Me asomé para ver que era pero el estruendo de un rayo hizo que la luz saltara y la sombra desapareció...
Allí ya me habían avisado que las tormentas eran fuertes y rápidas, así que tenía una pila cerca por si me pasaba esto.
Me fui hasta el contador que estaba en la entrada y le dí a el automático, la luz volvió y me asomé por el ventanal por si era alguien, aunque no sabia si era una persona o algún animal, no me dio tiempo a reconocer la sombra.
Entonces sonó el timbre. Ahí fue cuando de verdad pasé mucho miedo, tenía detrás todo el día una presencia, una sombra en el ventanal, me salta la luz...
Parecía una escena de una película de terror. Me fui a la puerta silenciosamente para mirar por la mirilla de la puerta por si me interesaba abrir.
Cuando vi quién era suspire aliviadamente, era la vecina Helen, una señora mayor con el cabello casi blanco, vivía dos calles más allà, así que le abrí.
- Hola Helen.
- Hola...-dijo intentando recordar mi nombre.
- Miriam.-dije sonriendo.
- Si.- sonrió.- A tí también se te ha ido la luz?
- Si del rayo que ha caído se me ha ido. A usted también?
- Sí, pero le he dado a el automático y nada, me lo han puesto nuevo y no me aclaro. Tú que eres joven entenderás estos cacharros mejor que yo.
- Ahora voy, un momento.

Cogí las llaves y un paraguas y me fui a casa de Helen.
Me puse a revisar el contador, tenía la general apagada, cosas modernas. Por eso no se encendía.
- Creo que ya esta, dale a la luz haber.- le dije mientras cerraba el cuadro de contadores.
La luz se encendió.
- Vaya, gracias. Es que me lo pusieron nuevo y no sé como funciona.- Apartó la cortina contemplando cómo llovía.- Que agua esta cayendo...quieres quedarte a cenar? así cuando pare un poco ya vas a casa.
- No tranquila no quiero molestarle.
- Chica no molestas, es que con la tormenta que hay...- dijo mientras miraba la lluvia.- Así hablamos un poco.
- Vale, te ayudo en la cena o algo?
- No si ya la tengo echa, tranquila siéntate.

Helen hizo una tortilla, estaba buenísima. Terminamos de cenar y hizo un té bastante típico de allí. me imagino. Estuvimos un rato charlando de cómo era mi estancia y ella me contaba batallitas. Hasta que paró un poco de llover y me fui hacia casa.


Esa noche hizo mucho frío, me tuve que echar una manta fina encima de la cama.
Llegó mi primer lunes, me levanté temprano porqué tenía que ir a la clínica a trabajar.
Desayuné, me puse la ropa de trabajo, arreglé la casa un poco y me dirigí hasta la clínica.
Allí estuve, por la tarde tenía que irme con Christina a que me enseñase dónde estaba la academia y a contarme que le pasó a Megan, tenía mucha curiosidad.
No fue un día muy movido, unos siete pacientes sólo, nada grave.
Sonó en teléfono.
- Diga?
- Miriam? Soy Carol.
- Ah Carol, dime que tal está?
- Bueno...no sabría decirte. Está cómo cuando viniste. Quieres que pase a por ti?
- Vale, allá las seis te parece bien? Es que tengo que cerrar la clínica.
- Claro cuando tú quieras, a las seis perfecto allí estaré. Hasta luego.- Se despidió y colgué.

Me puse a limpiar y arreglar para que estuviera todo en orden para mañana y me fui a casa.
Fui primero a casa de Christina, quería avisarla de que tenía una urgencia.
- Vecina! -dijo con su apacible sonrisa.
- Hola, lo siento me ha surgido una urgencia.
- Vaya, cuando tienes que ir a la academia?
- Mañana, a las once y media.
- Bueno aver si te puedo llevar, intentaré estar.
- Gracias, Adiós.
Fui a casa me canvié de ropa y cogí lo que me haría falta. Entonces oí el timbre y fui a ver quien era.
- Miriam.- dijo Carolina sonriendo.- Lo llevas todo?
- Si, vamos. -cogí mi bolsa y fui hacia el vehículo.
Llegamos a Neverland, la echaba de menos ya, era tan...tan...especial, estar allí era mágico.
Pensar que Michael estaría allí dentro de poco, me llenaba de alegría. Estaba todo tan bien decorado, se veía que los animales y los niños le encantaban, tenía muchas estatuas de ellos por todo el rancho.
Llegamos al establo, allí me puse a ver a Butterflyes mientras Carolina salió a seguir con su trabajo. Ella era la jardinera, regaba y arreglaba las flores para que estuvieran muy bonitas.
Le puse un antiinflamatorio y le revisé el casco. Parecía que iba bien, pero claro, le dolía.
El caballo se acostó. Yo me puse a ver el establo detalle a detalle.
Era muy bonito, estaba muy limpio y los caballos relucientes, se notaba que los cuidaban de maravilla.
Había otro caballo más, un pinto negro y blanco con ojos azules. Encima de los boxes de los caballos habían una especie de placa dónde ponía los nombres, estaba el de Butterflyes y el de Destiny.
Era un establo de madera clara, con una cenefa en las paredes de los movimientos de un caballo en un color violeta claro. En la pared de la entrada estaban las bridas colgadas en unos colgadores de madera, las sillas en unos postes y bastantes cascos en un estante, no sé para que tantos total creo que sólo montaría Michael. Al fondo una puerta grande para que salieran los caballos a un pequeño vallado dónde había hierba y unos cuantos arboles para hacer sombra. Me puse a ver un cuadro que había colgado, pero alguien me llamó la atención...
- Oye!-dijo una chica con tono de enfado.
- Perdón estaba viendo un poco esto.
- Has venido a trabajar, no a ver si esta bonito!.
- Lo siento...- me disculpé y entonces entró Carolina.
- Que pasa Vannesa?.- preguntó Carolina con una mirada no muy amigable.
- Que en vez de venir a trabajar se me pone a ver si esta el sitio bonito...- dijo mirándome con desafío.
Carolina la acompaño hacía la puerta mientras me miraba con la mirada me decía: no le hagas caso...
- Tranquila esta chica tiene muy mala uva.- dijo riéndose.
- Ya veo ya, quién es?
- La pareja de Michael.
Ahí fue cuando me hubiera echado al suelo un buen rato...
- Ah...que bien...- dije con tono desmotivante.
- Bien?, esa chica es más mala que un tiro. Siempre quejándose del trabajo de los demás, pero ella no hará nada...-dijo malhumorada.
- Se aburre...- dije entre risas.
- Seguro.-sonrió.- Bueno que tal está?
- Mejor, ya se le está curando pero le sigue doliendo, es normal,le he puesto un antiinflamatorio eso le aliviará el dolor.
- Ah vale. - se acercó hacía Butterflyes.- No queremos que Michael te vea mal eh.- dijo haciéndole carantoñas.
- Es muy tranquilo y dócil.- dije mientras lo acariciaba.
- La verdad es que sí, a Michael le encanta. Ya verás que feliz se pone al volver a verle.
- Está de tour no?
- Sí , pero el miércoles ya estará aquí.- hubo un poco de silencio y finalmente dijo.- Te llamaré...- se quedó pensando mejor lo que dijo y se calló.
No sé porque se calló...pero bueno no quería preguntarle, sino me lo dijo sería por algo...
- Bueno Carolina me tengo que ir, que tengo que pasar por un sitio.
- Ah vale, vamos que te lleve.
Acarició un poco al caballo, cerró la puerta y nos fuimos hacía el coche. Mientras me llevaba estuvimos hablando.
- Dónde tienes que ir?.-me preguntó.
- Pues a la academia porque no tengo ni idea de dónde está...
- Vaya, quieres que te lleve? no me cuesta nada, no está muy lejos.
- No tranquila.
- De verdad no me cuesta trabajo.-insistía.
- Está bien.
Me llevó hasta la academia, bueno un poco lejos de mi casa sí estaba pero así me paseaba un poco y iba conociendo el terreno. Le pedí que me dejase allí porque quería saber volver a casa para coger una ruta y tampoco quería que hiciese más viajes.
Eran cosa de las nueve de la noche cuando llegué. Me fui a cenar y a ver la tele.
Entonces volví a quedarme pegada al televisor oyendo que decían...


" Michael Jackson casi de vuelta en casa. El cantante norteamericano dará mañana su último concierto en Nueva York en el que se despedirá de su tour y regresará a casa después de un duro año de trabajo..."


Me puse a saltar como una loca, quizás podría verle cuando fuese a ver a Butterflyes, madre mía quién diría que podría llegar a ver a mi ídolo?...bueno no lo sabía cierto, pero en ese momento sólo pensaba que le iba a ver, cosas de la felicidad...
Me fui a la cama para dormir y estuve un buen tiempo pensando en aquella chica, Vannesa, la pareja de Michael. Tenía cara de malhumorada, creo que esa sería su expresión normal por lo que me dijo Carolina, con el pelo castaño oscuro por el hombro y un flequillo que le cubría medio ojo derecho. No sé como Michael podía estar enamorado de ella, el parecía tan dulce y tan simpático, y ella era tan diferente... Se que es mal juzgar sin conocer, pero la primera impresión no fue muy buena. El amor es ciego...
Me dormí, mañana martes tenía muchas cosas que hacer...