Ya te entiendo...- se hizo un pequeño silencio.- Cuando llegarás?
- Pasado mañana.- dije dudosamente.- Creo que sí.
- Al puerto de...- dijo esperando mi respuesta.
- La Coruña, luego cogeremos el vuelo hacia Madrid, y Madrid a Valencia.
- Ah... Total parareis en Valencia, no?- dijo entre risas.
- Sí.- se hizo un silencio.
- Entonces...pasado mañana, verdad?
- Sí.- dije riendo.
- Bueno...pasarlo bien. Ya nos veremos.- dijo riendo.
- Vale, adiós tonto.- dije de broma.
- Haha, adiós mala.
Colgué y suspiré. Le echaba de menos, solo llevaba dos días sin verle pero lo apreciaba mucho.
Me sentía fatal, David estaba preocupado y Michael triste. No sabía que hacer...
Al final decidí irme a ver a Michael, supongo que estaría en la habitación.
- Mike...- abrí lentamente la puerta.
No estaba allí, que extraño. Lo busqué por toda la habitación, pero nada. Entonces oí su móvil sonar. Me acerqué.
- Vaya...un mensaje.
Tenía mucha curiosidad por saber que ponía, ese era mi mayor defecto, la curiosidad.
No pude resistirme y lo leí, era de Adam.
" Lo estás haciendo muy mal Mike. Esa solo te quiere por tu fama, no lo entiendes? Eres famoso , le has dado trabajo y encima te enamoras de ella. Solo es una veterinaria de pacotilla, no se lo digas...Vuelve con Vannesa."
No entendía nada. Lo leí más de cien veces, pero seguía sin entenderlo. Creo que mi curiosidad me había pasado factura, que me tenía que decir? Que lo quiero por su fama? Se ha enamorado de mí?
Ya tenía entretenimiento, darle vueltas al asunto.
Me puse a dar vueltas por la habitación pensando...
- Miriam...
Di un gran sobresalto, Michael estaba asomado a la puerta.
- Dime.- dije con una leve sonrisa.
Suspiró y entró, se puso delante mía con la lágrima al caer y empezó a besarme. Cerré los ojos fuertemente y una lágrima se me escapó, el se dio cuenta y con su pulgar la apartaba.
- No llores.
- Te quiero.- dije abrazándole.
- Lo siento.- dijo apartando la mirada.
- Que ocurre?
- No quería que esto ocurriese...- empezó a llorar.- Lo siento.
Se fue y cerró la puerta levemente. Me quedé inmersa en sus palabras, " No quería que esto ocurriese?..." Me eché a la cama y empecé a llorar, entonces...
sábado, 9 de octubre de 2010
Capítulo 27 // Forever? //
3:50 | Publicado por
M'Jackson |
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Llegamos a la habitación.
- No tienes sueño?- bostezó.
- Bastante, vamos a dormir ya?
- Vale.- dijo mientras cogía su pijama.- Voy a cambiarme.
Se fue al cuarto de baño, mientras yo cogí mi pijama y me canvié.
Dejé aquel precioso vestido encima de la cama, me puse a mirar por la ventana. Era bastante pequeña pero entraban unos rayos de luz azules que proyectaban las ondas del mar en toda la habitación.
De repente alguien empezó a rodearme lentamente con sus brazos, era Michael. En ese momento fue como desconectar totalmente, solo él y yo.
- Vamos a dormir?- dijo susurrando.
- Sí, sí.- dije mientras volvía a la realidad.- Oye, el vestido...- dije esperando su respuesta.
Michael abrió la cama, se sentó. Mientras yo me fui al otro lado a acostarme.
Él no sé que hacía, estaba sentado mirando algo pero no sabía que. Me aferré a la almohada y me tapé hasta arriba, noté sus pies rozarse con los mios.
- Que duermas bien.- dijo tapándose.
- Igualmente.
A la mañana siguiente la melodía de mi móvil me despertó.
- Diga?...- dije con voz rota.
- Cielo.- dijo David felizmente.
- Hey, David. Cómo estás?
- Muy bien. Ya habéis llegado?
- No. No sé cuando llegaremos.- dije entre risas mientras me levantaba.
- Ah...
- Ocurre algo?- pregunté preocupada.
- Te...
Entonces Michael se giró hacia mí.
- Decías algo?- dijo frotándose los ojos.
- David ya te llamaré, un beso.- colgué.- Buenos días dormilón.- dije de broma mientras le daba con el cojín.
- Eh! Eso no vale!- intentaba quitarme el cojín.
- Haha.
Se quedó mirándome con aquella sonrisa que parecían perlas y me abrazó.
- Te quiero...- me susurró abrazándome fuertemente.
- Y yo.
- Para siempre?- dijo con una sonrisa tímida.
- Para siempre.- lo abracé más fuerte.
Después de un tiempo en aquel abrazó tan mágico.
- Vamos a desayunar?
- Claro.
Nos vestimos y fuimos al comedor. En una mesa ya teníamos servido el desayuno, nos sentamos y nos pusimos a comer.
- Cuando llegaremos a España?- pregunté.
- Mañana o pasado me imagino.- hubo un pequeño silencio.- Quien te había llamado antes? Si se puede saber, claro.
- Ah David.- dije sonriendo.
- Ah...- dijo con un gesto decepcionante.
- Ocurre algo?
- Por qué no estás con él?
- Como que con él?- pregunté confundida.
- Es joven...y te quiere...- apartó la mirada.
- Y yo a él...pero solo somos amigos...- dije dudosamente.
En ese momento estaba entre la espada y la pared, creo que una elección muy difícil. Michael o David? Los dos me encantaban, eran los dos unos ángeles...
Quería a Michael, sí. Pero a David también.
La verdad he estado más de cinco años enamorada de Michael, pero él es famoso...
- Te quiere de verdad...- dijo con los ojos brillantes.
- Mike...yo...- me cortó.
- Yo te quiero, pero él y yo estamos enfrentados por así decirlo. Pero prefiero que te vayas con él.- dijo tocandome el hombro.
- Pero Mike...
- Es muy buen chabal y trabajador.
- Ya lo sé. Pero yo te quiero.
Se lo tuve que decir, ya no aguantaba más. Él apartó su mano de mi hombro se levantó y se fue...
miércoles, 6 de octubre de 2010
Capítulo 26 // Sweet Dreams My Love //
13:31 | Publicado por
M'Jackson |
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Cogió mis manos y me las puso en los ojos.
- No mires eh.- dijo riendo mientras se iba.
- Vale.
- Abre.
Abrí los ojos y vi su preciosa sonrisa, baje la mirada hacía abajo y vi como sostenía en sus manos un precioso vestido de gala negro, una palabra de honor llena de pequeños diamantes muy relucientes que iban hasta la parte trasera formando un triángulo que disminuía hasta la pequeña cola. Era verdaderamente precioso.
- Que bonito.- dije tocándolo.
- Más bonito como te quedará.- dijo ofreciéndomelo.
- Pero Mike...- me cortó.
- Te espero en la sala.- dijo sonriendo mientras se iba.
Me quedé con aquel precioso vestido en mis manos, me fui hacia el cristal y me lo miré. Iba con un cuidado de miedo porque seguramente era carísimo. Me maquille, quería estar sin ningún fallo. Me puse el traje y me fui a la sala.
Allí estaba él, con sus característicos mocasines negros y calcetines brillantes. Unos pantalones negros por el tobillo y una camisa blanca un poco desabrochada y las mangas subidas.
Me acerqué y el me miró de arriba abajo sonriendo.
- Estas preciosa.- me cogió de la mano.
- Gracias.- dije sonrojada.
- Ven vamos a sentarnos.
Me sentía princesa de cuento, él era totalmente el príncipe que toda mujer ha deseado alguna vez, el hombre perfecto. Más amable, educado y guapísimo.
- Traernos la cena por favor.- le dijo Michael amablemente al camarero.
- Que vamos a cenar?
Michael empezó a decir palabras como en francés, tenía pinta de ser algo muy...pijo, creo que sería la palabra apropiada para definirlo. Mientras el decía esas palabrejas yo le miraba riéndome y asintiendo cada palabra con la cabeza.
- Haha, ya verás.- dijo con cara de pillo.
Me reí y le contemple. Unos grandes ojos negros preciosos, aquella naricilla de duende respingona, el rizo que le acariciaba el rostro ocultando a veces medio ojo.
- Aquí teneis la cena, que aproveche.- nos sirvió el camarero.
- Gracias.
Que bueno, patatas fritas! No me lo podía creer, pensé que sería alguna cosa de alta cocina. Mejor porque soy bastante delicada para comer.
- Total...Patatas.- dijo entre risas.
- Haha, sabes tratar a una dama.
- Espero que te gusten.
- Me encantan.- dije riendo.
- Haha, ya somos dos.
Estuvimos cenando y hablando. Que bien me lo estaba pasando, era tan gracioso.
- Estaban buenisimas eh.
- Sí.- hizo una pausa.- Te apetece bailar?
- Bueno no sé bailar muy bien...- me ofreció la mano.- Está bien.- dije sonriendo.
Estuvimos bailando, haciendo tonterías y riéndonos. Cada minuto, segundo con él era muy especial. Tenía una aura especial, hacía que me sintiese como aquella niña pequeña que tanto anhelaba.
Estuvimos bailando hasta que el se acercó mucho. Estábamos pegados. Nos miramos fijamente y yo me acerqué.
- Vamos fuera.- dijo sonriendo.
- Vale.- dije sonriendo disimuladamente.
Había metido la pata, pero no decidí acercarme fue involuntariamente...
Salimos a la cubierta. Era enorme, adornada con lucecitas por la barandilla.
- Que bonito...
- Sí. Oh mira la luna.- dijo señalándola.
- Vaya, que bonita.- dije asombrada.- Nunca la había visto así.
- Ven, vamos a ver el mar ya veras que bonito.
Nos acercamos a la barandilla y nos pusimos a ver como se cortaba el mar al paso del barco.
- Menuda brisa hace eh.- dije frotándome para entrar en calor.
Entonces Michael me rodeo con sus brazos y estuvimos mirando el agua. Me subió una extraña sensación por todo el cuerpo, estaba tan bien entre sus brazos que era como soñar.
- Parecemos de Titanic.- dije riendo.
- Haha, es verdad.
Me aferró fuertemente en sus brazos y empezó a cantar una canción que nunca había oído.
Era tan bonita, apoye mi cabeza contra su pecho y oía aquella voz y los latidos de su corazón, fue mágico. Entonces cogió mi barbilla con sus delicadas manos y me beso.
Aquel beso fue el más especial de todos. Me quede sin aliento unos segundos, no me lo creía.
Me volvió a aferrar en sus brazos.
- Te quiero...- me susurró.
- Yo también te quiero...- dije abrazándole más fuertemente.
Estuvimos así un buen tiempo hasta que decidimos ir a la habitación...
- No mires eh.- dijo riendo mientras se iba.
- Vale.
- Abre.
Abrí los ojos y vi su preciosa sonrisa, baje la mirada hacía abajo y vi como sostenía en sus manos un precioso vestido de gala negro, una palabra de honor llena de pequeños diamantes muy relucientes que iban hasta la parte trasera formando un triángulo que disminuía hasta la pequeña cola. Era verdaderamente precioso.
- Que bonito.- dije tocándolo.
- Más bonito como te quedará.- dijo ofreciéndomelo.
- Pero Mike...- me cortó.
- Te espero en la sala.- dijo sonriendo mientras se iba.
Me quedé con aquel precioso vestido en mis manos, me fui hacia el cristal y me lo miré. Iba con un cuidado de miedo porque seguramente era carísimo. Me maquille, quería estar sin ningún fallo. Me puse el traje y me fui a la sala.
Allí estaba él, con sus característicos mocasines negros y calcetines brillantes. Unos pantalones negros por el tobillo y una camisa blanca un poco desabrochada y las mangas subidas.
Me acerqué y el me miró de arriba abajo sonriendo.
- Estas preciosa.- me cogió de la mano.
- Gracias.- dije sonrojada.
- Ven vamos a sentarnos.
Me sentía princesa de cuento, él era totalmente el príncipe que toda mujer ha deseado alguna vez, el hombre perfecto. Más amable, educado y guapísimo.
- Traernos la cena por favor.- le dijo Michael amablemente al camarero.
- Que vamos a cenar?
Michael empezó a decir palabras como en francés, tenía pinta de ser algo muy...pijo, creo que sería la palabra apropiada para definirlo. Mientras el decía esas palabrejas yo le miraba riéndome y asintiendo cada palabra con la cabeza.
- Haha, ya verás.- dijo con cara de pillo.
Me reí y le contemple. Unos grandes ojos negros preciosos, aquella naricilla de duende respingona, el rizo que le acariciaba el rostro ocultando a veces medio ojo.
- Aquí teneis la cena, que aproveche.- nos sirvió el camarero.
- Gracias.
Que bueno, patatas fritas! No me lo podía creer, pensé que sería alguna cosa de alta cocina. Mejor porque soy bastante delicada para comer.
- Total...Patatas.- dijo entre risas.
- Haha, sabes tratar a una dama.
- Espero que te gusten.
- Me encantan.- dije riendo.
- Haha, ya somos dos.
Estuvimos cenando y hablando. Que bien me lo estaba pasando, era tan gracioso.
- Estaban buenisimas eh.
- Sí.- hizo una pausa.- Te apetece bailar?
- Bueno no sé bailar muy bien...- me ofreció la mano.- Está bien.- dije sonriendo.
Estuvimos bailando, haciendo tonterías y riéndonos. Cada minuto, segundo con él era muy especial. Tenía una aura especial, hacía que me sintiese como aquella niña pequeña que tanto anhelaba.
Estuvimos bailando hasta que el se acercó mucho. Estábamos pegados. Nos miramos fijamente y yo me acerqué.
- Vamos fuera.- dijo sonriendo.
- Vale.- dije sonriendo disimuladamente.
Había metido la pata, pero no decidí acercarme fue involuntariamente...
Salimos a la cubierta. Era enorme, adornada con lucecitas por la barandilla.
- Que bonito...
- Sí. Oh mira la luna.- dijo señalándola.
- Vaya, que bonita.- dije asombrada.- Nunca la había visto así.
- Ven, vamos a ver el mar ya veras que bonito.
Nos acercamos a la barandilla y nos pusimos a ver como se cortaba el mar al paso del barco.
- Menuda brisa hace eh.- dije frotándome para entrar en calor.
Entonces Michael me rodeo con sus brazos y estuvimos mirando el agua. Me subió una extraña sensación por todo el cuerpo, estaba tan bien entre sus brazos que era como soñar.
- Parecemos de Titanic.- dije riendo.
- Haha, es verdad.
Me aferró fuertemente en sus brazos y empezó a cantar una canción que nunca había oído.
Era tan bonita, apoye mi cabeza contra su pecho y oía aquella voz y los latidos de su corazón, fue mágico. Entonces cogió mi barbilla con sus delicadas manos y me beso.
Aquel beso fue el más especial de todos. Me quede sin aliento unos segundos, no me lo creía.
Me volvió a aferrar en sus brazos.
- Te quiero...- me susurró.
- Yo también te quiero...- dije abrazándole más fuertemente.
Estuvimos así un buen tiempo hasta que decidimos ir a la habitación...
lunes, 4 de octubre de 2010
Capítulo 25 // D.O.B //
9:20 | Publicado por
M'Jackson |
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Alguién me tocó el hombro y me giré, era Michael.
- Llámala.- dijo sonriendo mientras me daba un móvil.
Le sonreí, lo cogí y marqué su número.
- Miri.- dijo Lorena.
- Qué tal está?
- Bien, aunque le tendrán que hacer algunas placas de la espalda, que le duele.
- Oh, pobrecita. Puedo hablar con ella?
- No. Me he tenido que salir solo dejan a los familiares. Pero en una semana estará de vuelta a casa dicen.- dijo alegremente.
- Menos mal...- suspiré.- Bueno eso era, si hablas con ella dile que se recupere.
- Claro, adiós.
Colgué, me giré hacia Michael sonriendo y le abracé fuertemente.
- Gracias...- le susurré.
Cuando nos separamos Michael me miró con cara de pillo.
- Haz las maletas.- dijo entre risas.
- Para?...- pregunté confusa.
- Nos vamos a ver a tu amiga, venga.
- Que? Pero...Mike...
Entonces oí aquella voz...
- Lo sabía!- dijo Vannesa malhumoradamente.
- Que haces aquí?- preguntó Michael.
- Ver como te restriegas con esa? Me parece muy fuerte, con lo mal que lo estoy pasando...- dijo muy teatralmente.
- Si lo estubieras pasando mal no estarías aquí.- dijo Michael enfadado.
- Y si tu lo estuvieras pasando mal, no estarías con esa aprobechada!
- Vannesa!- gritó enfadado.
- Se acabó! - dijo mientras sacaba algo de su chaqueta.
Michael y yo nos quedamos en blanco totalmente, había sacado una pistola y nos estaba apuntando...
- Os odio...Os odio...- dijo apuntandonos.
No podía dejar de mirarla, aquella mirada tan fría, sus palabras y aquel tambaleo de sus manos.
De repente un guardaespaldas de Michael se tiró encima de ella y la retenió.
- Dios mío...- dijo Michael sorprendido.
No podía responder, estaba en un estado en blanco. Vannesa estaba mal de sus juicios, le podía tanto el odio...
Aquel guardaespaldas la cogió y se la llevó a comisaría.
- Venga, que nos esperan.- dijo Michael olvidando aquel numeríto.
- Lo habías planeado ya?- dije riendo.
Asintío con la cabeza mientras se reía. Me cogió de la mano y me llevó a la habitación.
- Venga rápido, voy a por mis cosas.
- Pero que me llevo?
- Venga. - dijo sonriendo.
- Ya voy, ya voy.- dije mientras echaba las cosas rápidamente a la maleta.
Cuando lo metí todo me fui a la habitación de Michael.
- Oye y la clínica?- pregunté asomada en la puerta.
- Está todo arreglado, vamos.
- Vale. dije entre risas.
Que fuerte me parecía, ya lo tenía todo listo. No tenía ni idea de donde iba.
Subimos a una limusina.
- Donde vamos?
- A ver a tu amiga.- dijo riendo.
- Eso ya lo se. Con avión?
- No. En barco, porque un pajaríto me ha dicho que hasta dentro de una semana no la podrás ver, así que.
- Ah...Muy listo tú eh.- dije riendo.
- Haha, eso será.
- Una pregunta...- dije para cortar aquel pequeño silencio.- Porque...Bueno, has decidido hacer esto?
- Quería acompañarte.- dijo sonriendo.
- Te lo agradezco mucho de verdad. Lo has planificado todo...- me cortó.
- Gracias en todo caso a ti.- me abrazó.
Estuvimos hablando en la limusina hasta que el chófer nos dijo que habíamos llegado.
Bajamos y unos sirvientes nos cogieron el equipaje.
Michael me tapó los ojos con sus manos desde atrás.
- Nos vamos a caer.- dije riendo.
- Tranquila, venga adelante, adelante...- fue así todo el camíno hasta que llegamos.- Tachán.- dijo riendo.
- Dios...mío...
Era un crucero, esos barcos enormemente enormes...De color negro y blanco. No sé con que palabras describirlo, la verdad. Tenía muchas ventanas redondas a lo largo de todo el barco. Una sigla " D.O.B " a babor y abajo " Deep Ocean Blue "con las letras azul marino. Lo que más me gusto fue aquella cubierta adornada con luces que alumbraban el paso.
- Este no es verdad?- pregunté entre risas.
- Y para nosotros solos.- dijo subiendo las escaleras.
- Cómo?
- Así es.- dijo riendo.
Me cogió de la mano y allí en aquel balcón que recorría todo babor estaban los empleados y el capitán.
- Bienvenidos al Deep Ocean Blue.- dijo el capítan estrechándonos la mano.- Estaremos una semana en mar abierto hasta llegar a la costa cantábrica.- dijo con una sonrisa muy apacible.
Era un hombre de aspecto bastante mayor, con un bigote canoso que le cubría medio labio.
- Disfrutad de vuesta estancia.
- Gracias.- contestamos los dos.
- Ven por aquí, vamos a la habitación.
Entramos por unas puertas de cristal en las que ponía "D.O.B", seguímos por una especie de pasillo y salímos a una sala inmensa, con una lampara de cristal preciosa en el centro que se semejaba a una lágrima.
- Madre mía, que bonito...
- Sí.- dijo riendo.
Entramos por otra puerta, iba perdidisima no sé que haría por allí sin Michael, porque sería facilísimo perderse. Fuimos al fondo del pasillo y nos parámos delante de la habitación 313.
Michael abrió la puerta ligeramente y se giró hacia mi...
sábado, 2 de octubre de 2010
Capítulo 24 // A day without sun...//
10:58 | Publicado por
M'Jackson |
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Alcé la cabeza, tenía el móvil encima del escritorio. No tenía muchas ganas de ir y si hablaba con alguien me desconcentraría y eso me perjudicaria bastante, los trabajos no se hacen solos.
Así que lo deje que sonara, luego ya llamaría yo.
Seguí cogiendo información de internet, sacándo cálculos y estudiando.
Cada hora, cada segundo se me hacía eterno, aún eran las siete de la tarde y me quedaba mucho trabajo.
Mientras pasaba apuntes vi por la ventana algunos destellos de relámpagos, venía una tormenta. Allí eran verdaderamente fuertes, tenían bastante peligro.
Cerré la ventana porque ya corría fresco y no tardaría mucho en llover.
Así fue, al poco tiempo se puso a llover. Seguí con el estudio pero de un estruendo tremendo la luz se fue y apagó el ordenador.
- Perfecto...se ha ido la luz.- dije echándome a la cama de espaldas.
Me quedé mirándo el techo por no empezar a maldecir cosas. Entonces vi mi puerta abrirse con una luz cegadora.
- Miriam.- dijo Michael con una pila en la mano.
- Hola Mike. Siéntate.
- Se ha ido la luz, te he traido esta pila.- dijo dándomela.
- Vaya, muchas gracias.
- Siempre pasa igual. Cuando hay tormenta...- se fue hacía la ventana para ver.- Que bonito verdad? La naturaleza...- suspiró.
- Sí...- dije mirándole.
- Y David?
- Se ha ido con su prima a ayudarla, volverá seguramente mañana o pasado.
- Te dan miedo las tormentas?- preguntó entre risas.
- No. - dije riendo.
- Bueno si quieres algo estaré en la habitación.- dijo mientras se iba a la puerta.
- Mike, Mike!- enchufé la pila debajo de mi cara terrorificamente.- Soy tu peor pesadilla...- dije con una voz tenebrosa.
Michael soltó una carcajada mientras se cogia del marco de la puerta.
- Me aburro mucho.- dije riendo.
- Haha, se ha notado. Que estas con los deberes?
- Sí...Que ya no sé ni por donde seguir.
- Te ayudo?
- No tranquilo, enseguida lo hago.- dije sonriendo.
Michael soltó una risita y se fue a su habitación. Me quedé pensando lo maravilloso que era aquel hombre, entonces me acordé de mi beso con David. Fue un error no debería de haberlo echo. Sí, le quiero, pero a Michael más...o eso creo.
Sonó otra vez el teléfono, fui a cogerlo ahora que ya no estaba haciendo nada.
No conocía el número, pero podría ser importante.
- Diga?
- Miriam...- dijo una voz femenina con tono entristecido.
- Quién eres?
- Soy Lorena.
Vaya, Lorena. Hacía mucho tiempo que no hablaba con ella, salíamos muchas veces juntas con Sandra para dar una vuelta.
- Ah Lorena, cuanto tiempo.- dije felizmente.
- Ya...
- Ocurre algo?- pregunté preocupada.
- Verás..San...- empezó a llorar.
- Tia que pasa?
- Sandra...
- Que?...
- Ha tenido un accidente.
Las lágrimas empezaron a caerme por la cara, me quede en blanco...
- Pero está bien?
No me contestaba, sólo la oía llorar hasta que se cortó.
- Lorena? Lorena? Me oyes?- dije impacientemente.
La tormenta me había dejado sin cobertura y encima en la montaña. Empezé a llorar, estaba tan lejos de ella y pensar que no podía ir a verla se me hacía un nudo en el estómago. Sólo tenía en mente aquellos momentos tan apacibles, felizes, tristes... todos. Desde el primer día que la conocí en aquella tienda de ropa, hasta el último abrazo que nos dimos antes de mi partida hacía América.
Sólo rezaba porque estuviese bien y sólo haya sido un susto...
Cada segundo miraba el móvil, pero seguía sin cobertura. La tormenta era más fuerte y cada vez se me hacía más eterno.
Me sentía fatal, no quería estar sóla así que me sequé las lágrimas y me fui a la habitación de Michael.
Abrió y sonrió, pero no pude contenerme, me puse a llorar y él me abrazó y me acompañó hasta su cama.
- Que pasa?- dijo secándome las lágrimas.
No podía hablar, pero tampoco quería preocuparle. Cuando me relajé un poco decidí contárselo.
- Me ha llamado mi amiga Lorena...Diciendo que Sandra ha tenido un accidente...
- Oh, pero está bien?- preguntó preocupado.
- No me ha contestado, se ha cortado.
- Vaya no tengo cobertura...- dijo mirándo su móvil.- Luego le intentamos llamar.- dijo mientras me frotaba la espalda.
- Vale...
Apoyé la cabeza en su hombro mientras él me abrazaba y me daba besos a la frente. Empezó a cantar aquella canción que me hizo soñar, Smile. Estaba tan bien en sus brazos que la verdad se me alivió bastante. Era mágico tenerlo allí. Tan dulce, cariñoso...No sé como hay gente que lo juzga de malas maneras. Le sonreí, me levanté y me fui sin decirle nada. Me fui hacía abajo al porche, me encantaba ver la lluvia. Allí estuve, llorando. Parecía que el tiempo acompañaba en la circumstancia.
Entonces...
Capítulo 23 // The Call...//
4:26 | Publicado por
M'Jackson |
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Me senté al borde de la cama y me quede totalmente parada observando todo aquello. Empecé a fregarme los ojos, debía de estar soñando. Una habitación de madera, con una ventana al frente donde las cortinas volaban por el viento,
David no estaba allí, salí por la puerta. Era un segundo piso, alguien estaba abajo por el sonido.
Bajé y allí vi a una chica.
- Hola...- dije mientras miraba aquella casa.
- Hola Miriam- dijo sonriendo.
- Nos conocemos? -pregunté entre risas.
- Eres la veterinaria de Mike verdad?
- Sí.
- Lo conozco.-dijo sonriendo.
- Ah, que hago aquí?
- Ayer te encontré en el vallado, donde tengo al ganado. Soy la propietaria.
- Y David? Y los caballos?- pregunté preocupada.
- Ah, el chico que iba contigo esta en el establo, con los caballos. Ven.
La seguí y fuimos a la parte trasera, una pequeño establo con un vallado.
Allí estaba David. Fui a verle.
- Buenos días.- dijo mientras acariciaba a un caballo.
- Donde estamos?- dije susurrando.
- En casa de Demetria, es amiga de Michael.
- Oye y que le decimos a Michael ?- pregunté preocupada.
- Ya lo sabe. Demi me ha dejado que le llame.
- Menos mal...- suspiré aliviadamente.
- Demi me ha dicho que nos acompañara con su caballo hasta Neverland.
- Vamos ya?
- Vale, voy a decírselo.
David se fue a decírselo y yo mientras estaba observando el establo. Estaban Destiny, Butterflyes y a su derecha otro caballo. Una yegua color alazán.
- Equipar a los caballos y vamos.- dijo Demi.
Así hicimos, equipamos los caballos y seguimos a Demi.
Demi era una chica muy simpática, nos enseño aquel bosque, lo conocía paso a paso.
Tras un largo camino por aquel bosque llegamos a Neverland.
- Hola chicos.- dijo Michael sonriente.
- Hola, vamos a dejar los caballos.- dijimos.
Fuimos al establo y los dejamos. David se iba con Chels a ayudarla, mientras yo me fui a mi habitación.
Estuve terminando arreglandome los apuntes y buscándome información. Era todo tan complicado, pero si quería sacármelo, debía esforzarme como nunca lo había echo.
Alguién llamó a la puerta.
- Pasa.
Abrieron, era Carolina.
- Hola Miriam.
- Carol.-dije sonriendo.
- Qué tal estás?
- Ahora ya bien, me había perdido en el bosque.- dije riendo.
- Si? Y eso?
- Verás...- me paré.
Me acordé de las palabras de Vannesa como si en ese instante me las repitiera "de aquí cuatro días un pajarito me dirá si cumples el trato..." Un pajaríto, eso quiere decir que alguien le contaba todo lo que hacía. Sospeché de Carolina, aunque a ella no le cae bien Vannesa. Pero podía ser todo una farsa para sacarme cosas? No quería acusarla porque no tenía ninguna prueba, pero creo que debería guardar silencio.
- Un despiste...- dije disimulando.
- Ah, pues vaya.- dijo entre risas. - No te molesto más, estarás ocupada.
Le sonreí, salió y cerró la puerta. Me quede mirando por la ventana, Carol quería sacarme cosas para contarlas a Vannesa?... Quien sabe, no la conozco mucho pero creo que no es así, o eso espero...
Por la tarde, aún allí estudiando de repente me llamaron al móvil...
jueves, 30 de septiembre de 2010
Capítulo 22 // Somebody to Love //
11:49 | Publicado por
M'Jackson |
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Nos adentramos al bosque, era muy denso. Teníamos que ir esquivando los arboles para coger una ruta.
Llegamos a una zona limpia, sin árboles por el medio. Allí bajamos de los caballos y inspeccionamos un poco el terreno.
- Sabes donde estamos?- pregunté entre risas.
- Para nada...Y tú?
- Que va, vamos bien.- dije tocándole el hombro.
- Sí. Oye volvemos?
- Creo que será lo mejor.
Nos subimos a los caballos y intentamos ir por la ruta de antes. Tras un largo tiempo buscando una salida de aquel bosque volvímos al sitio de antes.
- Aquí es donde estábamos...- dijo asombrado.
- Es verdad...Estamos dando vueltas y ya es casi de noche.
- Madre mía.- dijo tirándose las manos a la cabeza. - Que hacemos?
- No sé...Seguimos buscando?
- Está bien...
Pasaban el tiempo y allí estabamos, perdidos en el bosque. No sabíamos a donde ir, donde encontrar la salida de aquel infierno. Oímos a unas vacas mugiendo y nos acercamos al sonido.
Era un vallado con vacas y toros. Al lado un porche cubierto.
David y yo nos miramos y pensamos lo mismo. Fuimos hacia allí.
Desmontamos y atamos los caballos a la barandilla. Nos sentamos en la escalera intentando sacar una forma para salir de allí.
- Mike nos va a matar...
- Sí...Habrás cogido una linterna no?- preguntó preocupado.
- No, y tu?
- No...
- Vamos a quedarnos...aquí?- dije asustada.
- Me temo que si.
En ese momento se me hizo todo negro... Iba a pasar la noche a la intemperie en un paraje desconocido? A oscuras? No sabía como aceptar eso...
Le quitamos las sillas a los caballos y les pusimos agua. Nos sentamos en la barandilla.
- Que fuerte.- dijo riendo.
- Si, lo que no nos pase...- dije entre risas.
- Bueno, será...cómo una acampada.
- Si, igualito.- dije riendo.
- Pensemos en positivo, no estamos perdidos de la mano de dios tampoco.
- Ya, mañana cuando salga el sol encontraremos un camino.- dije sonriendo.
- Claro.
Nos quedamos mirándonos fijamente, sonriendo. No había nada más importante en aquel momento, sólo él.
Se acercó y involuntariamente hice lo mismo, podía notar su respiración. Se acercó más, más...
Hasta que me besó. Me quede presa en el tiempo, sintiendo una sensación que nunca había sentido, era tan especial. Noté como separo sus labios de los mios, abrí los ojos aún en aquel estado de shock y le volví a ver, tenía los ojos brillantes y una pequeña sonrisa. No pude evitarlo...me volví a acercar y le besé. Él me abrazo y note como una lágrima cayó sobre mi hombro.
- Que pasa? - pregunté preocupada.
- Te quiero. - dijo aferrándome fuertemente entre sus brazos.
Me quedé en blanco, dijo que me quería y la verdad yo a él también, pero no podía decírselo. Había algo que me impedía, ese algo era Michael...
Le sonreí y aparté la mirada, él lo noto. Me pasaba algo.
- Lo siento no debería haber...- le corté.
- No, no es eso David. - sonreí y le abrazé para que no se preocupara.
- Sabes...Llevaba tiempo queriendo decirte esto...- dijo tímidamente.- Eres especial.
- Vaya, gracias.- dije sonrojada.
- No me gustaría perderte.- dijo abrazándome.- Me has ayudado mucho.
- David, tú también eres muy especial. Has aguantado mil y una perrerías de una loca.- dije riendo.
- Y las que me quedaban, menos mal que me echó.
- Si.
Nos pusimos las sillas en forma de cojín y nos acostamos. Nos dormimos enseguida, estábamos cansados y mañana debíamos levantarnos pronto para ir a Neverland como sea.
A la mañana siguiente, desperté. Estaba en un sitio totalmente diferente...
Llegamos a una zona limpia, sin árboles por el medio. Allí bajamos de los caballos y inspeccionamos un poco el terreno.
- Sabes donde estamos?- pregunté entre risas.
- Para nada...Y tú?
- Que va, vamos bien.- dije tocándole el hombro.
- Sí. Oye volvemos?
- Creo que será lo mejor.
Nos subimos a los caballos y intentamos ir por la ruta de antes. Tras un largo tiempo buscando una salida de aquel bosque volvímos al sitio de antes.
- Aquí es donde estábamos...- dijo asombrado.
- Es verdad...Estamos dando vueltas y ya es casi de noche.
- Madre mía.- dijo tirándose las manos a la cabeza. - Que hacemos?
- No sé...Seguimos buscando?
- Está bien...
Pasaban el tiempo y allí estabamos, perdidos en el bosque. No sabíamos a donde ir, donde encontrar la salida de aquel infierno. Oímos a unas vacas mugiendo y nos acercamos al sonido.
Era un vallado con vacas y toros. Al lado un porche cubierto.
David y yo nos miramos y pensamos lo mismo. Fuimos hacia allí.
Desmontamos y atamos los caballos a la barandilla. Nos sentamos en la escalera intentando sacar una forma para salir de allí.
- Mike nos va a matar...
- Sí...Habrás cogido una linterna no?- preguntó preocupado.
- No, y tu?
- No...
- Vamos a quedarnos...aquí?- dije asustada.
- Me temo que si.
En ese momento se me hizo todo negro... Iba a pasar la noche a la intemperie en un paraje desconocido? A oscuras? No sabía como aceptar eso...
Le quitamos las sillas a los caballos y les pusimos agua. Nos sentamos en la barandilla.
- Que fuerte.- dijo riendo.
- Si, lo que no nos pase...- dije entre risas.
- Bueno, será...cómo una acampada.
- Si, igualito.- dije riendo.
- Pensemos en positivo, no estamos perdidos de la mano de dios tampoco.
- Ya, mañana cuando salga el sol encontraremos un camino.- dije sonriendo.
- Claro.
Nos quedamos mirándonos fijamente, sonriendo. No había nada más importante en aquel momento, sólo él.
Se acercó y involuntariamente hice lo mismo, podía notar su respiración. Se acercó más, más...
Hasta que me besó. Me quede presa en el tiempo, sintiendo una sensación que nunca había sentido, era tan especial. Noté como separo sus labios de los mios, abrí los ojos aún en aquel estado de shock y le volví a ver, tenía los ojos brillantes y una pequeña sonrisa. No pude evitarlo...me volví a acercar y le besé. Él me abrazo y note como una lágrima cayó sobre mi hombro.
- Que pasa? - pregunté preocupada.
- Te quiero. - dijo aferrándome fuertemente entre sus brazos.
Me quedé en blanco, dijo que me quería y la verdad yo a él también, pero no podía decírselo. Había algo que me impedía, ese algo era Michael...
Le sonreí y aparté la mirada, él lo noto. Me pasaba algo.
- Lo siento no debería haber...- le corté.
- No, no es eso David. - sonreí y le abrazé para que no se preocupara.
- Sabes...Llevaba tiempo queriendo decirte esto...- dijo tímidamente.- Eres especial.
- Vaya, gracias.- dije sonrojada.
- No me gustaría perderte.- dijo abrazándome.- Me has ayudado mucho.
- David, tú también eres muy especial. Has aguantado mil y una perrerías de una loca.- dije riendo.
- Y las que me quedaban, menos mal que me echó.
- Si.
Nos pusimos las sillas en forma de cojín y nos acostamos. Nos dormimos enseguida, estábamos cansados y mañana debíamos levantarnos pronto para ir a Neverland como sea.
A la mañana siguiente, desperté. Estaba en un sitio totalmente diferente...
miércoles, 29 de septiembre de 2010
Capítulo 21 // Rescue Mission //
14:36 | Publicado por
M'Jackson |
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Fui a mi casa. Empecé a dar vueltas por el salón hablando sola...
- Si Tarantino fue a casa Megan, sabe que allí vive. Entonces si de verdad que ha ido cómo Megan dice, esta noche volverá...Son animales muy listos, pero si porque se fue si sabe que está allí?...Seguramente tiene miedo...
Desperté de mis pensamientos al oír la puerta.
Fui a abrir, era Vannesa.
- Hola?- dije confundida.
- Déjate de cortesías, ya lo has conseguido. Me has apartado de Michael y ahora me toca a mí.- dijo haciendo un gesto malvado.
- No te entiendo, creo que me has cogido manía y ya está. - dije cerrando la puerta.
- Espera.- puso la mano impidiendo que la cerrara.- Te doy hasta el domingo para que te vayas de allí, de aquí cuatro días un pajarito me dirá si cumples el trato.
- Yo no he echo ningún trato contigo, bruja.- dije malhumorada.
- Está bien. Veo que no funcionas a buenas, no? Muy bien...- dijo cruzando los brazos mientras me asesinaba con la mirada.- Que sepas...que sigo cada paso que das. I nunca vas a estar con Michael.
-Tienes celos querida?- dije riendo.
- De ti? Veterinaria de pacotilla...- dijo muy orgullosamente.
- Pues sí, si surge oportunidad estaré con él. No por joderte, porque le quiero de verdad...no como otras.
- Quien te crees que eres para hablarme así?
- Más persona que tú.
Vi a David acercarse un poco confundido.
- Que ocurre aquí?- preguntó.
- Nada, sólo que he venido a hacerle una visita a mi querida amiga.- dijo Vannesa con una sonrisa muy falsa. Ya me iba, adiós. - dijo acariciándole la mejilla a David.
- Adiós...- dijo David sorprendido.
Tenía una rabia, malhumor, asco hacía Vannesa. Miré cada paso que daba alejándose de la puerta de mí casa hasta que se subió en un coche negro. David estaba mirándome bastante confundido. Lo cogí del brazo y lo entré a casa.
Lo llevé hasta el salón, se sentó mientras veía como le echaba pestes a Vannesa.
- La odio eh, es que...No la soporto!
- Tranquilidad...Que ha pasado?
- Harta, harta estoy de esa tiparraca...
- Venga, tranquila... Vamos a Neverland?
- Sí...
Subimos a la moto y fuimos a Neverland.
Llegamos y me fui directa a la habitación. Solo tenía ganas de llorar. Mientras subía las escaleras me encontré a Michael.
- Que ocurre?- preguntó poniéndome una mano en el hombro.
- Nada...
- Venga yo te cuento mis problemas. Es bueno desahogarse.- dijo con una sonrisa.
- Está bien...
Me cogió de la mano y me llevó a su habitación. Mientras buscaba en su bolsillo la llave de la habitación, me puse a observar las estatuas, los dos niños chocando la mano.
Oí como abrió la puerta y me pidió que pasara primero.
Era inmensa, una cama enorme repleta de peluches, muchas estatuas desde el tamaño más grande al más pequeño y al fondo en una estantería más de veinte premios seguro.
Me llevó hasta la cama y allí nos sentamos con los peluches.
- Dime, que pasa?
Me quedé un poco muda, no quería contarle aquella movida con Vannesa.
- Verás, Es que me gusta un chico... - dije para disimular.
- Ah...Lo conozco?
- Sí, No. Bueno a lo mejor...
- Es David verdad?- dijo con un tono un poco roto.
- Eh...
No sabía que decirle, por una parte había acertado pero por otra no. Era él el que también me gustaba.
- Díselo, es buen chabal y podréis estar juntos...- apartó la mirada.
- Pero y si no es él?
- No es él?- preguntó rápidamente.
- Bueno...
En ese momento un golpe se oyó en la puerta. Michael se levantó para ver que era.
Mientras me puse a pensar que podía hacer, no me dio mucho tiempo porque enseguida entró.
- Era alguien?
- No, abrá sido el viento...- dijo confundido.
- Bueno Michael grácias por escucharme, voy a estudiar. - dije mientras me levantaba.
- Vale...- dijo con una sonrisa de disimulo. Estaré aquí si necesitas algo.- dijo despidiéndose dándome un
beso en la mejilla.
Cerré la puerta y me fui a mi habitación. Me eché en la cama de espaldas y las lágrimas empezaron a caer por mi rostro. Estaba en blanco, solo le daba vueltas a Michael y David.
Eran tan especiales, tan majos que estaba enamorada de los dos.
Al rato decidí dejar el tema porque me pondría peor y empecé otra vez con lo de Megan.
Mientras pensaba observando el establo desde la ventana, creo que ya tenía un plan para encontrar a Tarantino.
- Michael?- dije llamando a su habitación.
- Voy!- abrió. - Dime.
- Necesito ver algunos ejemplares de serpientes nocturnas, están cerca de aquí. Esta noche podría ir?
- Claro, pero sola?
- No. A lo mejor con David...- dije dudosamente.
- Vale. Luego me lo dices, estaré aquí.
- Gracias.
Cerró la puerta y fui a buscar a David.
Estaba sentado en el porche.
- David, David.- dije dándole unos toques en el hombro.
- Dime, dime.
- Esta noche tienes algo que hacer?
- No, por?
- Necesito que me acompañes a un sitio.
- Dónde?- preguntó intrigado.
- Verás...- me senté a su lado.- Megan dice que ayer vió a Tarantino. La tratan de loca así que si fue verdad, no crees que no estará muy lejos de allí?
- Sí...Y quieres que vayamos?...No?- dijo entre risas.
- Así es.
- Pero la moto hace mucho ruido y lo asustará.
- Es verdad...
- Si oyera unos caballos...
- Destiny y Butterflyes.
- Claro, necesitamos que nos los deje.
- Sí, vamos a decírselo?- dije levantándome.
- Venga.
Fuimos a su habitación, le llamamos y nos abrió.
- Si?- preguntó sonriendo.
- Lo que te comentaba antes, que vamos. Pero la moto hace mucho ruido y posiblemente las espantará.
- Ya...Entonces no vais?- preguntó confundido.
- Sí, pero tu nos dejarías a los caballos?
- Sí. Pero tener mucho cuidado por favor.
- Claro, tu tranquilo.
- Está bien. Ya sabéis donde esta todo, no?
- Si, si.
- Bueno pasarlo bien.- dijo sonriendo.- Esperad. Tened unas llaves de la puerta.- dijo mientras las sacaba.- No os dejarían entrar.
- Vale, gracias.- David las cogió.
Cuando cerró la puerta, David y yo nos miramos y chocamos las manos. Todo nos había salido perfecto, estábamos ansiosos por poder ir y encontrar a Tarantino.
Nos dirigimos a los establos y equipamos a los caballos. Cogimos las alforjas con el material necesario.
- Lo tienes todo?- preguntó David mientras se subía a Butterflyes.
- Sí. Vamos.- cogí a Destiny de las riendas y fui hacia la puerta para abrir.
Me subí y nos fuimos hacía la casa de Megan.
Era un camino largo, pero los caballos estaban en muy buena forma y teníamos provisiones para estar bastante tiempo fuera.
Fuimos por un sendero bajando montaña abajo, mientras hablábamos.
Descansamos una o dos veces y seguimos con el camíno.
Después de un largo camino llegamos a la urbanización...
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